BMW llevaba tiempo anunciando que se acercaba un punto de inflexión, y el nuevo iX3 es esa teoría llevada a la práctica. Porque no es simplemente la segunda generación del modelo: aquí empieza la “Neue Klasse de verdad”, la base sobre la que BMW quiere construir su futuro eléctrico durante la próxima década.
El simbolismo no es casual. La Neue Klasse original de los años 60 marcó el renacimiento de BMW como fabricante premium y deportivo. Recuperar ese nombre hoy es toda una declaración de intenciones: empezar de nuevo, redefinir su identidad… y hacerlo, inevitablemente, desde la electrificación. Que el primer paso sea un SUV tampoco sorprende: es el formato que hoy manda en el mercado y el que tiene que sostener el cambio.
La pregunta es si BMW ha sabido aprovechar esa hoja en blanco para ir más allá de lo conocido. Porque el iX3 no viene a evolucionar lo que había, sino a marcar un antes y un después en diseño, tecnología y en la manera de entender un BMW eléctrico. Para conocer la respuesta, nosotros ya hemos podido conducirlo por primera vez en las carreteras de Mijas (Málaga), y estas son nuestras impresiones.
Características generales del BMW iX3: así empieza la Neue Klasse
El BMW iX3 es el primer modelo desarrollado desde cero sobre la nueva arquitectura Neue Klasse, y eso marca todo su planteamiento. No es una adaptación eléctrica ni una evolución directa del anterior iX3: este SUV nace como 100 % eléctrico, con una plataforma específica que servirá de base a los próximos modelos de la firma alemana.
Por tamaño juega en una liga conocida. Con 4,78 m de largo, 1,90 m de ancho y 1,64 m de alto, se sitúa muy cerca del BMW X3, aunque aquí no hay versiones de combustión ni híbridas. El iX3 es eléctrico o no es, y esa decisión permite optimizar aspectos clave como el reparto de pesos, el espacio interior y la eficiencia aerodinámica, con un coeficiente Cx de 0,24, especialmente bajo para un SUV de este tamaño.
Uno de los grandes saltos está en su base técnica. El iX3 es el primer BMW con arquitectura eléctrica de 800 voltios y estrena la sexta generación de sistemas de propulsión de la marca (Gen6).
En la versión iX3 50 xDrive, la única disponible por ahora, combina dos motores y tracción total: uno trasero síncrono de rotor bobinado, que mueve el coche la mayor parte del tiempo, y uno delantero asíncrono que entra en acción cuando hace falta más potencia o motricidad. En conjunto desarrolla 469 CV y 645 Nm, con una gestión muy flexible del par entre ambos ejes.
La batería es otro de los pilares del salto generacional. Tiene una capacidad útil de 108,7 kWh, forma parte de la estructura del vehículo y utiliza celdas cilíndricas (como las de Tesla) en lugar de prismáticas, con mayor densidad energética y una refrigeración más eficaz. Gracias a ello, el iX3 homologa hasta 805 km de autonomía WLTP y admite cargas ultrarrápidas de hasta 400 kW, lo que permite reducir de forma notable los tiempos de parada en viajes largos.
Este pionero de la Neue Klasse también se apoya en una nueva electrónica centralizada. El iX3 estrena una arquitectura con cuatro grandes unidades de control que coordinan la dinámica, la entrega de potencia y la frenada regenerativa de forma más natural: lo que BMW llama “Heart of Joy”.
A esto se suma un enfoque claro hacia la eficiencia y la sostenibilidad, con una reducción importante del cableado para bajar el peso total un 30 %, el uso de materiales reciclados y la posibilidad de carga bidireccional por primera vez en la marca, que permite al coche alimentar dispositivos externos, una vivienda o incluso devolver energía a la red (V2L, V2G).
Diseño exterior del BMW iX3: ruptura visual y nueva identidad para la era eléctrica
El diseño exterior del BMW iX3 marca las diferencias con el resto de la gama, pero sin perder de vista la identidad de la marca. El enfoque es más limpio, más tecnológico y deliberadamente sobrio, con una estética pensada para perdurar y servir de referencia a los próximos BMW eléctricos. Y el frontal concentra buena parte de ese cambio.
