Los granjeros no podían arreglar sus tractores por culpa del software. Ahora John Deere recula (antes de que le obligue la ley)

Los granjeros no podían arreglar sus tractores por culpa del software. Ahora John Deere recula (antes de que le obligue la ley)
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Los usuarios norteamericanos de los tractores de John Deere llevan años criticando, con razón, que sus vehículos solo puedan repararse en el servicio oficial. Y eso implica que agricultores y propietarios deben pasar por caja para cualquier reparación, que les saldría más barata si lo hicieran por su cuenta o en talleres independientes.

Pero parece que John Deere ha comenzado generosa este 2023 porque a partir de ahora va a permitir que agricultores y talleres no oficiales puedan hacer estas reparaciones. Así lo promete y recoge en su Memorando de Acuerdo con la American Farm Bureau Federation (AFBF).

Y es que la normativa estadounidense impide que un taller independiente, o un propietario en su garaje, pueda hacer estas tareas. Si bien no todas las marcas aplican a rajatabla la Ley, sí que lo hace John Deere, o por ejemplo también Tesla. No obstante, no es oro todo lo que reluce, porque este memorando viene con letra pequeña y ha levantado suspicacias.

Para tu tranquilidad, esto en Europa no ocurre: la normativa vigente sí permite arreglar o hacer el mantenimiento de cualquier vehículo fuera del servicio oficial. Y sin invalidar la garantía. Ello incluye a los tractores de esta firma americana. Aunque en EE.UU esto podría cambiar y mucho tiene que ver en ello este movimiento de John Deere.

Un cambio de rumbo con muchas sombras

John Deere

Estando a este lado del charco, cabe preguntarse por qué el propietario de un tractor John Deere no puede arreglarlo por su cuenta ya sea con sus propias manos o en un taller que no sea de la firma. Es decir, si se tienen las herramientas y las piezas, ¿qué les impide hacerlo?

La clave la encontramos en la centralita de estos tractores, que detecta cualquier pieza del motor o mecánica que se sustituya. Si no se valida mediante un código desde la misma, el sistema considera que falta la pieza y por tanto el vehículo no arranca. Y es que cada pieza va grabada ateniéndose a sistema de Digital Rights Management (DRM), siendo el objetivo el de evitar falsificaciones.

En resumen que en EE.UU, aunque hayas cambiado tú la pieza, tiene que venir un técnico de la marca para validarla y que el tractor siga funcionando.

Así, John Deere incluye el bloqueo a distancia en todos sus productos. Y el principal objetivo no es evitar robos, sino asegurarse que sus clientes norteamericanos mantienen y arreglan sus tractores o cosechadoras solo en un taller oficial. Estos tractores son estupendas computadoras con ruedas y eso tiene ventajas, pero también muchos inconvenientes.

Todo esto sumado a que el 60 % de los agricultores en 20 estados tienen un vehículo agrícola de la compañía, se traduce en que John Deere atesora el monopolio de reparación en este país. Y por ello ha recibido varias demandas desde grupos agrícolas, hartos de este totalitarismo.

John Deere

¿Ha cambiado esto ahora? Muchas lagunas. En el memorando firmado por John Deer y la AFBF, la marca se compromete a poner a disposición de los agricultores y los talleres independientes el software, herramientas y documentación que soliciten.

Y en el mismo, también se asegura que los propietarios podrán desbloquear sus vehículos de haber sido inmovilizados, lo que puede pasar no solo por hackeos, si no también si se activan por accidente algunas opciones de seguridad.

No obstante, como bien analiza el reputado bloguero tecnológico Cory Doctorow, a esto se añade que se facilitará en "en términos justos y razonables". Y además, en este texto no se detalla en ningún momento que se vayan a proporcionar los códigos de desbloqueo de las piezas, esenciales para realizar la reparación a efectos. Y dado que hablan de "justos y razonables" quizá los ofrezcan, pero al precio que consideren.

Por otro lado, el memorando especifica que no se podrán hacer modificaciones que comprometan la seguridad de la máquina y que el software está completamente protegido. Y respecto a las actualizaciones remotas, que van a aplicarse desde este 2023, tampoco se detalla que se podrán reprogramar las piezas sin la validación de la marca o de talleres o distribuidores de la misma.

John Deere máquinas agrícolas

Por no hablar de que el jefe de tecnología de John Deer, Jahmy Hindman, comentó en una entrevista en 2021 concedida a The Verge, que en realidad cualquiera puede reparar las mecánicas de los tractores de su firma: "Ponemos a su disposición los manuales de servicio. Ponemos a disposición las piezas". aseguró a este medio.

En definitiva, lo nuevo que aplica el memorando es el acceso al software, pero sin mención a los códigos de desbloqueo no está tan claro que se tendrá la prometida independencia de las reparaciones.

¿Esquivar una regulación que acoja el derecho a reparar? Pero hay más: el acuerdo se señala como no vinculante, por lo que si la AFBF o la propia marca deciden que no es viable, quedará sin efectos. E igualmente exige que, en caso de cambiar la normativa, deberá adecuarse a los compromisos pactados en el memorando.

Y aquí encontramos el por qué de este cambio de tercio en la actitud hasta ahora draconiana de John Deere y con la que se está embolsando miles de dólares. La marca se está cubriendo las espaldas en caso de que se apruebe una normativa que recoja el derecho a reparación. La cual llevan años demandando asociaciones que claman por este derecho precisamente ante el monopolio de la firma.

Por ello, como analizan en The Verge, en el memorando se señala que se instará a "organizaciones estatales de la Oficina Agrícola a reconocer estos compromisos" y "abstenerse de introducir, promover o apoyar la legislación federal o estatal del 'Derecho a reparar'".

Lo que significa que que John Deere quiere poder tener control sobre esta normativa y que además se haga en sus propios términos. Al final, sus tractores y maquinarias son las más numerosas en EE.UU. Por ello no extraña el escepticismo de agricultores y de marcas rivales ante este acuerdo que abre la mano, pero no tanto.

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