La pila de combustible más allá del coche eléctrico: desde generadores de fábricas hasta redes de comunicación

La pila de combustible más allá del coche eléctrico: desde generadores de fábricas hasta redes de comunicación
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La pila de combustible de hidrógeno es una buena alternativa para los vehículos eléctricos, ya que también hace que sean cero emisiones. Pero puede ser útil para otro tipo de situaciones que se requiera un motor de combustión que de la suficiente potencia para realizar el trabajo.

Y es que a medida que el mundo se apresura a reducir las emisiones de carbono, las pilas de combustible de hidrógeno pueden ofrecer a las empresas de telecomunicaciones globales una solución ecológica para alimentar a las redes de energía, según los expertos, recoge Reuters.

El hidrógeno puede ser un sustituto para los generadores diésel de las fábricas

hidrogeno

Las celdas de combustible de hidrógeno, que aunque pensemos que es algo novedoso, fueron inventadas en el siglo XIX y utilizadas en programas espaciales tanto estadounidenses y rusos.

La pila de hidrógeno realmente puede reemplazar a los generadores diésel ruidosos y contaminantes que a veces funcionan las 24 horas del día, siendo así una manera más eficiente de generar tanto electricidad como calor y agua.

Las pilas de combustible extraen electrones del hidrógeno utilizando un catalizador, siendo el gas resultante el oxígeno siempre y cuando se haga a través de la electrólisis.

Además, como ventaja, estas celdas son silenciosas, tiene pocas partes móviles y solo emiten agua. Pueden ser atractivas para un sector que representa el 3 % del consumo global de energía, según Reuters.

Las telecomunicaciones necesitan generadores que puedan encenderse rápidamente durante los cortes de electricidad y, en lugares remotos, suelen ser la única fuente de alimentación. La energía solar y eólica, que no siempre proporcionan niveles de energía estables ya que pueden no ser útiles cuando no haya ni viento ni sol.

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Pero la tecnología aún tiene barreras que superar. El hidrógeno es difícil de almacenar y hay poca infraestructura para transportarlo a largas distancias desde donde se produce.

Y el precio para producirlo también es alto, siendo aproximadamente, 10 veces más que el diesel en algunos mercados. Para producir la misma cantidad de energía por el mismo costo, el precio del hidrógeno tendría que caer aproximadamente al doble del diésel, según datos del gobierno de Estados Unidos.

Una vez que se consiga el reto de abaratar los costes de producción y de almacenaje y transporte, el hidrógeno será una opción muy interesante para los vehículos eléctricos, el transporte en general y la industria, pudiendo reducir así las emisiones de gases invernadero.

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