
El conductor de un autobús público de Kioto, Japón, robó con el dinero que pagó un pasajero por su billete. Las cámaras lo grabaron todo y a la empresa municipal de transportes no le tembló el pulso: lo echó y le dejó sin jubilación, a pesar de haber trabajado 29 años para la compañía.
Cuando el trabajador se enteró de que se había quedado sin su paga de jubilación, es decir, sin el equivalente a unos 74.200 euros, denunció que la decisión de la empresa era desmedida. Varios años y apelaciones después, Japón ha dado la razón a la empresa.
Mano dura con el robo de dinero público, sea cual sea la cantidad
En el año 2019 Carlos Ghosn contrató a unos mercenarios para que lo sacaran de Japón escondido en la funda de un contrabajo. Huía del país porque fue acusado de fraude fiscal y evasión fiscal cuando era el presidente y CEO de Nissan. Fue muy rocambolesco porque costaba creer que un directivo de tan alto nivel protagonizara esa historia, pero también fue un recordatorio de que la justicia nipona es tan dura que absolutamente nadie quiere enfrentarse a ella, ni una persona con tanto poder y dinero para defenderse como Ghosn.
Varios años después, Japón ha vuelto a dar ejemplo del peso que tiene allí la ley. En este caso, el protagonista es un conductor de autobús de 58 años que llevaba en su puesto 29 años, hasta que lo han despedido. ¿El motivo? Se quedó con el dinero que pagó un pasajero por su billete.
Según cuenta The Mainichi, todo sucedió en febrero de 2022. Cuando un pasajero se subió al autobús público que conducía este empleado, pagó su billete, pero el conductor no metió el dinero en la caja del autobús, sino que se lo quedó. Fueron 1.000 yenes, el equivalente al cambio actual a unos 6,20 euros.
Las cámaras del autobús lo grabaron todo y, cuando la Oficina Municipal de Transporte de Kioto revisó las imágenes, decidió despedirlo, solo un mes después de los hechos, en marzo de 2022. A pesar de que el empleado devolvió los 1.000 yenes, Kyoto City Bus también tomó la decisión de dejar a este empleado sin su paga de jubilación, valorada en unos 12 millones de yenes, unos 74.200 euros al cambio, tras haber trabajado en la empresa desde 1993 hasta marzo de 2022.
El conductor, o más bien ex conductor para entonces, consideró que las medidas que tomó la Oficina Municipal de Transporte de Kioto fueron desproporcionadas, así que demandó a la ciudad con el objetivo de que se revocase la decisión de privarle de sus beneficios de jubilación.
Unos meses más tarde, en julio de 2023, el Tribunal de Distrito de Kioto determinó que lo que hizo este hombre constituía “desprecio”, según el Código Penal japonés, por lo que sentenciaba que el despido y la retención de las prestaciones de jubilación estaban plenamente justificados y desestimaba así la demanda del demandante.
Aun así, el empleado apeló en febrero del año 2024, en este caso, al Tribunal Superior de Osaka, y esta vez tuvo más suerte. Este organismo anuló la decisión de la Oficina Municipal de Transporte de Kioto de dejar sin jubilación al conductor porque consideró que era una medida excesiva, dado que la cantidad de dinero malversada era de solo 1.000 yenes y fue reembolsada por el trabajador.
Pues bien, algo más de un año después, este caso ha vuelto a tener otro giro y es el definitivo: el pasado 17 de abril, la Corte Suprema de Japón revocó el veredicto de apelación que consideraba que la pena era demasiado severa y dictaminó que la privación de la jubilación era legal, dando por concluido el caso.
“Cada uno de los conductores de autobús trabaja solo y maneja el dinero público. Nos tomamos muy en serio la malversación relacionada con esta área de nuestro trabajo", ha dicho a AFP Shinichi Hirai, funcionario de la oficina de transporte público de Kioto, en palabras recogidas por CBS News.
Es verdad que la cantidad de dinero que se quedó el conductor de autobús es muy pequeña, pero Japón no se anda con medias tintas y considera que robar 6,20 euros es igual de malo que sustraer una cantidad mayor. "Si nuestras estrictas medidas no fueran aceptadas, entonces nuestra organización podría volverse descuidada y eso podría dar lugar a erosionar la confianza del público", puntualiza Shinichi Hirai.
Por otro lado, CBS News también cuenta que, cuando la Oficina de Transporte Municipal de Kioto contactó con el conductor para decirle que le habían pillado robando, el trabajador lo negó todo, a pesar de que las imágenes no dejaban lugar a dudas. El mismo medio asegura que el conductor ha sido reprendido varias veces a lo largo de los años por varios incidentes, entre los que figura fumar cigarrillos electrónicos dentro del autobús y mientras estaba de servicio, aunque lo hacía cuando no había pasajeros dentro del vehículo.
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