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Noticias de Ford B-MAX en Motorpasión
Con el Ford B-MAX, la marca del óvalo busca su público objetivo entre las personas que dejan atrás el mundo de las berlinas, cuando el nido queda vacío y lo familiar resulta excesivo, y las familias jóvenes con un niño o dos que buscan una mejora dentro del segmento B. La intención de Ford es ganar así clientes nuevos en un 60 % al ofrecer un monovolumen que presenta características diferenciales y que será exclusivo para el mercado europeo.
Bajo esas premisas, ¿qué ofrece el Ford B-MAX? Flexibilidad y una extraordinaria accesibilidad son los puntos clave de un monovolumen compacto que se ofrece con una gama de motores ajustada y orientada a bajos consumos y emisiones. Para redondear el producto final, el nivel de acabados y equipamiento supera con creces las expectativas en un vehículo de estas características.
En el Ford B-MAX tenemos un coche que, montado sobre la plataforma del Ford Fiesta, gana casi 13 centímetros de longitud respecto del compacto, quedando 28 centímetros por debajo del Focus. Sus dimensiones: 4.077 mm de longitud con 2.489 mm de batalla, una anchura total de 2.067 mm (1.857 mm con espejos plegados) y 1.604 mm de altura.
Flexibilidad y accesibilidad sin pilar central
Los principales valores que defiende el B-MAX son la flexibilidad y la accesibilidad a su interior. La primera la consigue con la modularidad de asientos esperable en un monovolumen como este, resultando con todos los respaldos plegados (en la banqueta posterior, a 60-40) una superficie plana que ofrece 2,35 metros de longitud como espacio de carga, lo que supone exprimir el volumen disponible.
En el maletero, con los cinco asientos queda un volumen hasta la bandeja de 304 a 318 litros, dependiendo de si el coche monta rueda de repuesto o kit de reparación, con el que se consigue un doble fondo bajo el suelo interior. Dejando sólo los dos asientos delanteros, el volumen aumenta hasta los 1.372 o 1.386 litros, respectivamente.
En cuanto a la accesibilidad, su tarjeta de presentación es la supresión del pilar B además de la apertura de las puertas, batiente convencional las delanteras y corredera manual las traseras, siendo abatible el gran portón trasero. En los laterales, la ausencia del pilar B presenta grandes ventajas a la hora de abordar y, sobre todo, abandonar el vehículo.
Este sistema deja libre un vano de 150 centímetros de anchura, frente a los 80 que como máximo permite el Ford Fiesta, y ha despertado ya el interés de la Fundación ONCE, puesto que no existe un vehículo que permita al conductor discapacitado guardar por sí mismo la silla de ruedas tras el asiento. En este caso, al no existir el pilar B la accesibilidad se ve mejorada en ese sentido.
En cuanto a los posibles problemas de seguridad derivados de una colisión lateral sin el pilar B, que normalmente se encarga de conferir la necesaria rigidez a la celda de seguridad del habitáculo, basta con echar un ojo al desarrollo de seguridad del Ford B-MAX, que comprobamos por nosotros mismos hace unos meses en la planta que tiene Ford en Colonia.
El sistema ideado por Ford en Alemania y Reino Unido, que transforma las puertas en elementos sustitutivos del pilar central gracias a las vigas fabricadas en acero reforzado al boro ha sido probado en 5.000 ocasiones de forma virtual, reproduciendo diferentes escenarios y mediante más de un centenar de crash tests específicos, logrando cinco estrellas en EuroNCAP.
Motorizaciones y consumo: EcoBoost y TDCi
Tal como se anunció en su momento, el B-MAX es el segundo vehículo de Ford que se ofrece con motor 1.0 EcoBoost. Para el caso, se han preparado dos niveles de potencia, de 100 y 120 CV, que ofrecen respectivamente 170 Nm de par y 170 Nm con 200 Nm bajo overboost, o sobrepresión en la alimentación para demandas puntuales de fuerza motriz.
