Tanto los coches de calle como los de competición están sujetos a unas normas de homologación y eso limita mucho su potencial cuando se trata de un deportivo. Por suerte, muy de vez en cuando algún fabricante decide saltarse todas las reglas para hacer un coche que está por encima de cualquier limitación legal.
Porsche tiene experiencia en este terreno y una de las veces que lo hizo consiguió destrozar el récord absoluto en Nürburgring Nordschleife con el Porsche 919 Hybrid EVO. Poco después volvió a hacerlo con el Porsche 935 y ahora ha vuelto a la carga con el Porsche 911 GT3 R rennsport.
Cada Porsche 911 GT3 R rennsport cuesta casi un millón de euros antes de impuestos
De la misma forma que el Porsche 935, el nuevo Porsche 911 GT3 R rennsport ha visto la luz en la Rennsport Reunion, un evento para los aficionados de Porsche que se celebra cada año en el circuito californiano de Laguna Seca. Según Porsche, es el sucesor del 935 y lo cierto es que está hecho con una receta muy similar.
Se trata de un coche de carreras cliente que no está homologado para circular por la vía pública, pero tampoco para competir, por lo que solo podrá utilizarse en jornadas de trackday en circuito. Está basado en el nuevo Porsche 911 GT3 R y únicamente se fabricarán 77 unidades.
Para hacernos una idea de lo bestia que es este coche, hay que entender que deriva de un coche de competición y que Porsche solo utiliza el apellido “rennsport” en sus modelos más salvajes porque esa palabra en alemán significa “carreras”.
Estamos, por tanto, ante un coche de carreras que solo está al alcance de 77 de los clientes más exclusivos de Porsche. O al menos de los que puedan gastarse los 951.000 euros más IVA y opciones específicas de cada país que pide Porsche por cada unidad.
Como el Porsche 935, tiene una carrocería de competición, pero no apuesta por el estilo clásico de su predecesor, sino por el diseño que tienen las versiones de carreras del actual Porsche 911 (992). El capó y el techo provienen del GT3 R, pero el resto de elementos del exterior se ha modificado.
Como no tiene que ajustarse a ninguna normativa, sus formas son más radicales que las del GT3 R del que deriva. Gracias a ello tampoco lleva retrovisores convencionales y usa unos digitales con un sistema de tres cámaras externas y monitores en el habitáculo.
Más allá de esos monitores, de las animaciones específicas para el cuadro digital y de la luz ambiental personalizable, por dentro es prácticamente idéntico al 911 GT3 R. En este caso, todos los elementos de seguridad cumplen las normas de la FIA y, como el diseño de la jaula de seguridad es “especialmente rígido”, solo puede tener un asiento, por lo que es monoplaza.
A nivel técnico, el protagonista es el motor bóxer atmosférico de seis cilindros y 4.2 litros del 911 GT3 R. Al no tener que cumplir con las restricciones de un reglamento, es capaz de girar a un máximo de 9.400 rpm y desarrolla 620 CV (el 911 GT3 R se conforma con 565 CV en el mejor de los casos).
Incorpora pistones y árboles de levas específicos que soportan la mayor compresión en la cámara de combustión y el mayor avance de encendido que permite el combustible E25 con el que es compatible este bloque. Eso quiere decir que puede funcionar con bioetanoles, ReFuel (combustibles regenerativos) y e-fuels. Por supuesto, también con gasolina convencional.
De enviar la potencia a las ruedas traseras se encarga una caja de cambios secuencial de seis marchas, la misma del 911 GT3, pero con pequeñas modificaciones. Según Porsche, la relación de la cuarta, quinta y sexta velocidad se corresponde con la configuración usada por el GT3 de competición en Daytona, pero alcanza una velocidad máxima unos 20 km/h superior al GT3 R homologado por la FIA.
El cliente puede escoger entre una variante sin silenciador en el sistema de escape y una con silenciadores y catalizadores orientada a los circuitos donde hay restricciones de ruido.
En lo que respecta al chasis, Porsche asegura que es idéntico al del GT3 de carreras, con suspensión de doble horquilla delante y multibrazo detrás, siempre con amortiguadores de competición KW ajustables en cinco posiciones.
Los neumáticos están desarrollados en exclusiva por Michelin para este coche y van montados en llantas monotuerca, mientras que los frenos los suministra AP y el depósito de combustible de 117 litros es un kg más ligero que el del GT3 R de competición.
Esto último, sumado a la carrocería de fibra de carbono o la eliminación del aire acondicionado (el asiento sí tiene ventilación), da como resultado un peso en orden de marcha de 1.240 kg, lo que se traduce en una relación peso/potencia de 2,0 kg/CV.