
La frenada automática de emergencia es uno de los ADAS obligatorios en Europa y nació para compensar el error humano: por distracciones, mala visibilidad o un imprevisto, el conductor puede no frenar a tiempo, no hacerlo lo suficiente, o ambas. Aunque hay pruebas que han demostrado que no siempre son eficaces.
Una firma sueca especializada en sistemas de seguridad del coche cree que puede mejorar el hacer de esta tecnología y ha creado un freno por vacío: succiona el firme y deja el coche "pegado" al asfalto. Pero tiene un problema: es demasiado potente.
Frena tan fuerte que habría que reforzar los cinturones de seguridad
Autoliv es una firma que fabrica todo tipo de sistemas de seguridad activa y pasiva para vehículos: desde airbags a cinturones pasando por tecnología de asistencia como la frenada automática de emergencia (AEB por sus siglas en inglés). Y ahora dan un paso más allá con el que bautizan como freno Torricelli. La han desarrollado en Vårgårda (Suecia) y lleva el nombre de Evangelista Torricelli, físico italiano conocido por su trabajo con el vacío y por inventar el barómetro.
Una ventosa bajo el coche. Este freno Torricelli es un sistema de frenado por vacío: incorpora una placa de 0,3 m² que va instalada en los bajos del coche. Si se activa el AEB, esta placa se despliega en solo 0,1 segundos y se adhiere al asfalto mediante succión a una fuerza descendente de 15.000 Newtons (N).
Autoliv afirma que, al actuar de forma independiente a la fricción entre los neumáticos y la carretera, las pruebas que han realizado demuestran que permite reducir la distancia de frenado hasta en un 40% ya sea en seco, mojado o incluso con el pavimento helado. Lo hace a velocidades de hasta 70 km/h.
Demasiado potente. El inconveniente de este freno Torricelli es que frena con demasiada fuerza y puede ser peligroso para los ocupantes: los elementos de seguridad del coche no están adaptados para tal potencia.
Lo admite la propia firma sueca: para equiparlo "también será necesario actualizar otros elementos de seguridad, como los tensores de cinturón ", detalla Ola Boström, al frente de Autoliv Research.
Solo para ciudad. En Europa la frenada automática de emergencia se activa hasta a 60 km/h (de forma obligatoria, aunque los fabricantes pueden aumentar ese rango). Es por tanto un sistema pensado para ciudad, con la vista puesta en usuarios vulnerables como peatones, ciclistas o motoristas. Por ello se suele acompañar de la detección de viandantes y ciclistas.
Pero no es el caso de EEUU. Esta tecnología, que será obligatoria allí desde 2029, deberá detenerse y evitar una colisión contra otro vehículo a una velocidad de hasta 100 km/, por lo que no podría acompañarse de este freno Torricelli. Esta decisión se han tomado porque pruebas de la Asociación Estadounidense del Automóvil (AAA) le sacaron los colores al sistema en carreteras convencionales: no evitó ni un solo choque frontal a una velocidad elevadas.
"Aunque aún quedan varios pasos por delante antes de que el freno Torricelli pueda producirse a gran escala, es sin duda un ejemplo de cómo las innovaciones futuras pueden revolucionar la seguridad vial y salvar más vidas, especialmente en entornos urbanos", defiende Boström.
Imágenes | Mercedes-Benz, Toyota