Uno de cada tres conductores de coches eléctricos dice que volvería a uno de gasolina o diésel porque los eléctricos son insufribles en los viajes largos

Uno de cada tres conductores de coches eléctricos dice que volvería a uno de gasolina o diésel porque los eléctricos son insufribles en los viajes largos
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La Unión Europea ha decidido que a partir de 2035 sólo se puedan vender de manera efectiva coches eléctricos. Y no está sóla, Reino Unido o Japón han puesto la misma fecha de caducidad al coche de gasolina. Incluso Estados Unidos podría, en principio, acabar con el coche de gasolina. La adopción del coche eléctrico varía de un país a otro, pero el coche eléctrico ya ha dejado de ser en muchos de ellos. Con cuotas de mercado que van desde el 5% al 90%, ya no es un modelo de nicho o una curiosidad.

Sin embargo, casi un 30 % de los que hoy tienen un coche eléctrico volverían a un coche gasolina o diésel, según un estudio de la consultora McKinsey&Co, sobre todo debido a las dificultades de carga. El estudio realizado a nivel global, pinta una realidad diferente según las diferentes regiones del mundo.

Viajar con un coche eléctrico es visto como un engorro

Según la encuesta de la consultora, el 29% de los propietarios de un coche eléctrico en todo el mundo probablemente volverán a un coche con motor de combustión interna. La principal razón es la dificultad para recargar, ya sea fuera de casa o incluso a domicilio.

El 35% asegura que la infraestructura de recarga en la vía pública aún no es suficiente para sus necesidades y el 32% explica que “los patrones de conducción”, es decir, planificar el viaje en función de dónde poder parar a cargar, tiene un impacto demasiado importante en sus viajes. Además, el 21% asegura que tener que pensar en dónde cargar les genera demasiado estrés y el 24% asegura que no tienen donde cargar el coche en casa.

Volver a comprar un coche de gasolina
Porcentaje de dueños de un coche eléctrico que volverían a coche de gasolina, desglosado por los principales mercados del mundo. La media global se sitúa en el 29 %. Fuente: McKinsey & Co.

De esta encuesta se podría pensar que el único problema para la adopción del coche eléctrico es un problema de infraestructura de recargas y no, por ejemplo, también de precio. Así, el 34% de los encuestados aseguran que el coste de tener un coche eléctrico es muy elevado. Es decir, no solamente se incluye en la ecuación el precio de las cargas públicas sino también el precio de compra del coche.

Las encuestas pueden ser muy buenos indicadores para tomar el pulso de la población o de los automovilistas. Pero, al igual que los sondeos de opinión en época de elecciones, también pueden ofrecer interpretaciones sesgadas, o en todo caso, no reflejar toda la realidad y sus matices.

Razones para no volver a comprar un coche eléctrico.
Razones por las que los dueños de un coche eléctrico se pasarían a un gasolina de nuevo. Fuente: McKinsey & Co.

Así, el estudio de la consultora McKinsey&Co se basa en una encuesta realizada en diferentes países. En este punto del estudio,  de cuántos propietarios de coche eléctrico serían (muy) propensos a volver a los motores de combustión interna, la encuesta se realizó en Australia, Estados Unidos, Brasil, China, Alemania, Noruega, Francia, Italia y Japón. Y lógicamente, el porcentaje de propietarios de coches eléctricos que volverían a un coche con motor de combustión interna varía mucho de un país a otro.

Así, en Australia (49%) y en Estados Unidos (46%), la gran mayoría de los encuestados que poseen un coche eléctrico probablemente no volverá a comprar un automóvil eléctrico. Sin embargo, ese porcentaje baja hasta el 18% en Francia, el 15% en Italia y sólo el 13% en Japón. La media en Europa sería de sólo 19%.

Los mayores porcentajes se dan en países inmensos, con vastas zonas poco pobladas y donde las infraestructuras de recarga son muy insuficientes para recorrer largas distancias con tranquilidad, como es el caso en Australia.

Así, si bien Australia registró en 2023 un aumento del 75% en el número de puntos públicos de recarga de coches eléctricos, pasando de 464 a finales de 2022 a 812 a finales de 2023. En el tercer trimestre de 2024, se vendieron en Australia poco más de 289.000 coches de los cuales, casi 19.000 eran eléctricos. Con menos de 1.000 puntos de carga pública, se puede entender que recargar fuera de casa sea visto como un problema.

En todo caso, no se puede pasar por alto que recargar fuera de casa más allá de las zonas urbanas (que tampoco es tan sencillo) no es una operación tan sencilla como repostar gasolina e implica planificar la ruta de antemano.

Y es que aunque crezcan los puntos, los que más deben hacerlo son los de carga rápida y en ruta. Al final son los más determinantes y lo demuestra ese tercio de los dueños de un eléctrico señalando que son un engorro para hacer trayectos largos.

Este tipo de cargadores se enfrentan a un complejo camino burocrático que demora su instalación: pasa en España, donde estamos muy retrasados en este aspecto y pueden tardar hasta tres años en instalarse y estar operativos, pero también en EE.UU. Y es que en general el grueso de cargadores están en las grandes ciudades. La red de alta potencia de IONITY es una buena referencia de ello.

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