Hoy 30 de mayo de 2017, se vive en Madrid una nueva manifestación del sector del taxi. En un paro de 12 horas desde las 6:00 de la mañana hasta las 18:00 de la tarde, taxistas de toda España se darán cita en la capital (con réplicas en otras ciudades españolas como el paro de 24 horas en Barcelona) para reclamar sus derechos antes las instituciones públicas y todas la sociedad. Y si esto te suena de algo es porque, sí, en efecto, hace bien poco tuvimos otra huelga muy similar (el 16 de marzo).
Tanto el Ministerio de Fomento como el consistorio municipal serán objeto de las reclamaciones del sector, reclamaciones encaminadas a "buscar soluciones para el cumplimiento de la normativa para acabar con la competencia desleal de empresas como Uber o Cabify" y materializadas en una marcha que pondrá en jaque nuevamente la movilidad urbana madrileña.
La historia se repite en Madrid, con más tensión
Convocada por la Confederación de Taxistas Autónomos de España (CTAE), la Federación Élite Taxi España (FETE) y la Mesa Estatal del Taxi (META), la manifestación discurrirá por todo el centro de Madrid con origen en la estación de Atocha a las 12:00 y subirá por el Paseo del Prado hasta Neptuno con parada en el Congreso de los Diputados, donde se reunirán con algunos representantes políticos.
La ley a la que hacen referencia los taxistas es la que marca un máximo de 1 VTC por 30 licencias de taxi, y desde las agrupaciones de taxistas afirman que ya hay 1 por cada 7. Todas las reclamaciones son legítimas, especialmente si tenemos en cuenta que pueden afectar a los ingresos de muchas familias, pero tampoco hay que juntar churras con merinas.
Exceso de VTC, VTC piratas, cualquier solución de movilidad alternativa, capitalismo radical o incluso el TTIP (Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión) son conceptos que algunos sectores del taxi han metido en la misma coctelera para caldear unos ambientes que han llegado hasta temperaturas tórridas. Y si no que se lo digan a los nueve coches de Cabify encerrados y calcinados durante la Feria de Abril en Sevilla. Incluso Car2Go sufrió hace no demasiado la rotura de cristales en sus vehículos eléctricos compartidos, un servicio complementario al taxi y preferido ya por más de 65.000 clientes en Madrid.
Precisamente Uber y Cabify han sido el foco de todas las protestas acusados de ser "un modelo privatizado a favor de estas multinacionales que sustituye al taxi". Vale, sí, también tienen sus cosas malas pero suponen una alternativa viable mientras se mantengan dentro de la legalidad. Una legalidad que debe ser determinada por los tribunales al margen de acusaciones (fundadas o infundadas) sobre tributación, falsos autónomos, captación ilegal de clientes, licencias piratas, mercadeo de licencias... Situaciones ilegales o alegales denunciadas por el sector.
Por qué es un cierre patronal, más que una huelga
Este es el momento en el que la Policía se ha llevado a uno de los manifestantes en la huelga del taxi en Madrid pic.twitter.com/8B9AFA2qpn
— El Español (@elespanolcom) 30 de mayo de 2017
Huelga, manifestación, reivindicación... Hemos escuchado y leído muchos nombres sobre lo que está pasando en las calles de Madrid hoy, pero hay una pequeña diferencia. En contraposición de lo que podríamos pensar, el paro de los taxistas a nivel nacional y la concentración en Madrid se asemejan más bien con lo que vendría a ser un cierre patronal, fomentado por los propios empresarios y "secuestrando" a parte de la sociedad (clientes del taxi y usuarios de las calles de Madrid).
Mientras que huelgas y manifestaciones están recogidas dentro de la Constitución Española en sus apartados 1 y 2 del artículo 28, el cierre patronal es una medida de presión unilateral no recogida expresamente consistente en la paralización de la actividad empresarial por parte de los empresarios en este caso contra las administraciones.
Esta manifestación de conflicto laboral colectivo puede verse motivada por muchas y muy legítimas razones, pero en verdad esta movilización no está haciendo más que ahondar de manera contraproducente en las intenciones de los taxistas solicitando la supresión de la competencia (de la que dicen estar a favor) y fomentando en días como hoy el uso de aquellas empresas a las que consideran su competencia.
Y mientras tanto, cada uno a lo suyo. En el mismo día que el taxi parará en la capital, Uber mantiene vigente la campaña Uber5 con la que cualquier trayecto en la almendra central (M-30 hacia dentro) sólo costará 5 euros. Este servicio estará disponible hasta el 2 de junio en horario de 05:00 a 17:00 de lunes a viernes. Por su parte, algunos taxistas han acordado cobrar sólo la voluntad durante la jornada de huelga.
Las dos grandes némesis del taxi, Uber y Cabify, notificaron a sus clientes que esta jornada sería un día especialmente complicado para encontrar coches y han reiterado mediante un comunicado oficial que respetan el derecho a huelga de los taxistas y su disposición a acatar las decisiones de las administraciones y los tribunales.
Foto | Taxisol Marbella
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