Olor a coche nuevo: un cóctel químico tan amado como odiado que si no está bien trabajado te puede marear
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Olor a coche nuevo: un cóctel químico tan amado como odiado que si no está bien trabajado te puede marear

El olor a coche nuevo ha pasado de anécdota a estrategia de marketing, sobre todo en el mercado asiático. Y es que en China este particular olor se considera algo negativo y los fabricantes ya buscan técnicas para evitarlo: desde Continental con sus plásticos dotados de una capa aromática hasta Ford con su técnica de horneado.

Pero, ¿de dónde viene este olor tan característico? ¿Es dañino para la salud?

El debate acerca de la toxicidad de este olor

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El olor a coche nuevo proviene de la liberación a temperatura ambiente de compuestos orgánicos volátiles (COV) mediante la desgasificación o liberación de un gas atrapado en los materiales del habitáculo. Estos compuestos suelen tener menos de 12 átomos de carbono, flúor, bromo, azufre, nitrógeno y moléculas de oxígeno.

Unos vapores procedentes de mezclas de muchos productos químicos de gases y plastificantes, que varían dependiendo del tipo de vehículo. La lista de materiales puede incluir benceno o el cloruro de vinilo, así como acetona y acetaldehído, y todo lo que hay bajo el plástico del salpicadero suele ser poliuretano.

Ya en 1995 el análisis de un Lincoln Continental nuevo determinó que en su interior había más de 50 compuestos orgánicos volátiles que provenían de compuestos de limpieza y lubricantes, pintura, alfombras, tratamientos de cuero y vinilo o pegamento de látex.

A veces, un determinado olor resulta de un defecto de fabricación, y es más intenso cuando el vehículo es nuevo y en los meses de calor. Esta primera circunstancia de debe a que los componentes aún están inestables y son propensos a liberar gases, mientras que el calor acelera la reacción química.

Lo cierto es que ha habido bastante debate en torno a si es perjudicial para la salud o no. Según Jeff Gearhart, director de investigación del Centro de Ecología de Míchigan, EE.UU, "es un cóctel químico formado por una gran cantidad de toxinas".

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De acuerdo al investigador, hay más de 200 compuestos químicos en los vehículos, que al no estar regulados, los consumidores desconocen los efectos que pueden tener sobre su salud. En Europa, la presencia de tóxicos en el interior de un vehículo está regulada durante el proceso de fabricación por la directiva 2004/42/CE, limitando el contenido de compuestos orgánicos volátiles en productos de renovación del acabado y pinturas.

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Fuente: Diario Oficial de la Unión Europea.

Lo cierto es que los compuestos orgánicos volátiles están presentes en la combustión de un cigarrillo, de un motor y en los productos de limpieza, pero son las reducidas dimensiones de los habitáculos las que los hacen más peligrosos en los coches.

Entre los peligros a su exposición descritos en la investigación llevada a cabo durante años por el centro de Ecología de Michigan, se describió dolor de garganta, dolores de cabeza, irritación de ojos, reacciones alérgicas, falta de concentración, fatiga o náuseas, dependiendo del sujeto.

Se determinó que incluso puede llegar a provocar a largo plazo daño en los riñones, el hígado o el sistema nervioso central.

Un estudio anterior llevado a cabo por el toxicólogo Jeroen Buters de la Universidad Técnica de Munich, en Alemania, determinó lo contrario. Buters y sus colegas primero recolectaron moléculas del aire dentro de un coche nuevo y un vehículo de tres años de la misma marca colocado a 14.000 vatios de luz, donde las temperaturas alcanzaron los 150 grados Fahrenheit.

Después expusieron estos compuestos a células humanas, de ratón y de hámster cultivadas en platos de laboratorio: el aire del nuevo automóvil causó un ligero empeoramiento de la respuesta inmune que podría afectar a las personas con alergias, pero no se encontraron niveles de toxicidad.

¿Consejos tras comprar un coche nuevo?

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Los expertos aseguran que este olor suele desaparecer en torno a los seis meses tras adquirir el vehículo, por lo que se recomienda mantenerlo ventilado durante este periodo, así como hacer uso del parasol para minimizar la acumulación de calor.

También puede funcionar usar un limpiador que no tenga productos químicos, pues suelen adherirse al polvo, así como pasar frecuentemente una toalla de microfibra.

De los productos que prometen el olor a nuevo al "no queremos el olor a nuevo"

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El olor de los coches una parte importante del proceso de fabricación desde los años 90, y compañías como SEAT hacen más de 400 test al año para garantizar que los materiales de un vehículo no desprendan ningún olor desagradable.

En su departamento de Calidad trabajan químicos que se dedican a dar con este característico olor: "Analizamos todos los materiales no metálicos de un coche uno por uno y evaluamos si los olores que desprenden son correctos y agradables" explica la química de SEAT, María José.

Una de las pruebas que hacen es aprovechar el calor para potenciar los olores, y es que las personas notan olores cuando se liberan compuestos, lo que ocurre cuando un automóvil se expone a altas temperaturas. De esta forma, calientan el coche a más de 60 grados para luego entrar dentro de él y comprobar cómo huelen los materiales. Cuando alguno de los materiales huele demasiado fuerte, se sustituye.

Así que hemos pasado de los productos que consiguen este olor a que los fabricantes traten de evitarlo, sobre todo en China, donde un estudio llevado a cabo por JD Power ha determinado que más del 10 % de los conductores chinos se quejan de este olor a nuevo e incluso lo anteponen a aspectos tan importantes como el rendimiento del motor o los sistemas se seguridad.

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De hecho, el nuevo SUV eléctrico de la compañía china Aiways, que llegará a Europa en 2020, asegura estar fabricado con "materiales sin olor de alta calidad".

Ya en 2017 Ford saltó a los titulares por haber reclutado en sus laboratorios chinos a los llamados 'Golden Noses', 18 probadores de olores encargados de asegurarse de que los coches nuevos no desprendan un mal olor. Desde las alfombrillas hasta el volante, todo pasa por sus narices.

De la misma forma que SEAT, Ford ha patentado una técnica de horneado pensada para vehículos autónomos que se basa en dejar el coche aparcado al sol con las ventanillas ligeramente bajadas y, opcionalmente, activar el motor y el sistema de climatización.

Mediante diversos sensores de calidad de aire, el surrealista sistema sería capaz de detectar cuándo se ha eliminado este olor.

Continental también quiere ganarse al público chino y ya trabaja en la elaboración de plásticos dotados de una capa aromática que enmascara el olor de las piezas originales. Olor a té verde, a naranja o perfume para hombre se colocará sobre los plásticos del salpicadero y sobre las puertas, liberando su fragancia en distintos niveles para eliminar todo rastro de olor a coche nuevo.

Veremos en qué termina todo esto.

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