El precio del petróleo sigue en caída libre, y esa no es necesariamente una buena noticia

El precio del petróleo sigue en caída libre, y esa no es necesariamente una buena noticia
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La pandemia del coronavirus, una crisis que es es global, ha asestado el golpe definitivo al precio del crudo, tanto el de brent (el de referencia en Europa) como el tipo West Texas (de referencia en Estados Unidos). En el último cierre, el barril de brent ha conseguido apenas rozar los 30 dólares (30,05) y ayer alcanzaba los 29,53 dólares. Lo mismo para el tipo West Texas, cuyo precio se desplomaba hasta los 29 dólares en el último cierre.

Y esto tiene muchas consecuencias.

¿Qué lo está provocando?

Oil Industry
  • El desplome del sector aéreo en Wall Street, que lucha por mantener la liquidez en un momento de fuertes restricciones y el cierre de fronteras en todo el mundo, como ha ocurrido recientemente en España.

¿Qué consecuencias tiene esto?

gas industry
  • Los ingresos de los países productores de petróleo y gas, sobre todo los más vulnerables pueden descender entre el 50 % y el 85 %, según han alertado la OPEP y la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés). Recordemos que las exportaciones de esta materia prima, y su precio, están vinculados a las cuentas nacionales de los productores.

Las organizaciones consideran que, si continúa esta situación, tendrá consecuencias sociales y económicas para el gasto del sector público en áreas como la salud y la educación en países como Ecuador, Nigeria o Irak.

  • Carburantes más baratos. Aunque una caída del precio de la materia prima no implica una bajada proporcional e inmediata de los carburantes (la mitad de lo que pagamos son impuestos), en España llenar el depósito es más barato.

Los precios de las gasolinas y gasóleos registran su nivel más bajo en lo que va de año. Por ejemplo, el litro del diésel ha bajado del euro en varias comunidades; en Cantabria ya ocurría desde la semana pasada. Esto supone un balón de oxígeno, temporal, para el bolsillo del consumidor.

  • Malas noticias para las energías renovables. Cuando se produce una bajada de los precios de los carburantes, las energías renovables como la solar y la eólica se vuelven menos competitivas. Ante el desplome del barril de crudo, los productores pueden centrarse en la producción de gas, dejando a las renovables en un segundo lugar como fuentes de electricidad.

En este punto entra en juego el apartado anterior. Si los grandes productores y gobiernos absorben las caída del precio del petróleo, se verán obligados a reducir el gasto, y es probable que las inversiones en energías renovables y los subsidios (como las ayudas al coche eléctrico, por ejemplo) caigan.

Así lo advierte la IEA: "Sin medidas de los gobiernos, la energía más barata siempre lleva a los consumidores a utilizarla de manera menos eficiente. Reduce el atractivo de comprar automóviles más eficientes o modernizar casas y oficinas para ahorrar energía".

Desde la agencia se anima a los gobiernos a eliminar los subsidios para el consumo de combustibles fósiles ahora que los precios del petróleo han caído. "Hay alrededor de 400.000 millones de dólares de estos subsidios en todo el mundo hoy, y más del 40 % de ellos son para hacer que los productos petroleros sean más baratos", explica.

Lo cierto es que con cada crisis en la que el petróleo acaba en el ojo del huracán, queda patente la volatilidad de esta fuente de energía en los mercados y la necesidad de diversificar las energías renovables.

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