Los motivos por los que te pueden parar para hacer un control de alcoholemia

Los motivos por los que te pueden parar para hacer un control de alcoholemia
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Uno de los hábitos que más preocupan a la DGT debido a peligro que supone en la carretera es el consumo de alcohol y de estupefacientes. De hecho, ya se considera como la segunda causa de siniestros viales mortales.

Por ello es habitual que Tráfico monte dispositivos especiales de control de alcoholemia en episodios de alta movilidad, pero hay más casos en lo que se puede requerir.

Someterse a estos controles es obligatorio cuando un agente de la Guardia Civil lo requiere, y no tiene por qué haber un motivo justificado. Por ello existen cuatro casos en los que se puede establecer un control de alcoholemia:

  • Controles preventivos (como puede ser durante la madrugada de un fin de semana o en fechas señalas como Navidad).
  • Campañas especiales (Semana Santa, Operaciones Salida).
  • Tras un siniestro vial. En este caso, si el conductor responsable del siniestros supera los niveles permitidos de alcohol en sangre, podrá recaer sobre él la responsabilidad.
  • Pruebas aleatorias para investigaciones.
Control

Antes de iniciar la prueba de drogas o de alcoholemia el agente debe informar al conductor de que es un procedimiento obligatorio y que en caso de negarse a realizarlo se le puede imputar por vía administrativa una sanción de 1.000 euros y detracción de 6 puntos del carnet o por vía penal una pena de prisión de 6 meses a 1 año y la retirada del carnet entre 1 y 4 años.

Recordamos que las sanciones por dar positivo en alcohol van desde los 500 hasta los 1.000 euros:

  • Hasta 0,50 mg/l: 500 euros y la retirada de 4 puntos en el carnet.
  • Más de 0,50 mg/l: 1.000 euros y la retirada de 6 puntos en el carnet.
  • Para reincidentes en positivo de alcoholemia: 1.000 euros y entre 4 y 6 puntos menos en el carnet.

Pero incluso por debajo del límite existen riesgos, y según la DGT antes de los 0,5 g/l de alcohol en sangre ya se pueden observar alteraciones en la capacidad para conducir.

Incluso se advierten de los riesgos de conducir con resaca debido a las alteraciones neurológicas, hemodinámicas y hormonales, lo que equivale a conducir fatigado.

Foto | Guardia Civil

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