Mercedes-AMG GT S, toma de contacto
Pruebas de coches

Mercedes-AMG GT S, toma de contacto

Introducirse en un mercado dominado por el Porsche 911 no es tarea fácil, pero desde luego si alguien puede jugar sus cartas de forma decidida es Daimler, y más concretamente Mercedes-AMG, cuyo segundo producto es el Mercedes-AMG GT, con el que comenzarán con fuerza el próximo año 2015. Es más ligero, pequeño y deportivo que el Mercedes-Benz SLS AMG, pero también más barato.

En España el Mercedes-AMG GT estará disponible desde 141.800 euros para la variante GT y desde 163.400 euros en versión GT S. Además, durante el primer año de lanzamiento también se ofrecerá una edición especial Edition 1, que costará 181.170 euros. Nosotros ya lo hemos conducido por carreteras californianas y en el mítico circuito de Laguna Seca. ¿Te subes con nosotros?

En el punto de mira de este nuevo deportivo de Affalterbach no sólo está el nueveonce. Modelos como el Jaguar F-Type, el Audi R8 e incluso el Aston Martin Vantage V8, también son competidores directos. ¿Qué ofrece el AMG GT para luchar de tú a tu con semejantes rivales? Vamos a verlo en detalle.

Mercedes-AMG GT S, toma de contacto

Diseño e interior

Con una silueta que recuerda mucho a su predecesor, de largo capó, un frontal muy en la línea de los últimos modelos de la casa y una trasera que se asemeja a la del nueveonce por sus sinuosas curvas, el GT es uno de esos coches a los que las fotografías no le hacen justicia. Hace falta verlo al natural, y a poder ser en marcha, para apreciar realmente su impactante diseño.

Como era de esperar, llama mucho la atención allá por donde pasa. California no es precisamente una zona en la que no estén acostumbrados a coches de alta gama y, aún así, el AMG GT despierta gran interés. Muchos viandantes nos preguntan por él, algunos ansiosos por saber qué modelo es y otros, en cambio, nos bombardean con datos técnicos del modelo que conducimos, entusiasmados por el avistamiento.

La llamativa apariencia exterior se traslada también al interior, donde los materiales de gran calidad y una disposición de mandos realmente atractiva nos recuerdan que estamos a bordo de todo un AMG. El diseño de la consola central, con forma de V y cuatro botones a cada lado, es un claro guiño al V8 que esconde bajo su enorme capó. La unidad probada contaba con uno de los interiores más interesantes a nuestro parecer, con tapicería de cuero bitono en rojo y negro.

Mercedes-AMG GT S, toma de contacto

Desde el puesto de conducción llaman la atención el cuadro de instrumentos con relojes analógicos (con detalles en amarillo en nuestra unidad), claro y conciso, un volante AMG ligeramente achatado en su zona inferior y forrado completamente en microfibra, o una luna delantera muy estrecha, que nos hace sentir en un deportivo con mayúsculas. El logo de AMG en relieve en el reposabrazos central es uno de esos detalles que enamoran.

Uno de los puntos fuertes del Mercedes-AMG GT es su capacidad de maletero, que es muy buena para un coche de este tipo. Según ficha son 350 litros de capacidad. En la práctica, caben maletas para dos personas sin problema e incluso cabrían dos bolsas de golf, que para sus potenciales compradores puede ser un dato interesante. En el habitáculo, además de la guantera, los pequeños compartimentos de las puertas y el hueco del reposabrazos central, no hay mucho más espacio.

Bajo la piel

Este deportivo basado en un chasis de aluminio, de motor central delantero y cambio en disposición transaxle, reutiliza algunos elementos del SLS, como el tren delantero, la dirección o la caja de cambios (revisada para ser aún más rápida). Estrena entre otras cosas, no obstante, un eje trasero multibrazo y un diferencial de control electrónico (mecánico en el GT) que reparte el inmenso par del nuevo motor V8 biturbo.

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Junto al Mercedes-AMG C 63, el biplaza de Affalterbach estrena el nuevo motor 4.0 litros V8 biturbo, que ofrece dos variantes de potencia en función de la versión: 462 CV para el GT y 510 CV para el GT S. En cualquier caso, cuenta con lubricación por cárter seco y con lo que la marca llama V caliente, es decir, que los turbocompresores no se ubican sobre las bancadas de los cilindros sino en el interior de la V, lo que permite una construcción compacta, menores consumos y emisiones (9,4 litros a los cien kilómetros y 219 g/km de CO2) y una mejor respuesta del motor.

