Alejandra Otero
Las posibilidades camper son infinitas: hay un sinfín de opciones para montar una casa dentro de un vehículo. Por ejemplo ahora esta de moda convertir autobuses clásicos escolares o aviones en enormes autocaravanas. Pero este piloto e instructor de vuelo ha ido más allá: ha montado dos apartamentos de lujo en enormes aviones comerciales.
Quizá el más impresionante de los dos es el que se esconde dentro de un Douglas DC-9: tiene hasta sauna y dispone de un jacuzzi exterior en su espectacular terraza sobre el ala. Lo malo es que para disfrutar de esta singular casa con alas tenemos que irnos hasta Alaska y desembolsar más de 500 euros por noche.
Abróchense los cinturones y disfruten de las auroras boreales en el ala-terraza
Jon Kotwicki se levantó una buena mañana con una estupenda idea de negocio: comprar varios aviones comerciales y convertirlos en alojamientos turísticos. En total se hizo con tres: el mencionado Douglas DC-9, otro Douglas pero DC-6 y un Boeing 727. Cada uno de estos aeroplanos le costó entre 600.000 y 800.000 dólares. A lo que se añade todo lo que ha invertido en acondicionarlos como viviendas altamente equipadas.
Dos de ellos ya están terminados y podemos encontrarlos en la plataforma de Airbnb, presentados como 'casas - aviones'. Ambos se pueden alquilar desde verano del año pasado y se ubican en Big Lake, una pequeña villa de Alaska, cerca de Wasilla. En concreto se asientan en una propiedad de Kotwicki estando cerca de una pista privada de 580 m. Así que, como indica en la descripción en Airbnb, se puede ir en jet privado o en coche.
Una casa - avión. Si bien el recibidor en un anexo al avión, donde se dispone de una lavadora y una secadora, toda el apartamento se integra dentro del fuselaje del Douglas DC-9. En él ha mantenido la librea de DHL, pues pertenecía a la flota de la compañía de mensajería.
La cabina es lo único que permanece intacto, aunque con funciones más lógicas para una casa: desde allí se pueden controlar las luces del apartamento, incluyendo un modo fiesta que algunos de los huéspedes consideran "muy divertidas", según detallan en los comentarios. La estancia principal integra el salón, el comedor y la cocina, con amplias encimeras, un horno enorme, microondas y varios fuegos a gas. Muy a la norteamericana. También encontramos un gigantesco sofá en ele y una televisión de 50 pulgadas.
En esta estancia dispone de un baño separado, con lavabo, y WC, además de la ducha. Todo con las paredes completamente curvas, como manda un avión. De ahí que por ejemplo el espejo se despliegue, yendo adherido con imanes.
Con sauna y un jacuzzi en el ala. Este apartamento, revestido en madera en el suelo y paredes, dispone de tres habitaciones. Aunque una de ellas se aloja en la bodega y es algo tétrica: "para los niños", comenta en este vídeo. Los otros dos dormitorios seguramente serán los que más usen los huéspedes, ambos con cama doble. Uno de ellos es lo que Kotwicki denomina suite principal. Más espaciosa, con una cama algo más grande, dispone de su propio aseo privado y televisor.
Desde esta habitación se accede a uno de los principales reclamos de esta curiosa vivienda turística: una sauna ubicada en la cola del avión en la que podemos entretenernos mirando interior del fuselaje del avión mientras eliminamos toxinas.
Detrás de esa puerta verde está la sauna de la cola del avión
La otra gran atracción es la terraza, a la que se accede desde el salón. Kotwicki la ha construido en una de las alas del avión, que ha dejado ex profeso para ello ya que el otro ala ha sido eliminada. También con suelo en madera, equipa una barbacoa de gas o varias mesas y sillas, simulando la cubierta de un barco. Recientemente, este singular anfitrión ha añadido un jacuzzi a esta estupenda terraza.
Dado que está en una zona de clima boreal, estando cerca del círculo polar ártico, las auroras boreales son habituales en Big Lake. Lo que significa que, si tenemos suerte, podemos contemplar este estupendo espectáculo natural en esta zona exterior.
Más de 500 euros la noche. Alquilar este casa-avión no es barato. Su precio arranca en los 530 euros la noche, lo que supone que pasar seis noches supera los 3.100 euros. La otra casa en el DC-6 es algo más asequible, ya que está menos equipada: desde 330 euros la noche, suponiendo unos 1.900 euros alquilarla una semana. A cambio, podremos presumir en Instagram de por vida por haber pasado unas estupendas vacaciones en Alaska durmiendo en un avión comercial.
Imágenes | Jon Kotwicki en AirBnB
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