Confirmado: las marcas se preocupan más por colarnos inventos inútiles y bonitos que por que sean duraderos y utilizables

Mandos Tactiles
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Daniel Murias

Ahí va una idea loca. Los coches están hechos para conducirlos, no para mirarlos. Y aun así, le damos una importancia quizá  al diseño, a la estética en general. La morfología de la carrocería es determinante, se dice, en el 70% de las decisiones de compras. El coche nos entra por los ojos, pero salvo cuando nos subimos o bajamos del coche no vemos su carrocería. Es algo decisivo porque satisface nuestro ego, no nos engañemos.

El habitáculo es otro elemento importante, al fin y al cabo es lo que más vamos a ver del coche. Los materiales utilizados, las pantallas y los gadgets ayudan a influenciar la decisión de compra. Eso explica la importancia que tiene el departamento de diseño en una marca. Y también el porqué de tantos elementos estéticos y gadgets en un coche nuevo que, en el fondo, no aportan realmente un valor añadido. E incluso pueden resultar molestos o rozar lo peligroso.

Esas bonitas e inútiles tendencias en las marcas de coches

Ya sea en la carrocería o en el habitáculo las marcas, a menudo se preocupan más de hacer algo bonito para atraernos, aunque no sea funcional. Estos son algunos de los ejemplos que, tras décadas probando coches, nos siguen irritando y que, sinceramente, tienen cero valor añadido y una funcionalidad mejorable, en el mejor de los casos, y totalmente inútil en el peor de los casos.

Las llantas cada vez más grandes (y los bordillos cada vez más altos). A los diseñadores de coches les encantan las llantas grandes. "Las ruedas grandes ayudan a que el coche se asiente más firmemente en el suelo. Da sensación de estabilidad y robustez. Un coche con ruedas pequeñas no es muy atractivo ni transmite seguridad", explicaba Jérémie Sommer, diseñador del Scénic de segunda generación.

Audi Rs6 Llanta

El problema surge cuando para calzar una llanta grande sin aumentar el diámetro de la rueda hay que recurrir a neumáticos de perfil bajo (la franja que hay entre la banda de rodadura y la llanta). Eso tiene por consecuencia una mayor firmeza en la rodadura del coche y una mayor exposición de las llantas a rayarlas al aparcar en la calle o en los parkings con sus enormes bordillos en las rampas.

Faros LED con animaciones. Los faros LED consumen poca energía, permiten diseñar firmas lumínicas con formas únicas y mejoran notablemente la visibilidad nocturna. Estos faros, al estar compuestos por una multitud de LEDs permiten incluso realizar animaciones y espectáculos de luces cada vez que abres o cierras tu coche.

Esas animaciones no aportan nada, pero quizá tampoco sean molestas. Y hasta se pueden proyectar y las podemos diseñar, como en el nuevo Audi Q3. En cambio, las marcas deberían pensar y no hacer faros tan potentes que terminan por deslumbrar a todo el personal.

Hyundai Kona

Intermitentes en lugares propicios a ser rotos por alguien que aparca de oído. Los grupos ópticos, faros, intermitentes, pilotos traseros y antinieblas contribuyen a dar una identidad visual al coche. La forma y posición de estos, por tanto, no es anodina. Sin embargo, en ocasiones la forma domina sobre la función y los diseñadores consiguen incorporar estos elementos en los sitios más expuestos a roces y pequeños choques.

Algunos ejemplos los tenemos en el Hyundai Kona, con bloques ópticos muy expuestos en las esquinas del coche, o en el Audi Q5, con sus intermitentes traseros y luces de marcha atrás y antinieblas ubicados abajo en las esquinas del parachoques en lugar de integrarlos en los enormes pilotos traseros.