Los característicos riñones siguen presentes, pero ahora son más estilizados y verticales, con un tratamiento mucho más discreto que en otros modelos recientes. En un coche eléctrico ya no cumplen una función de refrigeración tradicional, pero mantienen su peso visual como elemento identitario y como soporte para sensores y cámaras. En lugar de cromados, BMW apuesta por una firma luminosa LED que perfila su contorno y conecta visualmente con unos faros más finos y precisos.
El paragolpes delantero integra tomas de aire funcionales con persianas activas y canalizaciones verticales en los extremos, un trabajo aerodinámico integrado que aporta solidez visual sin recurrir a recursos agresivos. En persona, todo el conjunto transmite anchura y aplomo desde el primer vistazo.
De perfil, el iX3 apuesta por superficies limpias y tensas, con muy pocas líneas de carácter. Los tiradores de las puertas son electrónicos y van completamente enrasados con la carrocería, mientras que la línea de cintura asciende ligeramente hacia la zaga y los pasos de rueda están bien marcados, aportando presencia sin excesos. Las llantas, disponibles en 20, 21 y hasta 22”, combinan diseño y eficiencia.
La zaga mantiene la misma filosofía. Los pilotos adoptan una firma horizontal que reinterpreta la clásica forma en L de BMW de manera más minimalista, mientras que el portón presenta un diseño muy limpio, con el logotipo integrado en una ligera depresión central. El paragolpes, con elementos verticales en los extremos, enfatiza la anchura del conjunto.
El planteamiento práctico también está bien resuelto. El portón trasero es eléctrico de serie y da acceso a un maletero de 520 l, con formas regulares y una boca de carga amplia. Bajo el piso hay espacio para cables y accesorios y, además, el iX3 incorpora un maletero delantero de 58 l, un detalle muy útil en el día a día.
Diseño interior del BMW iX3: menos botones, más espacio y la magia del ‘Panoramic iDrive’
El interior del BMW iX3 es, probablemente, donde mejor se entiende el salto que supone la Neue Klasse. BMW ha replanteado por completo la forma en la que el conductor y los ocupantes se relacionan con el coche, apostando por un entorno más limpio, más digital y también más espacioso.
Nada más sentarse al volante, lo primero que llama la atención es la sensación de amplitud. El salpicadero prescinde de volúmenes recargados y se extiende de lado a lado con una disposición muy horizontal, lo que refuerza esa percepción de espacio. Gran parte de la culpa la tiene el nuevo BMW Panoramic iDrive, que sustituye al cuadro de instrumentos tradicional por una proyección panorámica situada en la base del parabrisas. La información queda siempre en el campo de visión, pero sin invadir ni distraer.
En el centro del salpicadero se sitúa una gran pantalla táctil de 17,9”, con un diseño irregular y ligeramente orientada hacia el conductor. Desde ella se controla prácticamente todo, apoyada por un nuevo sistema operativo más rápido e intuitivo. BMW ha reducido de forma drástica los mandos físicos, aunque mantiene accesos directos para las funciones básicas, buscando un equilibrio entre modernidad y usabilidad real en el día a día.
La consola central también cambia de filosofía. Es más flotante, libera espacio para huecos portaobjetos y prescinde del clásico selector de marchas en favor de un mando compacto, acompañado de superficies táctiles y retroiluminadas.
En cuanto a materiales, el iX3 apuesta por una calidad percibida elevada, con ajustes muy cuidados y un uso extensivo de materiales reciclados. Hay diferentes combinaciones de tapicerías, molduras y colores, con ambientes que pueden ser más sobrios o más llamativos según el acabado elegido.
El espacio interior es otro de los puntos fuertes. Gracias a la plataforma específica, el suelo es completamente plano y las plazas traseras ofrecen muy buen espacio para piernas y cabeza, incluso para adultos altos. La posición de los asientos es cómoda y el acceso resulta sencillo. En la segunda fila hay salidas de aire, tomas USB y una sensación general de coche bien pensado para viajar.
Al volante del BMW iX3: suavidad, aplomo y un salto claro en refinamiento
Desde los primeros kilómetros al volante del BMW iX3 queda claro que el planteamiento dinámico va en la misma línea que todo lo demás: menos artificio y más naturalidad. No busca impresionar por empuje inmediato ni por respuestas exageradas, que lo hace… sino por cómo integra potencia, confort y control de una forma muy coherente.
