
La ola de calor que está afectando a Europa tiene muchas consecuencias: en la salud, en el medio ambiente y en el sistema energético. Y todo va ligado. Las altas temperaturas están afectado a los ríos, que ya no pueden suministrar el agua de refrigeración que necesitan las centrales nucleares.
Como consecuencia, Francia y Suiza ya han tenido que cerrar centrales. Una situación que no se está dando en España.
Demasiado calor para todo
Centrales al límite. Suiza ha tenido que apagar uno de los reactores de la central nuclear de Beznau, y el segundo funciona a la mitad de su capacidad, detalla Euronews. Por su parte Francia, que cuenta con 18 centrales y encuentra en la nuclear su principal fuente de energía, también ha cerrado la central nuclear de Golfech, en el sur del país. También ha tenido que reducir la producción en la de Blayais. En España, de momento, ninguna central ha dejado de funcionar y los siete reactores siguen en funcionamiento.
El problema de que se calienten los ríos. La ola de calor afecta especialmente a la salud de los ecosistemas. El Mediterráneo está 'ardiendo' y poco falta para que se convierta en un caldo, con las consecuencias que eso tiene para las especies marinas. Lo mismo está ocurriendo con los ríos, su flora y su fauna. Si su temperatura no se mantiene por debajo de los 25ºC no pueden cumplir entre otras cosas con su función de refrigerar las centrales nucleares, y es lo que está pasando.
"Debe evitarse el calentamiento excesivo del agua, ya de por sí caliente, en los periodos calurosos del verano, para no someter a la flora y la fauna a tensiones adicionales" ha señalado la central nuclear de Beznau en un comunicado. Por ejemplo, el río cercano a la central nuclear de Golfech podría calentarse hasta los 28 grados incluso sin la entrada de agua de refrigeración, ya de por sí caliente.
¿Por qué España no cierra sus centrales con el calor? Desde el Economista apuntan a que España, dada su temperatura más seca, ya habilitó hace tiempo sus centrales para que puedan funcionar en situación de calor y no recurrimos a los ríos para refrigerarlas, sino con torres de refrigeración. También se hace uso de los embalses.
Más calor, facturas más altas. Las olas de calor disparan el consumo eléctrico con el uso intensivo de aires acondicionados y con una disminución de renovables. Esto se está notando en Europa con una subida de precios muy acusada, que ronda los 500 euros por MWh en países como Bélgica y Países Bajos, Alemania, Polonia y Dinamarca.
En España de momento no se ha traducido en una subida muy bestia (aunque desde junio sí se ha notado un incremento en precio del mercado diario), pero hay que tener en cuenta que la generación nuclear tiene un impacto clave en Europa, siendo responsable de cerca del 15% de todo el suministro eléctrico de Europa. Hoy el precio medio del MWh ronda los 100 euros. Veremos cómo avanza en las próximas semanas, pero el pronóstico del tiempo no es demasiado alentador.