Aparcamiento automático. El aparcamiento automático es uno de esos gadgets que todos los coches a partir de una gama media equipa, de serie o en colado en un pack opcional, y que nadie usa. Lo usamos dos veces al comprar el coche para impresionar al cuñado o al vecino y ya está. Nunca más. Eso sí, su integración, desarrollo y pruebas ha tenido un coste que la marca repercute alegremente en el precio final del coche. Tanto que Ford se planteó un tiempo eliminarlo. Al final, los fabricantes han atiborrado a los coches de tecnología y asistentes a la conducción, pero la gente ni los entiende, ni los usa.

Asistente Aparcamiento

Portón de maletero eléctrico sin manos. El portón trasero del maletero automático es uno de esos gadgets que podrían facilitar la vida del automovilista, pero que en la práctica no es tan práctico. En teoría, llegas y pasas el pie debajo del parachoques y el portón debería abrirse. En la práctica, casi nunca se abre cuando tienes las manos llenas de bultos y sí funciona cuando pasas al lado con una bolsa del súper. Al final, terminamos por dejar de usarlo.

Los acabados negro piano en los interiores. Según las marcas y el público, para dar a su interior un aire premium, las marcas equipan los salpicaderos, puertas y consolas centrales de diferentes clases de maderas nobles, de fibra de carbono o incluso de paneles pintados a mano. Todo ello es caro porque es artesanal. Hasta que encontraron una solución económica que podían aplicar en todos los coches a bajo coste: el plástico de color negro profundo y lacado.

El aspecto es similar al de la madera lacada de un piano de cola. El negro es intenso, como una noche de invierno sin luna, y a la vez brillante. Nuevo y limpio, es magnífico. El problema es que es imposible mantenerlo limpio más de una semana y tras unos meses se ha llenado de rayadas debidas al uso. Y es que usamos el coche, no sólo miramos para él. Y al final, en lugar de un aspecto premium obtenemos un interior con aspecto descuidado, aunque lo tengamos impoluto.

Interior Mercedes Luces

Mandos táctiles del volante. Con el afán de abaratar costes, por una parte, y de dar una estética depurada, algunas marcas, como las del Grupo Volkswagen, han ideado mandos de volantes táctiles. En lugar de una multitud de botones en el volante, cada uno con su soporte, muelle, etc una placa que cubre todo el bloque alberga todos los “botones” o funciones.

El problema es que solemos poner las manos en el volante para conducir y lo movemos. Y es inevitable: bajas o subes el volumen de la música, por ejemplo, girando el volante. El Grupo Volkswagen ha rectificado y volverán los botones físicos a sus coches.

Más luces de colores en el habitáculo que en un club para adultos de Tailandia. Si hay un gadget definitivamente inútil en un coche ese es el de las luces de colores en el habitáculo de un coche. Además del cuadro de instrumentos y de la pantalla táctil, los fabricantes llenaron los interiores de tiras de LED de colores. Azul para una ambiente zen, rojo cuando le das al botón sport, o morado porque lo puedes personalizar.

El problema surge de noche en carretera o autopista. Esas luces al final son como intentar conducir en una noche oscura con unos faros que nos están deslumbrando desde el interior del coche. No es nada práctico. Por supuesto se puede regular la intensidad e incluso apagar esos LEDs decorativos, pero para eso hay que bucear en el menú de la pantalla táctil.

Todo en una pantalla táctil digital. Imitando a Tesla, todos los fabricantes han despejado sus interiores de botones físicos y lo han integrado todo en una pantalla táctil. Es más económico que una serie de botones, sin duda, pero más peligroso, como se ha demostrado, y menos práctico.

Por ejemplo, para apagar los LEDs del interior y bajar la intensidad luminosa de las pantallas, para ver mejor al conducir de noche en carretera, es ahora preciso acceder vía varios menús a la función que nos permita hacerlo. Ahí va otra idea loca, recuperar el Night Panel de Saab, aunque sea en un el menú principal de la pantalla táctil, sin tener que buscarlo.

Imágenes | Volkswagen, Motorpasión, Ford, Mercedes

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