Tesla anunció el 10 de marzo una subida de sus precios de un 3 % a nivel global. Al mismo tiempo, el fabricante californiano ha paralizado el anunciado cierre de sus tiendas físicas y showrooms, renunciando así a la reducción de costes que necesitaba para poder proponer el Model 3 Standard Range a 35.000 dólares. La subida de precio afectará a todos los Model S y Model X, así como a los Model 3 Performance y Long Range a partir del 18 de marzo, pero no al Standard Range que mantiene su precio en Estados Unidos de 35.000 dólares.
Al mismo tiempo que Tesla anunciaba la llegada del esperado Model 3 de acceso a 35.000 dólares, también anunció el cierre de la inmensa mayoría de sus showrooms y tiendas físicas, oriéntandose exclusivamente a la venta por internet de sus coches. Sin embargo, la marca explica que cerrarán solo la mitad de los centros que tenía previsto y que por tanto la reducción de costes no será la esperada. Por eso la marca se ve obligada a subir el precio de sus coches.
Sin embargo, Tesla no renuncia a vender exclusivamente online sus coches. Las tiendas que queden se convertirán es escaparates, galerías o puntos de información. Éstas tendrán algunos coches para poder realizar pruebas de conducción o para el cliente que quería su coche al instante.
Unos contratos de alquiler que Tesla no puede cancelar
Sin embargo, hay un hecho que pasó un poco desapercibido en el caso de los cierres de las tiendas de Tesla y que podría explicar también que el fabricante haya finalmente decidido dejar muchas de sus tiendas abiertas, al menos en Estados Unidos (donde posee 106 tiendas en 26 estados). Y es que según un artículo de The Wall Street Journal, citando a un informe de la SEC (la comisión de valores y competencia estadounidense), Tesla tiene contratos de arrendamiento para sus tiendas por valor de 1.600 millones de dólares que no puede cancelar.
De esos 1.600 millones de dólares, Tesla tiene que pagar 1.100 millones de dólares entre 2019 y 2023. Si Tesla decidiese romper los contratos de alquiler cerrando las tiendas antes de que finalice el contrato de alquiler, los dueños de los locales podrían demandar a la compañía. La perspectiva de enfrentarse a una multitud de demandas (independientemente de si Tesla las puede ganar o no) no es una perspectiva muy alentadora para los inversores de Tesla y tampoco ayudaría a su imagen de marca.