
Durante más de medio siglo, el Puente de Europa ha sido una infraestructura determinante para el tráfico europeo porque conecta el norte de Italia con Austria y Alemania. Sin embargo, tiene dos problemas: está viejo y se ha quedado pequeño.
La empresa que gestiona la autovía de la que forma parte el puente ha decidido demolerlo y construir uno nuevo. El inconveniente de este proyecto es que los atascos van a ser constantes durante las casi dos décadas que durarán las obras, y esta vez no hay posibilidad de evitarlos.
Un paso para atrás para dos pasos hacia delante
En el año 1959 comenzaron las obras en Austria el Puente de Europa. Su nombre no fue escogido al azar, se llamó así porque se trata de una infraestructura determinante para Europa porque conecta por carretera el norte de Italia con Austria y Alemania. Está en plenos Alpes y forma parte de la A22 italiana, también conocida como ‘Autovía del Brennero’, y de la Autobahn A13 Brenner, es decir, de la ruta europea E45.
Por esta carretera circulan miles de vehículos cada día para atravesar los Alpes y eso significa que esos miles de vehículos pasan por el Puente de Europa, un viaducto de 777 metros situado 190 metros por encima del valle Wipp, al sur de Innsbruck, en Austria. Esa altura fue suficiente durante años para considerarlo el puente más alto de Europa, hasta que se construyó el Viaducto de Italia en 1974.
Se trata, por tanto, de una gran obra de ingeniería determinante para el transporte europeo, sin embargo, la compañía que lo gestiona, la empresa estatal de gestión de carreteras ASFiNAG, considera que el puente ha llegado al final de su vida útil tras más de 55 años de servicio.
Tal es la preocupación de ASFiNAG por el estado del puente que ha decidido demolerlo y construir una nueva estructura para sustituirlo, adjudicando un contrato por valor de 215 millones de euros a una empresa que deberá hacer frente a numerosos retos que incluyen la orografía del terreno y el tiempo.
Y es que las obras, contando con la demolición y con la construcción del nuevo puente, van a llevar varios años. Simplemente la primera etapa del proyecto, que consiste en levantar los pilares del nuevo puente junto al actual Puente de Europa, requerirá alrededor de tres años.
En esa primera etapa, que comenzó el pasado 1 de enero, el tráfico circulará por donde lo ha hecho hasta ahora, es decir, por el actual Puente de Europa, pero con limitaciones. “Por razones de seguridad vial y para aliviar el puente, se requiere tráfico de carril único en el Puente de Europa en ambos sentidos a partir del 1 de enero de 2025. Sólo esto garantiza que el puente existente pueda permanecer en funcionamiento de forma segura. La construcción del nuevo Puente de Europa comenzará en la primavera de 2025, una vez obtenidos todos los permisos”, señala ASFiNAG.
En la segunda etapa de este proyecto, se demolerá el actual Puente de Europa, mientras que en la tercera etapa se construirá una nueva estructura en el mismo lugar donde está actualmente el puente, de manera que habrá dos estructuras nuevas paralelas. El objetivo es que estas dos estructuras asuman más tráfico que el puente actual.
Esta es otra de las razones por las que se va a llevar a cabo este proyecto: el Puente de Europa no solo se ha quedado viejo, sino que se ha quedado pequeño. Es habitual que se produzcan atascos en esta zona, especialmente los fines de semana y en épocas de mucha afluencia de tráfico, como el inicio y el final de las vacaciones.
A partir de ahora, sin embargo, los atascos van a ser todavía más habituales. Es inevitable para llevar a cabo las obras y es el precio a pagar porque esta infraestructura sea más segura y pueda asumir más tráfico a medio plazo.
El problema es que el proyecto de demolición del puente viejo y de construcción del puente nuevo (o más bien los puentes), necesita muchos años. Según apunta el medio moto.rp, las obras, que ya han comenzado, durarán hasta el año 2040, aunque las obras de mejora de toda la autovía podrían alargarse hasta el 2047.
Mientras tanto, solo se admite la circulación en un carril en cada sentido, a excepción de algunos días al año (en función de la demanda del tráfico), cuando se podrá circular por los dos carriles en cada sentido, siempre con la obligación de que los vehículos de más de 3,5 toneladas lo hagan por los carriles interiores “por razones estructurales”. Según ASFiNAG, “esto alivia la superestructura. Las pruebas científicas han demostrado que esta innovadora guía de tráfico de dos carriles funciona”.
Para aliviar el tráfico en el Puente de Europa e intentar evitar los atascos, en la medida de lo posible, se ha ampliado el tráfico ferroviario y se promueve el uso de rutas alternativas. “Para minimizar el impacto en la población local y en el tráfico, se diseñaron medidas, además del tráfico de dos carriles temporal. Estas incluyen la creación de un sistema de control, sistemas de barrera adicionales y aumentos en las ofertas de carreteras rodantes”.