Aunque ya se había propuesto inicialmente en el Parlamento Europeo a principios de este mes, el Consejo Europeo ha llegado a un acuerdo tras 16 horas de negociaciones en Luxemburgo: a partir de 2035 solo se podrán vender en la UE turismos y furgonetas con cero emisiones de CO₂.
Esto deja fuera a las mecánicas híbridas, híbridas enchufables y por supuesto a los motores de combustión interna, dejando en el horizonte únicamente los vehículos eléctricos y de pila de combustible de hidrógeno.
Cinco países que no están de acuerdo y uno que propone condiciones
La mayoría de ministros de Medio Ambiente del bloque de los 27 han acordado seguir adelante con el plan inicial de prohibir la venta de nuevos vehículos equipados con motores de combustión a partir de 2035, para lograr el objetivo de que la UE sea neutra en emisiones en 2050.
El siguiente paso para que la norma ente en vigor es la negociación de un compromiso final con el Parlamento Europeo, que ya ha apoyado la iniciativa.
El debate sobre una probable prohibición de los motores de combustión ha encontrado resistencia, particularmente en Alemania, el mercado de automóviles más grande del bloque.
El Gobierno alemán ha anunciado que apoyará la medida con una condición: que se introduzca la posibilidad de que los vehículos nuevos funcionen con combustibles sintéticos o neutros en CO₂ a partir de 2035. Algo que no convence del todo al bloque.
Otros países que han mostrado su disconformidad han sido Italia, Portugal, Eslovaquia, Bulgaria y Rumanía, que quieren retrasar cinco años el final de las ventas de motores de combustión, hasta 2040, según un documento visto por Reuters.
Estos países abogan por un punto intermedio en el que se alcance una reducción del 80 % de emisiones de CO₂ en 2035, para alcanzar el objetivo del 100 % en 2040.
Según recoge Automotive News Europe, un funcionario búlgaro dijo que las políticas climáticas deben considerar factores económicos y sociales como las "diferencias significativas" en el poder adquisitivo entre los países de la UE.
Grandes fabricantes como Volvo, Ford o el Grupo Volkswagen han apoyado la medida. Volkswagen y Mercedes-Benz lo consideran un objetivo "ambicioso pero asumible", siempre que las condiciones del mercado lo permitan.