En Londres los superdeportivos son parte del paisaje urbano, casi un espectáculo turístico en sí mismo. Y si no, que se lo digan a los spotters. Pero lo que para algunos es un atractivo más de la ciudad, para los vecinos de los barrios más exclusivos es un problema que lleva años creciendo. Ruido, velocidad y conductas temerarias son parte del problema.
La respuesta de las autoridades ha sido contundente: en solo 48 horas, la Policía Metropolitana de Londres, con el apoyo de la Oficina de Aseguradoras de Automóviles (Motor Insurers’ Bureau, MIB), incautó 72 coches de lujo por un valor cercano a 7 millones de libras.
Entre ellos, dos Lamborghinis morados que habían llegado en avión para las vacaciones de su propietario y que no duraron ni 15 minutos circulando antes de acabar en el depósito.
Una ofensiva contra la “conducción antisocial”
La operación se desplegó en Hyde Park, Kensington y Chelsea, zonas donde más se concentran los supercoches durante el verano. 75 agentes de la Policía Especial y del Equipo de Control de Vehículos, apoyados por sistemas de reconocimiento automático de matrículas (ANPR) y seguimiento predictivo, detectaron, entre otras cosas, a conductores sin seguro, sin licencia válida o con vehículos en condiciones ilegales.
Según la MIB, cada 20 minutos alguien en Inglaterra se ve afectado por un conductor sin seguro o un atropello con fuga. “Con el aumento de las infracciones vinculadas al turismo y los puntos conflictivos de cada temporada, mantendremos los controles durante todo el año”, declaró Martin Saunders, responsable de prevención de la conducción sin seguro en la MIB.
Supercoches incautados: del Ferrari 812 al Mustang Shelby GT500
Entre los 72 coches requisados no solo había Lamborghinis. La lista incluye un Ferrari 812 Competizione, un Ferrari 296, un Ford Mustang Shelby GT500 y un Mercedes-AMG G63, entre otros. Muchos habían sido importados desde países del Golfo Pérsico o Rusia, con la falsa creencia de que las pólizas de sus países de origen eran válidas en el Reino Unido.
Otros casos fueron más graves: la policía se topó con vehículos robados, implicados en asuntos de drogas e incluso pólizas fraudulentas conocidas como Ghost Broking. También se impusieron multas por lunas tintadas ilegales, falta de ITV, conducción sin cinturón o uso del móvil al volante.
Desde hace más de 25 años, Londres se convierte cada verano en un escaparate de lujo sobre ruedas. Millonarios de Medio Oriente y Rusia viajan con sus coches más exclusivos a sus segundas residencias o a hoteles de lujo para disfrutar de la ciudad. Esa “temporada de supercoches” atrae a curiosos y spotters de todo el mundo, pero para los vecinos supone noches sin dormir y calles convertidas en circuitos improvisados, que a veces acaban en accidente.
En 2021, los distritos de Kensington y Chelsea instalaron incluso “radares de ruido” para frenar el problema. Pero solo entre 2021 y mayo de 2024 se registraron casi 700 multas a coches demasiado ruidosos: 110 a Lamborghini, 51 a Ferrari, 39 a Porsche, 12 a Aston Martin y tres a Bentley, según datos del Ayuntamiento de Westminster).
Una batalla que viene de lejos
No es la primera vez que Londres actúa contra este fenómeno. En agosto de 2024, la policía ya había incautado más de 60 coches de lujo en Westminster tras denuncias vecinales. Entre ellos, varios McLaren, Bentley, un Rolls-Royce Wraith, un Ferrari Purosangue y un Lamborghini Urus Performante.
Paul Dimoldenberg, concejal del Ayuntamiento, fue tajante entonces: “El ruido y la conducción temeraria suelen ser peores en verano, por eso damos la bienvenida a estas operaciones que refuerzan la tolerancia cero hacia la conducción irresponsable”. Para los vecinos es un alivio, para los turistas adinerados un aviso: en Londres ya no hay sitio para los excesos al volante, por muy exclusivo que sea el coche.
Imágenes | MIB, Supercars on the streets
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