Aunque la reina Isabel II del Reino Unido nunca tuvo carnet, condujo desde la Segunda Guerra Mundial hasta que falleció con 96 años en septiembre de 2022. Como le gustaban mucho los coches, podía permitirse tener cualquiera y vivió tanto tiempo, por su garaje pasaron decenas de modelos, pero algunos fueron más especiales que otros, o al menos fueron más populares.
Es el caso del Jaguar XJ que tuvo la reina a comienzos de los años 2000. A Su Majestad le gustaban especialmente los coches británicos, como los Jaguar, Land Rover y Bentley. A lo largo de su vida, se puso al volante de muchos modelos de estas marcas, pero el Jaguar XJ que utilizó como coche personal a partir del año 2001 fue especialmente famoso por culpa de un equipamiento extra que nadie pidió.
Alguien decidió dar rienda suelta a su sentido del humor con el coche equivocado
Realmente, no está claro si el protagonista de esta historia fue un Jaguar XJR o un Daimler Majestic de 2001. En cualquier caso, eran coches prácticamente idénticos y la cuestión es que a la reina Isabel II le gustaba mucho este modelo, así que, después de conducirlo durante un tiempo, decidió dejarlo en manos de Jaguar para que la compañía inglesa blindase el coche con el objetivo de quedárselo más tiempo, pero haciéndolo más seguro.
El coche se llevó a las instalaciones de Coventry de Jaguar y allí comenzó a desmontarse para modificarlo. Para los operarios de la fábrica era una tarea relativamente rutinaria, lo que ninguno esperaba encontrar eran revistas porno escondidas en un hueco sellado del coche y una esvástica nazi pintada detrás de los asientos traseros.
Por supuesto, los trabajadores de Coventry dieron parte a sus superiores de los “regalitos” que escondía el Jaguar de la reina y enseguida los medios de comunicación se hicieron eco, como The Guardian, que publicó la noticia a mediados de junio de 2001.
Tanto las revistas porno como la esvástica no fueron cosa de la Casa Real británica. Los responsables de “equipar” el Jaguar de la reina con esas “sorpresas” fueron trabajadores de la propia marca, concretamente algunos de los operarios que trabajaban en la línea de montaje cuando el coche se fabricó.
Al parecer, existía (no sabemos si seguirá siendo así) una tradición entre los operarios de Coventry de dejar alguna marca personal en los coches nuevos mientras se fabricaban, ya fuese escondiendo objetos ocultos en los coches o mensajes. Es lo que dijo un portavoz de Jaguar a The Guardian en su momento.
"Es una de esas viejas tradiciones en las que la gente solía escribir cosas detrás del panel del asiento de los coches y nunca se descubrían a menos que hubiera un accidente. Pero en esta ocasión no fue muy divertido", dijo el portavoz de Jaguar hace 23 años en el medio británico.
"Nunca he entendido si es para la buena suerte o qué, pero la persona sabe que el dueño del coche nunca lo verá. Obviamente en este caso salió a la luz, pero normalmente nunca pasa. Hay cientos de coches de todas las marcas circulando así. No me he atrevido a ir a mirar dentro del mío", añadió, y lo justificó diciendo que era una forma de luchar contra el aburrimiento: "Los chicos se toman un trabajo terrible para arreglar el coche, están allí todo el día, ¿qué más tienen que hacer?".
Por otro lado, un trabajador de Conventry que también hizo declaraciones al mismo medio, aseguró que podría haber sido cosa de un trabajador al que no le gustaba la familia real. "Han corrido muchos rumores. Todos pensamos que era una broma al principio, pero parece que era mucho más serio. Oí que había cuatro personas involucradas".
Por su parte, un portavoz del Palacio de Buckingham se negó a hablar del asunto y únicamente dijo que: "Todo lo relacionado con los coches es, naturalmente, un asunto de Jaguar". Al parecer, hubo varios despidos por el asunto.
Aunque no fue plato de buen gusto para la Casa Real británica, la reina Isabel II siguió confiando en Jaguar y tuvo otros tantos modelos de la marca, como un Jaguar X-Type con carrocería familiar o un Jaguar XJ Limousine. Es más, el coche fúnebre estatal que Reino Unido utiliza en los funerales de la familia real británica, incluido el de Isabel II, es un Jaguar XJ.
Lo que no se sabe es si el coche que venía equipado con una esvástica y revistas porno como extras de fábrica es el Daimler Majestic 4.0 V8 LWB de 2001 que tuvo la reina Isabel II y vendió Bonhams hace unos meses por algo más de 100.000 libras (unos 120.000 euros al cambio) con apenas 26.500 km en su odómetro.
Lógicamente, lo de la esvástica y las revistas porno no estaba especificado en el anuncio del coche y, dada la discreción que siempre ha caracterizado a la Casa Real británica, nunca trascendería esa información.