En el campo del diésel, Ford todavía ofrece los TDCi 1.5 de 75 CV y 1.6 de 95 CV, aunque la estrategia comercial de la marca está netamente encarada hacia el EcoBoost. Todas estas motorizaciones se sirven con transmisión manual de 5 relaciones. Además, se prevé la versión automática con motor de gasolina 1.6 Duratec Ti-VCT de 105 CV y caja PowerShift de 6 velocidades con embrague dual DPS6.
MotorPotencia CVPar máximo NmConsumo medio l/100 kmAceleración s (0 – 100 km/h)Aceleración s (50 – 100 km/h) 1.0 EcoBoost1001705,113,914,2 1.0 EcoBoost120170 / 200*5,1 / 4,9**13,212,1 1.5 Duratorq TDCi751854,116,516,5 1.6 Duratorq TDCi902154,013,914,2 1.6 Duratec Ti-VCT1051506,412,1n/d *: Con overboost. **: Sin Start-Stop / Con Start-Stop.
Además, el B-MAX prescinde ya de la dirección asistida hidráulica y se vuelca en la eléctrica, que exige menos energía para su funcionamiento, y se vale del indicador de marcha adecuada Gear Shift Indicator para señalar los puntos de cambio de velocidad más eficientes. Cuenta también con Eco Mode, que estimula al conductor a adoptar hábitos de conducción eficiente, y con Smart Regenerative Charging, que recarga la batería en el punto más económico de un trayecto para evitar consumos excesivos.
Niveles de equipamiento para el Ford B-MAX
El Ford B-MAX sale con tres niveles de equipamiento: Trend, Titanium y Titanium X. El primero de ellos incluye aire acondicionado, radio, conectividad por Bluetooth, espejos y manillas pintados en el color de la carrocería, volante de cuero, ordenador de a bordo, toma de corriente en la trasera y asistente de arranque en pendiente. Se trata de un equipamiento de acceso, pero cumplido.
Con el acabado Titanium, tenemos climatizador, radio SONY CD con mp3, ledes para las luces diurnas, llantas de aleación, faros antiniebla, sensor de lluvia, sensor de luces, espejo autocrómico, marcos cromados, control de velocidad, reposabrazos y espejo de supervisión infantil. La diferencia de precio entre el Trend y el Titanium es de 1.350 euros, por lo que es de esperar que se convierta en la opción más lógica para el comprador medio. Y sobre este, el acabado Titanium X aporta tapicerías en cuero así como remates cromados para el interior.
Por otra parte, entre los paquetes de opciones disponibles, hay equipamientos interesantes para un coche de este tipo, como son el techo panorámico y la cámara de visión trasera, muy útil para estacionamientos en lugares complejos o estrechos, o los sensores de parking delantero y trasero.
No se puede acabar esta relación de equipamiento sin dedicar unas palabras al sistema SYNC, con el que Ford lleva ya entregados 4 millones de coches en Estados Unidos. SYNC supone un paso adelante en la conectividad, estableciendo todo un entorno inteligente que hace del coche un dispositivo de conexión más en la vida del usuario y que incluye desde el seguimiento de la música escuchada fuera del coche hasta un módulo de control por voz sobre las canciones que llevamos en un USB o en el móvil.
En el terreno de las tecnologías de la seguridad, el B-MAX monta Active City Stop para evitar pequeñas colisiones en ciudad, así como el sistema de llamadas de emergencia que será obligatorio hacia 2015 en la UE, sólo que sin necesidad de usar una tarjeta SIM propia, ya que la conexión en caso necesario se realiza aprovechando el teléfono del usuario, locutando los datos de geoposición en el idioma local del país donde tenga lugar el siniestro.
En definitiva, con el Ford B-MAX tenemos un interesante monovolumen que igual puede llamar la atención de los conductores sénior como de las familias que quieran cambiar su coche pequeño por uno a modo de monovolumen pero que permita moverse con agilidad por la ciudad. Y todo, sin renunciar a unos acabados que resultan superiores a lo que se puede esperar en un coche de este segmento.