La caja de cambios automática de doble embrague y siete relaciones AMG Speedshift DCT se coloca en el eje trasero para conseguir una distribución de pesos de un 47% delante y un 53% detrás. En el caso del GT S el peso total del conjunto es de 1.570 kilogramos (1.540 kg en el GT), lo que supone 125 kilogramos menos que el SLS AMG GT, 100 kilogramos menos que un Porsche 911 Turbo y 80 kilogramos menos que un Jaguar F-Type R Coupé, por ejemplo.

La versión S cuenta de serie con algunas golosinas en forma de sistema de escape deportivo con válvulas que permiten variar el tono del mismo, el llamado AMG Ride Control con amortiguadores controlados electrónicamente y varios modos de dureza (Comfort, Sport y Sport Plus), discos de freno delanteros de 390 milímetros (360 mm en el GT) o neumáticos en dimensiones 265/35 R19 y 295/30 R20, en los ejes delantero y trasero, respectivamente. Despacha el 0-100 km/h en 3,8 segundos y alcanza 310 km/h.

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Ya en opción, se ofrece un equipo de frenos carbocerámicos con discos de 402 milímetros (delante) y 360 milímetros (detrás), con pinzas de color amarillo, así como neumáticos de altas prestaciones Michelin Pilot Sport Cup 2 o un paquete denominado AMG Dynamic Plus, exclusivo para el GT S, que incluye soportes de motor activos (varían su dureza), una puesta a punto más deportiva del V8, amortiguación más dura y mas caída negativa en el eje delantero, entra otras cosas.

En carretera

Apenas son las siete de la mañana en San Francisco, California, y ya estamos listos para ponernos en marcha. A las puertas del hotel nos esperan hasta catorce unidades del Mercedes-AMG GT, en diversos colores, aunque hay que reconocer que el más llamativo es el amarillo Solar Beam. Nos encanta. Tampoco está mal en rojo o azul, todo sea dicho. A nosotros nos toca un color plata mate en combinación con llantas de color negro, una de las unidades más bonitas.

La apertura de puertas en el GT es mucho más cómoda que en el SLS AMG, puesto que prescinde de las alas de gaviota, pero el acceso sigue sin ser demasiado comfortable, como en cualquier coche de este tipo, tan bajo. Una vez dentro, encontrar la postura adecuada es fácil gracias a los múltiples ajustes del asiento, que te abraza con fuerza en todo momento y te espachurra si juegas con la apertura de las orejas laterales. Quizá los asientos no estén tan acolchados como nos gustaría.

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Al arrancar el V8 biturbo nos damos cuenta de que no vamos a echar en falta sonido de motor, por mucha turboalimentación de la que goce. A diferencia de otros modelos sobrealimentados como el Porsche 911 Turbo o el Nissan GT-R, cuyo sonido está marcado por los brutales ruidos procedentes del turbo, el AMG GT busca otra personalidad, con un sonido más cercano al de un V8 atmosférico, sin evidentes bufidos de los turbocompresores.

En general el coche es discreto si así lo queremos, pero solo hace falta activar el sistema de escape deportivo (ver foto) para descubrir que también puede ser muy bestia y adictivo. Con éste modo activado, es mucho más sonoro que en modo normal y petardea en retenciones de forma parecida a un Jaguar F-Type R Coupé, aunque el sonido es más grave y menos metálico que en el británico.

Una vez en carretera la dirección se muestra muy agradable. Blanda para maniobrar en ciudad, pero muy precisa y con el peso justo para carreteras de montaña. El coche muestra mucho aplomo. Está bien plantado sobre el asfalto, aunque también parece muy ligero por la facilidad con la que cambia de dirección. La suspensión es firme, incluso en el modo más comfortable posible, y a pesar de la insonorización el ruido de rodadura es evidente, aunque no deja de ser un coche apto para el día a día, como lo es el Porsche.

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En ciudad, a la hora de maniobrar o moverse entre el tráfico a baja velocidad, puede intimidar un poco a quien no esté acostumbrado a un coche de estas características por su tamaño, tanto a lo ancho como a lo largo, y por la postura de conducción tan baja. La estrecha luna o el prominente pilar A, que estorba bastante y quita visibilidad, tampoco ayudan.

