Mi primer camión: así (de fácil) es conducir el Renault T High Sport Racing, una edición especial inspirada en la F1
Pruebas de coches

Mi primer camión: así (de fácil) es conducir el Renault T High Sport Racing, una edición especial inspirada en la F1

Los camiones de larga distancia no suelen ser nuestros protagonistas habituales, pero en esta ocasión nos hemos ido al Circuito de Bresse, ubicado en la Borgoña francesa para probar las mieles de uno de estos mastodontes. En concreto, se trata de una edición especial y limitada del buque insignia de Renault Trucks, el Renault T High, que añade para la ocasión el apellido Sport Racing y cuyos colores de guerra están inspirados en la escudería de F1 Renault Sport Racing.

Antes de entrar en materia y hablaros de nuestras sensaciones a sus mandos, parémonos un poco a conocer esta variante especial, fruto de la colaboración entre Renault Trucks y Renault Sport Racing, limitada a 100 unidades, y que llegará al mercado europeo el próximo mes de septiembre. El Renault T High Sport Racing se comercializará en un total de ocho países en el Viejo Continente, lo que incluirá España, además de Francia, Alemania, Reino Unido, Finlandia, Noruega, Polonia y Noruega, así como algunos países de Europa del Este.

Colores de competición para un camión de larga distancia

Conducimos el Renault T High Sport Racing

Pese a su aspecto rácing, lo primero que hay que aclarar es que el Renault T High Sport Racing no es un camión de competición, sino una edición especial de este vehículo de transporte de larga distancia. Su hábitat es por tanto la carretera y cuenta con las mismas bondades que el ya conocido Renault T High 520 en cuanto a mecánica y equipamiento.

La diferencia la encontramos en el traje, que viste para la ocasión en el mismo amarillo Sirius del equipo F1 Renault Sport Racing y el que también se inspira el nuevo Renault Mégane R.S. Esta tonalidad cubre la carrocería del modelo y también está presente en detalles exteriores, como las líneas bajo los faros frontales o el lateral, así como en las llantas.

Conducimos el Renault T High Sport Racing

Además, el T High Sport Racing se diferencia de sus hermanos por el negro brillante que reviste tanto la parrilla como el logo frontal, y se combina con el amarillo a lo largo de la carrocería tanto en la visera, como en las franjas laterales. Amarillo y negro se dan la mano por toda su fisonomía y cada una de las 100 unidades cuenta asimismo con una placa identificativa en el exterior, donde se puede leer su número en la serie.

Esta tendencia continúa en el habitáculo, en el que domina el negro, pero en combinación con detalles amarillos presentes en las costuras del volante y asientos, así como en las salidas del aire acondicionado o en la consola central. Los asientos en piel, firmados por Recaro como ocurre en el Mégane R.S, son la guinda del pastel en lo que a deportividad se refiere.

A los mandos del T High Sport Racing: más sencillo de lo que parece

Conducimos el Renault T High Sport Racing

Conocido el traje, nos pusimos al volante del Renault T High Sport Racing, tras escalar a la cabina gracias a cuatro peldaños en su lateral. Allí, en lo alto, el mundo se ve de otra manera. Si nunca has conducido un camión, como era nuestro caso en esta ocasión, lo primero que piensas es en lo complicado que puede ser.

Una vez sentado, te sorprende la comodidad del puesto de conducción. El confort es la prioridad en los camiones de larga distancia, precisamente porque el conductor se pasa muchas horas al volante. Por ello, el propio asiento tiene un amortiguador neumático y otro va ubicado a mitad de la cabeza tractora: ambos se suman a la suspensión convencional asociada al tren de rodaje. A su volante, de 460 mm por cierto, parece que flotas y la mayor parte de irregularidades del terreno son absorbidas.

Altura

3.957 mm

Longitud

5.990 mm

Anchura

2.499 mm

Batalla

3.800 mm

Peso en vacío (cabeza tractora)

7.779 kilos

MMA / MMAC

18 toneladas / 40 toneladas

La tecnología ha hecho posible que conducir un gigante de casi 4,0 metros de altura, 2,5 metros de ancho y casi 6,0 metros de largo, parezca hasta sencillo. El Renault T High 520, y por tanto el T High Sport Racing, equipa la caja de cambios automática Optidriver, por lo que libera del trabajo de cambiar de marcha a menos que optemos por el modo manual: sólo nos ocupamos de acelerar y frenar.

Lo primero que llama la atención al conducir una bestia de esta envergadura es el sorprendente radio de giro que tiene. Las cabezas tractoras, para su tamaño, tienen una distancia entre ejes muy corta, en el caso del T High de 3,8 metros, lo que le permite girar más en poco espacio, facilitando sobre todo las maniobras. A ello se le suma que las ruedas están bajo el asiento del conductor y no por delante, como ocurre en un automóvil, lo que acentúa aún más esa sensación, ya que estamos acostumbrados a ir por detrás y "arrastrar" el giro por el interior.

