
Los aranceles del 25 % impuestos por Donald Trump a los coches importados, y componentes, están causando estragos en la industria automovilística. Unas de las más afectadas son las marcas japonesas, pues EEUU es su principal mercado fuera de sus fronteras.
Se prevé que estos impuestos de importación supongan un agujero millonario para las firmas niponas: se estima en cerca de 19.000 millones de dólares. La industria del coche es sumamente importante para Japón, así que la salvación pasa porque las negociaciones para reducirlos entre el gobierno nipón y la administración Trump lleguen a buen puerto.
19.000 millones de dólares por los aranceles de Trump
Muchos de los coches que Toyota, Honda o Nissan venden en EEUU se ensamblan en plantas de México o Canadá. Esto significa que ahora van gravados con los nuevos aranceles y los fabricantes japoneses ya estiman el descalabro que supondrá para sus cuentas. Para marcas como Nissan, que se encuentra envuelta en una de las peores crisis de su historia, podría ser el golpe definitivo.
Pérdidas millonarias. Toyota, que lleva cinco años consecutivos siendo el mayor fabricante del mundo, anunció la semana pasada que estima un impacto de 180.000 millones de yenes (1.200 millones de dólares) en sus ingresos operativos ya solo en los meses de abril y mayo. Para todo el año fiscal, según estiman los analistas de Bloomerg, las pérdidas podrían suponer 10.700 millones de dólares. La analista de Pelham Smithers, Julie Boote, las fija entre 5.400 y 6.800 millones de dólares.
Honda pinta un escenario con una caída del 70 % en su beneficio neto también en el presente año fiscal, que termina en marzo de 2026: cerca de 250.000 millones de yenes, lo que supone unos 1.470 millones de euros al cambio. Nissan, no ha realizado estimaciones de cómo afectará la medida a su beneficio anual, pero prevé pérdidas de 200.000 millones de yenes (más de 1.170 millones de euros) para el segundo trimestre de este 2025.
A Nissan le supone una piedra más en su ya repleta mochila, tras un ejercicio nefasto en el que su pérdida neta oscila entre los 700 y 750 mil millones de yenes (entre unos 4.200 y 4.600 millones de euros). El primer trimestre de 2025 ha sido especialmente duro, con una caída de ingresos del 94 %. Los aranceles estadounidenses ha sido la guinda. Nissan está inmersa en un plan de recorte de gastos, y ha anunciado casi 20.000 despidos en todo el mundo: 15 % de su plantilla total.
Negociaciones abiertas. Estas negras previsiones podrían mejorar si el gobierno japonés llega a un acuerdo con el de Donald Trump para eliminar los nuevos aranceles. En ello está inmerso el Ejecutivo de Shigeru Ishiba, aunque no será sencillo: su intención es que EEUU de marche atrás por completo con el nuevo gravamen. En aras del entendimiento, Japón ha propuesto ampliar sus inversiones en EEUU en el sector automovilístico o mejorar la cooperación en la construcción naval.
Para Japón los impuestos de importación al 25 % han supuesto un duro golpe, dado lo mucho que aportan las marcas de coches japonesas al PIB del país: se estima que podría reducirse un 0,8 %.
Fabricar en EEUU. La respuesta de las firmas japonesas a esta guerra arancelaria se ha dado a varios niveles. Por ejemplo Honda aplazará de momento su inversión prevista de 15.000 millones de dólares canadienses para la fabricación de coches eléctricos en Canadá. Entre ellos tenían planificada una fábrica con una producción anual de 240.000 modelos.
Nissan se ha visto obligada a suspender los pedidos de dos modelos SUV de Infiniti, su firma premiun: los QX50 y QX55 que ensambla en la planta mexicana COMPAS, que explota junto a Mercedes-Benz.
Para capear el temporal, también están optando por justo lo que quería Donald Trump con la imposición de aranceles: producir sus coches en EEUU. Toyota ya ha dejado caer su intención de aumentar su producción en plantas estadounidenses a medio y largo plazo: el próximo Toyota RAV4 se ensamblará en su fábrica de Kentucky. Y Honda pasará a producir el nuevo Honda Civic en su planta de Indiana.
Las japonesas no son las únicas: Volvo, BMW, Audi o Hyundai, asimismo aumentarán la producción de sus modelos en plantas de EEUU o bien inversiones en el país norteamericano.
Imágenes | Toyota, Honda