La fuerza del motor V8 biturbo merece mención a parte. Está llenísimo a prácticamente cualquier régimen. Ofrece el par motor máximo desde 1.750 vueltas y hasta 4.750 RPM, pero es que la potencia máxima llega a 6.250 RPM, por lo que, en la práctica, no deja de empujar en todo el rango de vueltas. Sólo al final del cuentavueltas, cerca de las 7.000 RPM, muestra menos garra.

Uno de los aspectos que más llama la atención de este nuevo V8 es su tacto, más parecido al de un motor atmosférico que al de uno sobrealimentado. La respuesta al acelerador es inmediata, salvo a muy bajas vueltas, donde sí hay un pelín más de retraso en la entrega. En general, es un motor delicioso tanto por su gran fuerza como por su agradable sonido. En esta versión GT S, de 510 CV, está en territorio de 911 Turbo, aunque quizá no llegue a ser tan explosivo como aquel, a pesar de que goza de una tracción envidiable, sin necesidad de cuatro ruedas motrices.

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Laguna Seca

Después de autovía, zonas de montaña y algo de ciudad, llegamos por fin a Mazda Raceway Laguna Seca, el mítico circuito californiano hogar del famoso sacacorchos. Allí nos esperan varias unidades del AMG GT S Edition 1, todas ellas equipadas con el paquete dinámico, frenos carbocerámicos, alerón fijo, etc... Antes de subirnos al coche nos cuentan que probemos primero el modo Sport+ y pasemos después al modo Race, para ver las diferencias.

Salimos a pista y, aunque ya hemos probado su aceleración en carretera, es aquí donde podemos apreciar todo su potencial. Las primeras vueltas son de calentamiento, y en todo momento rodamos con un coche guía delante, que marca el ritmo y da alguna que otra instrucción por radio. En ambas tandas nos toca inmediatamente después del instructor, así que nos ceñimos al ritmo que marca.

Apenas una vuelta después de empezar a rodar, decido cambiar directamente al modo Race. De esta forma tanto el motor como la caja de cambios se ponen al ataque, y el ESP se conecta en su modo más permisivo, Sport. Si hacemos los deberes y tenemos siempre en mente cómo debemos hacer las cosas en pista, el coche se porta bien con nosotros. No nos da sustos ni advertencias. Simplemente se deja llevar a buen ritmo, ofreciendo mucho agarre y haciéndonos disfrutar con él.

Mercedes-AMG GT S, toma de contacto

La capacidad de tracción que permite el nuevo eje trasero multibrazo es sorprendente y la cantidad de empuje que ello conlleva es enorme, y muy evidente incluso en una pista de primer nivel como es Laguna Seca, ya que a veces en circuito todo nos parece falto de potencia por muchos caballos que tenga. El chasis es delicioso, especialmente aquí en el circuito, donde se muestra muy ágil y liviano, como lo hace un nueveonce. Es, además, mucho más predecible que su antecesor.

Si somos demasiado impacientes y abrimos gas antes de tiempo, la trasera se insinúa, pero es cierto que el coche mantiene la compostura en todo momento y hace falta forzarlo para que el tren trasero salga de paseo. Está tan plantado sobre el asfalto que no parece ni pariente del SLS AMG. Como nos comentó Bernd Schneider en la presentación de Affalterbach, es mucho más fácil cuando se lleva al límite, y no resulta tan agresivo y bruto como el alas de gaviota. Vamos, que no acojona a esos niveles.

Si bien en la primera tanda la unidad en cuestión nos sorprendió por el gran tacto de los frenos (cerámicos, os recuerdo) y por lo bien que aguantaron el tipo a pesar de las fuertes y constantes frenadas, en el coche utilizado en la segunda tanda notamos un tacto algo más esponjoso y quizá no tanta potencia de frenado como en el anterior.


Como suele ocurrir habitualmente en este tipo de eventos con prueba en circuito, el tiempo pasó volando y nos quedamos con ganas de más, pero no pudo ser. Esperamos poder ofreceros una prueba a fondo en cuanto el Mercedes-AMG GT llegue al mercado español, pero ya os adelantamos que el nuevo deportivo de Affalterbach va a dar que hablar, y mucho. Es el mejor deportivo de AMG de los últimos años.


Fotografía | Javier Álvarez
Vídeo | Youtube, Youtube

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