Llega el frío y llegan las primeras nevadas. Es hora de empezar a plantearse lo de echar las cadenas de nieve en el maletero del coche, pero antes de hacer hay que tener una cosa clara y preguntarse si sabemos ponerlas.
Sobra decir que en caso de llegar a una carretera que requiera el uso de cadenas si no las llevamos o no sabemos colocarlas nos tendremos que quedar retenidos hasta que la vía sea despejada. Circular sin cadenas implica una sanción de 200 euros, sin retracción de puntos, además del riesgo que conlleva.
En invierno, las cadenas siempre en el maletero
Lo primero que hay que aclarar sobre las cadenas para el coche es que debemos tener claro cómo se utilizan antes de nos veamos atrapados en una situación complicada. Una pequeña práctica en cualquier terreno despejado será suficiente y así ahorrarnos un tiempo valiosísimo en caso de tener que salir a ponerlas en medio de una nevada.
También hay que tener en cuenta antes de comprar unas cadenas para el coche que deben ser apropiadas para nuestro vehículo. Las cadenas tienen unas medidas específicas para adaptarse al tamaño de las ruedas del coche y agarrarse con efectividad. Unas más pequeñas serán inservibles porque no las podremos ajustar y unas más grandes se moverán más de la cuenta.
A la hora de llegar a un punto en el que es necesario poner las cadenas sobre los neumáticos del coche deberemos detener el coche en un lugar seguro para realizar la operación y señalizar debidamente con las luces de emergencia. Antes de bajarnos del vehículo tendremos que ponernos el chaleco reflectante y, además, colocar los elementos de señalización oportunos.
En el caso de un vehículo de tracción delantera o 4x4 las cadenas se pondrán en los neumáticos delanteros. Si es un coche de propulsión se montarán en los neumáticos traseros, con el inconveniente de que perderemos efectividad en la dirección y en la frenada, así que es recomendable usar un segundo juego de cadenas para las ruedas delanteras.
El procedimiento siempre será el mismo aunque existen distintos tipos de cadenas o diferentes elementos de éstas. Lo primero es comprobar que la cadena no está enredada en ningún punto cerrando el enganche y sosteniendo una 'rueda imaginaria tumbada' en el aire. A continuación extenderemos la cadena abierta en el suelo y la pasaremos por detrás del neumático, rodearemos y cerraremos el enganche del interior para a continuación extender la cadena y envolver la rueda hacia el exterior.
Una vez con la cadena colocada de manera homogénea sobre la rueda podremos cerrar y ajustar la cadena utilizando el tensor que nos quedará en el exterior de la llanta, abrochando la cadena de un extremo a otro de la circunferencia. Estos cierres generalmente son fácilmente identificables porque son de color rojo.
Con las cadenas montadas habrá que adaptar la conducción a las condiciones. Y es que el riesgo no ha desaparecido completamente por montar las cadenas. Deberemos circular en la marcha más larga posible y a una velocidad inferior a 50 km/h. El tacto de los mandos deberá ser suave y no realizar maniobras bruscas.
Después de haber pasado la zona afectada por la nevada tendremos que realizar el procedimiento inverso para desmontar las cadenas lo antes posible, pues no es recomendable circular demasiado tiempo con ellas instaladas.
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