Esto me suena: 10 tendencias del automóvil que vienen del pasado (parte 2)

Esto me suena: 10 tendencias del automóvil que vienen del pasado (parte 2)
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Ayer vimos que lo retro está de moda, y el mundo del automóvil está recuperando algunas costumbres ya vistas en el pasado, adaptándolas a los nuevos tiempos. La primera parte versaba sobre pesos a la baja, patentes y sinergias, el no tan nuevo downsizing, el éxito de los diseños clásicos y la venganza del coche eléctrico.

En la entrega de hoy hablaremos del renovado éxito de las carrocerías pequeñas, que vuelve el techo de lona a las pasarelas, la reclamación de marcas Premium de nichos de mercado, la instrumentación ya no es lo que era y que eso de tener coche privado ya no es tan trendy. Veámoslo con detenimiento.

SEAT Ibiza ST

Las carrocerías pequeñas recuperan su popularidad

Desde hace tiempo, los coches han ido creciendo dentro de un segmento, el antiguo B es ahora el A, el antiguo E es ahora el D... ese crecimiento ha provocado que algunos coches se hayan vuelto demasiado grandes, y las plazas de aparcamiento no han seguido esa evolución.

Dado que el espacio es limitado y por dentro se han hecho avances en el aprovechamiento del habitáculo, las carrocerías pequeñas --convencionales y tipo SUV-- recuperan protagonismo, sin olvidarnos de la crisis económica que baja presupuestos. El nivel de equipamiento, motorización, refinamiento y demás ponderables ha mejorado muchísimo en muy poco tiempo. Ya no son coches "básicos", solo pequeños.

Dependiendo del país, los gobiernos estimulan esta tendencia a base de impuestos, procurando que la gente compre coches de las dimensiones que necesita, sin irnos al modelo del caballo grande, ande o no ande. Además, volviendo al segundo punto, algunos ya han tocado techo en crecimiento y van recortando cotas.

Porsche 911 Cabrio

La capota, que sea de lona

Parece que la época de los coupés cabriolet con techo duro se está terminando. Desde los inicios de la automoción, la capota textil o de lona fue la reina, y que conste que han avanzado mucho las cosas. Ya son competitivas con los techos duros en estanqueidad y aislamiento, aunque siguen perdiendo en consecuecias del vandalismo.

Los techos duros retráctiles se postularon como solución, pero son complejos, caros y pesados. Además, restan creatividad a los diseñadores, y en algunos casos, se fuerzan mucho los volúmenes del coche. Es el caso del Ford Focus CC, Nissan Micra C+C o Lexus SC 430.

Por eso los fabricantes vuelven a apostar por la lona, aunque prácticamente hablamos de fabricantes Premium, dada la estampida de los generalistas de este tipo de coches. Las ventajas superan a los inconvenientes, y la lista de descapotables de techo duro se reduce paulatinamente.

BMW Z4

Las marcas Premium reclaman sus nichos

Hilando desde el tema anterior, constatamos en poco tiempo el final de la comercialización de berlinas de segmento E, coupés de verdad, biplazas, descapotables, todoterrenos y demás segmentos de baja rentabilidad. Se están volviendo Premium en una alarmante proporción.

Mientras los generalistas se centran en el volumen y la rentabilidad, los Premium se cogen las ideas los unos a los otros y rellenan nichos de mercado poco explotados, o se los sacan de la manga. Además, mantienen segmentos clásicos que ya no interesan a los generalistas, pero por más dinero.

¿Están volviendo las aguas a su cauce? Desde el principio de la automoción, los coches más exclusivos han implicado pagar más por ellos. Por eso los generalistas cada vez se salen menos del guión, salvo que sus balances contables estén muy saneados y puedan hacer "experimentos".

Citroën C4 Cactus

La instrumentación está sobrevalorada

Tradicionalmente, la instrumentación de los coches no ha sido muy informativa que digamos. El tacómetro empezó a ser un equipamiento popular en los años 80, muchísimos coches no lo tenían, y actualmente se hace raro no verlo. También ganamos los termómetros del refrigerante, hasta del aceite, manómetros del turbo, ordenador de a bordo...

Pero en la misma época en la que Facebook, Twitter o la Guía Michelín se cuelan en nuestros sistemas de infoentretenimiento, está desapareciendo instrumentación. No es nada raro encontrar coches sin termómetro de agua, y ya salen algunos hasta sin tacómetro. Es el caso del Citroën C4 Cactus.

En algunos coches de gama muy alta, así como en híbridos y eléctricos, se estila más el potenciómetro. Parece que la mecánica va a ser una cuestión cada vez más abstracta al usuario, total, si la mayoría no entiende nada del tema, ¿para qué? Total, ya hay chivatos de temperatura excesiva o que hay que cambiar de marcha.

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Menor importancia del coche privado

A los fabricantes les asustan los nacidos a partir de mediados de los 80 y 90 (generación Y) que no tienen la ambición de tener un coche privado. Gente urbanita, con un transporte público razonable, que prefiere ser llevado a conducir, y cacharrear con sus gadgets. Ganan terreno las soluciones de movilidad frente al coche en propiedad.

Parece un movimiento involucionario, el automóvil ya no es sinónimo de libertad, casi podemos calificarlo como sinónimo de esclavitud. Hay alternativas. Para quien se mueve poco existen los coches de alquiler, viajes compartidos, y según el sitio, hasta competencia al taxi. Se reducen los motivos para tener coche.

Admitamos que de 7.000 millones y pico de personas no todos podemos tener coche. Los fabricantes lo saben, en el mundo desarrollado ya hemos alcanzado una densidad alta de coches/persona, y se preocupan en ofrecer soluciones de movilidad, y no solo coches. Los tiempos han vuelto a cambiar.

En Motorpasión | Esto me suena: 10 tendencias del automóvil que vienen del pasado (parte 1)

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