Así ha subido el precio de la gasolina durante 2017 mientras la OPEP y Rusia ahogan la producción

Así ha subido el precio de la gasolina durante 2017 mientras la OPEP y Rusia ahogan la producción
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¿Te duelen los bolsillos cada vez que descuelgas la manguera del surtidor de gasolina? ¿Estás harto de oír que cuando el grajo vuela bajo sube la luz? Bueno, en el primer caso hemos de decirte que llenar el depósito de combustible es ahora un 28 % más caro que hace un año. En el segundo caso, aunque a veces son excusas para justificar subidas ilegales, todo forma parte de una fina tela de araña que hace que al final, suban o bajen los precios y tú lo notes directamente.

A los recortes de producción de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia, se une el aumento de la tasa de crecimiento mundial y la demanda del petróleo. Además, el lento crecimiento de la demanda de vehículos eléctricos no ayuda a disminuir la dependencia de combustibles fósiles.

Lo que vemos de la subida de precios

Gasoline

Ante una subida del precio de los combustibles fósiles, encontramos las consecuencias directas y que sufrimos directamente y todo un entramado de causas geopolíticas detrás. Lo que vemos cuando pasamos por caja es una subida del precio del petróleo crudo Brent de casi el 50 % desde junio, alcanzando momentáneamente los 70 dólares por barril, un precio que no veíamos desde diciembre de 2014.

Opec
Reservas de petróleo a nivel mundial por décadas. Fuente: OPEC.

Esto se traduce a que llenar el depósito con 50 litros de diésel cuesta de media 58 euros; 13 euros más que en enero de 2016, según el Boletín petrolero semanal que publica la Unión Europea. La gasolina tiene ahora un sobrecoste de 10 euros respecto al año pasado: 50 litros salen por casi 63 euros de media.

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Ejemplo de lo que pagan en Estados Unidos en impuestos en carburantes. Fuente: EIA.

Por su parte, el precio del crudo, que presenta entre el 30 y el 40 % del coste de la gasolina, no baja al mismo ritmo que el de los carburantes. Esto se debe a que aproximadamente el 55 % del precio de un litro de gasolina de 95 octanos está fijado por los impuestos (50 % en el caso del gasóleo), y a que el precio del barril se negocia en dólares y no en euros además los costes logísticos, el refinado, etc.

Así las cosas, hemos visto cómo el precio del petróleo ha pasado de cotizar de los 27,8 dólares en enero de 2016 a los 70,26 dólares de esta semana. Una cifra que, como decíamos, no se ha visto desde 2014.

Lo que no vemos: Arabia Saudí, Rusia y la OPEP

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Gráfico que muestra el precio del barril, las tasas y el margen de beneficio de la industria. Fuente: OPEC.

La OPEP, un cártel de 14 productores liderado por Arabia Saudí, posee alrededor del 70-80 % de las reservas probadas mundiales. La organización ha prolongado a todo 2018 los recortes a la producción y Rusia ha aceptado por primera vez hacer lo mismo e incrementar los precios. Esto es una forma de equilibrar los presupuestos públicos.

Por otro lado, las ventas de coches eléctricos en Europa deberían alcanzar las 200.000 unidades en 2018, mientras que China volvió a batir su récord en 2017 con 24,72 millones de turismos matriculados. Esto evidencia que la electrificación está entrando de manera muy progresiva en los hábitos de compra; de hecho, las ventas de vehículos con motor de gasolina en la Europa de los 15 han superado ya a las de vehículos diésel durante la primera mitad de este año, y por primera vez desde 2009.

Ventas de eléctricos

Mientras las ventas de coches de gasolina aumentaron un 10 % en los primeros seis meses del año pasado y las de vehículos diésel disminuyeron en un 4 %, son los denominados vehículos alternativos (híbridos, enchufables, elétricos, GLP...) los que más crecen (más de un 35%), si bien aún representan exclusivamente el 5,2% del total de ventas del mercado.

A estos factores hay que añadir la crisis en Irán, la ola de frío en Estados Unidos, ese año de recortes en la producción, el aumento de la demanda debido a una economía boyante... Un juego geopolítico, al fin y al cabo, en el que somos meras piezas en manos de poderosos jugadores.

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