La versión iX3 50 xDrive combina dos motores eléctricos y tracción total, pero en conducción normal el protagonismo recae casi siempre en el eje trasero. El resultado es un coche que se siente muy BMW en la forma de moverse, con una respuesta inmediata del acelerador y una entrega de potencia fácil de dosificar.
En las carreteras de Mijas, con tramos rápidos y zonas más reviradas, el iX3 aprovecha todo su empuje disponible y transmite aplomo y estabilidad. El peso de más de 2,3 toneladas está bien disimulado y el coche se siente asentado, con una pisada muy sólida incluso cuando el ritmo aumenta. La dirección es precisa y coherente, sin buscar un tacto deportivo artificial, pero ofreciendo buena información y confianza. No invita a una conducción extra agresiva, pero sí a enlazar curvas con fluidez.
La suspensión está claramente afinada para el confort, pero sin caer en un enfoque blando. Filtra muy bien irregularidades, juntas y asfaltos rotos, manteniendo la carrocería bien controlada. En este primer contacto no hemos percibido rebotes ni movimientos incómodos, incluso a ritmo alegre, lo que refuerza esa sensación de coche bien puesto a punto para viajar.
Otro aspecto que merece mención es el tacto del freno, un punto delicado en muchos coches eléctricos. En el iX3 no desaparece por completo esa sensación algo artificial típica de los sistemas con fuerte regeneración, pero BMW ha trabajado claramente para que resulte menos blando y menos “chicloso” de lo habitual.
La transición entre frenada regenerativa y frenada hidráulica está mejor integrada de lo que solemos encontrar en el segmento, con un pedal más consistente y fácil de dosificar, especialmente en deceleraciones suaves y medias. No es un tacto deportivo, pero sí más natural y predecible, lo que contribuye a una conducción más relajada y a una mayor sensación de control.
En ciudad, el iX3 se mueve con mucha facilidad para su tamaño. La entrega suave de potencia, la buena visibilidad frontal y el apoyo de los asistentes hacen que resulte menos aparatoso de lo que sugieren sus dimensiones.
En consumo, aunque BMW homologa cifras desde 17,9 kWh/100 km, en esta primera toma de contacto y sin buscar una conducción especialmente eficiente, el iX3 se ha movido en torno a los 21 kWh/100 km, una cifra coherente para su tamaño y potencia. A falta de pruebas más específicas, deja la sensación de ser un coche pensado para cumplir lo que promete cuando se le exige en un uso real.
Precios y disponibilidad del BMW iX3 en España
El BMW iX3 ya está a la venta en España y, al menos en esta primera fase de lanzamiento, la gama es sencilla. Por ahora solo se ofrece en una única versión mecánica, el iX3 50 xDrive, con un precio de partida de 69.900 euros. Cifra que lo sitúa en la franja alta del segmento, pero también en una posición muy concreta dentro de la gama BMW. De hecho, cuesta prácticamente lo mismo que un BMW X3 bien equipado con motores de combustión, algo que deja clara la estrategia de la marca: no penalizar al cliente que dé el salto al eléctrico.
A partir de ahí, BMW ofrece distintos paquetes que elevan el nivel de equipamiento y el enfoque estético. Con el Paquete M Sport, el precio sube hasta los 74.227 euros, mientras que el M Sport Pro eleva la factura hasta los 77.302 euros, añadiendo un diseño más deportivo, llantas específicas y un equipamiento más completo en tecnología y asistentes.
Frente a sus rivales, el iX3 juega una carta interesante. Comparado con el Audi Q6 e-tron, ofrece más potencia y más autonomía a un precio inferior en versiones equivalentes. Frente al Tesla Model Y Gran Autonomía es claramente más caro, pero también propone un nivel superior de calidad percibida, aislamiento y refinamiento general. Dentro de la propia gama BMW, queda muy cerca en precio de los X3 térmicos más potentes, pero con una propuesta tecnológica claramente más avanzada.
Con este posicionamiento, el BMW iX3 no busca ser el eléctrico premium más barato, sino uno de los más completos y equilibrados del segmento, pensado para quien ya estaba mirando un X3 bien equipado y se plantea dar el salto al eléctrico sin renunciar a autonomía, prestaciones ni sensación de coche premium.
Los gastos asociados para acudir a esta presentación han sido asumidos por la marca. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
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