Industria avisa: "A Nissan le va a costar 1.000 millones cerrar la planta de Barcelona"

Industria avisa: "A Nissan le va a costar 1.000 millones cerrar la planta de Barcelona"
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"A Nissan le va a costar 1.000 millones cerrar la planta; mucho más caro que si decide invertir en ella", ha advertido Raül Blanco, Secretario General de Industria y PYME. En cambio, a Nissan le bastaría con invertir 300 millones de euros para que la factoría de la Zona Franca de Barcelona vuelva a ser competitiva dado que "la empresa no ha invertido en la planta desde hace 10 años", añadió ayer.

Según él, Gobierno de España, Generalitat de Catalunya, Ayuntamiento de Barcelona y Consorcio de la Zona Franca de Barcelona trabajan de manera conjunta con Nissan para tratar de revertir la situación. Y es que el cierre de la factoría de Nissan en Barcelona ya se da por hecho. Se comunicará de forma oficial el próximo 28 de mayo, cuando Nissan publique su nuevo plan estratégico a nivel mundial.

El cierre de esta fábrica afectaría directamente a 3.000 personas y a unas 30.000 en toda España cuando se incluyen las empresas auxiliares que perderían a Nissan como cliente. De ahí la advertencia del secretario general de Industria y PYME. Si finalmente Nissan se va, la firma nipona podría tener que hacer frente al pago de unos 1.000 millones de euros de costes asociados a gastos laborales y los derivados de los contratos por los terrenos que alquila en la Zona Franca.

Nissan Barcelona

Además, se baraja la posibilidad de reclamar la devolución de las ayudas prestadas a Nissan estos últimos años dentro del arsenal de trabas jurídicas para frenar el cierre que plantea el Secretario General.

Una hipotética alternativa

Según informan en elEconomista el Ejecutivo ha iniciado una labor comercial en busca de alternativas para mantener la producción y el empleo en la planta. Esa alternativa sería que un fabricante chino de coches eléctricos se instale en la Zona Franca.

Nissan Barcelona Zona Franca

Para ese hipotético fabricante, el hecho de fabricar en el interior de la Unión Europea le abriría las puertas del continente, además de requerir una inversión inferior, pues solo tendría que acondicionar la fábrica. Además, la cercanía de la fábrica con el puerto (de hecho, está en los terrenos del puerto) es una baza logística nada desdeñable.

Por otra parte, Moncloa pretende que Nissan mantenga la actividad al menos uno o dos años en las instalaciones para garantizar una transición suave. Y es que si bien el cierre efectivo de una fábrica no se hace de un día para otro (salvo cuando se trata de una bancarrota), es relativamente rápido. Es una cuestión de meses, es decir el tiempo que se precisa para empezar la producción de los vehículos en otro centro.

Por ejemplo, el Renault Alaskan, que ahora sale de Zona Franca, comenzará a fabricarse en Argentina este otoño. Y es muy probable que los Nissan eNV200 se fabriquen en Francia alrededor de la misma época. Para entonces, la actividad en Barcelona podría haber llegado a su fin y se echaría definitivamente el cierre.

El centro de producción de Barcelona no es el único que posee Nissan en España, pero sí la que corre peligro. A prior, las fábricas de Ávila, que tiene un plan industrial en marcha desde hace dos años, y la de Corrales de Buelna (Cantabria), que provee sobre todo piezas a la fábrica inglesa de Sunderland, parecen tener asegurada su permanencia.

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