Conducimos el Renault T High Sport Racing

También llama la atención el cambio de marchas, notablemente más lento que un vehículo convencional. Esto se debe a que el cambio de este tipo de camiones cuenta con muchas más relaciones en comparación con un automóvil: la caja Optidriver del Renault T High dispone de 12 marchas hacia delante y tres de marcha atrás, lo que se traduce en 15 velocidades diferentes.

Pese a estas diferencias respecto a un coche, conducir una cabeza tractora en un circuito cerrado se hace sorprendetemente fácil, lo único es que tienes la sensación de que debes anticiparte más y frenar antes, ya que sus casi ocho toneladas de peso se notan. Aunque la cosa cambia si sumas la caja y circulas por carretera abierta: adelantar, entrar en una rotonda, mantener la distancia de seguridad... todo es diferente cuando lo que llevas es un camión de estas dimensiones tal y como te contábamos en este reportaje.

520 CV y limitado a 90 km/h

Conducimos el Renault T High Sport Racing

El Renault T High Sport Racing, al ser un T High pero con pinturas de guerra, se mueve con su mismo propulsor: el diésel DTI 13, de 13 litros y 520 CV de potencia, con 2.500 Nm de par máximo disponible entre las 1.000 y las 1.430 vueltas. Gestionado con el mencionado cambio Optidriver, cuenta con varias "opciones de conducción" como el control de crucero adaptativo (ACC), control de crucero convencional, función Speed y limitador de velocidad.

Y hablando de velocidad, todos los Renault T High 520 están limitados de fábrica a 90 km/h, aunque para la ocasión, en su presentación, se eliminó la limitación para que pudiésemos dar algo más de rienda suelta a su potencial en el trazado galo de Bresse.

Conducimos el Renault T High Sport Racing

Otra de las particularidades de este tipo de vehículos, es que cuenta con un freno hidráulico auxiliar, más conocido como 'retarder' o 'ralentizador hidráulico', que va acoplado al freno de servicio, y que sirve de apoyo para ahorrar frenos, sobre todo en descensos más pronunciados, donde más se corre el riesgo de que dejen de funcionar. En el circuito no era necesario utilizarlo, aunque lo probamos para comprobar su funcionamiento: la sensación es parecida a si hacemos uso del freno motor de un coche al bajar de marcha.

Por último, el Renault T High Sport Racing disfruta tecnologías enfocadas al confort y la seguridad, como es el caso del EBS, que integra el antibloqueo de frenos ABS y el sistema antideslizamiento ASR, el asistente de arranque en pendientes, el controlador de par para las reducciones, así como control de trayectoria y sistema antivuelco ESC (Electronic Stability Control) o freno electrónico de estacionamiento.

La casa a cuestas

Conducimos el Renault T High Sport Racing

Un camión de transporte de larga distancia cuenta con una cabina completamente equipada pensada para hacer vida a bordo en ella durante varios días. Al concebir este tipo de vehículos, se tiene en cuenta que el habitáculo se convierte en el hogar del conductor durante largos periodos de tiempo.

Por eso mismo, encontramos sistemas de confort que no son patrimonio de los vehículos convencionales. Empezando por las dos camas a modo de litera: una tras los asientos y otra que se despliega encima de esta primera. Ambas tienen unos 80 cm de ancho, más de dos metros de largo, son notablemente cómodas y disponen de tomas de corriente de 12 y 24V.

Conducimos el Renault T High Sport Racing
El aire acondicionado autónomo del Renault T High Sport Racing funciona independientemente del motor y no requiere que esté encendido.

Además, el Renault T High Sport Racing equipa una nevera de unos 40 litros, un cajón con posavasos bajo el asiento del conductor y aire acondicionado autónomo, pensando para cuando no está en marcha ya que cuenta también con climatizador convencional. Además, este camión consta de numerosos armarios, que se ubican en el frontal, sobre los asientos, así como bajo la litera, compartimento al que puede accederse desde dentro o desde fuera. A éstos se añaden cuatro cofres laterales, uno de los cuales tiene apertura desde la cabina.

Tampoco falta la tecnología multimedia, aunque es más espartano respecto a los automóviles actuales: incorpora radio y lector de CD, además de tomas auxiliares y USB con lector MP3. Esta puede manejarse desde el volante, al igual que ocurre con el sistema manos libres por Bluetooth para teléfonos móviles.

En definitiva, el Renault T High, lo que incluye esta versión especial Sport Racing, ha sido pensado para hacer más sencilla la vida a bordo de los profesionales del transporte. Tras conducirlo en Bresse no podemos decir que nos hemos sentido uno de ellos, pero sí que ayuda a entender cómo es la vida a bordo de un camión de larga distancia y cómo ha mejorado ésta desde que la tecnología ha ido avanzando.

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