Prueba: Audi S4 (parte 2)

Prueba: Audi S4 (parte 2)
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Los motores V6 son una delicia, pero los V8 ya son palabras mayores. Con el S4 perdí mi virginidad, fue toda una experiencia. ¿Para qué tantos cilindros? Potencia, vibraciones casi nulas, un sonido que enamora, suavidad, progresividad… gasta mucho… ¿y qué?

Es un S4, es una consideración secundaria. No es el colmo de la ecología, pero cumple la normativa Euro IV de emisiones con la inyección indirecta de toda la vida, no es FSI.

Acompañadme en un emocionante viaje a bordo de esta berlina deportiva.

Conducción y dinámica

Antes de nada, hay que saber un poquito sobre su concepción mecánica. El motor de 8 cilindros en V a 90º es muy compacto, situado en disposición longitudinal, entregando su generosa potencia a una caja de cambios manual o automática de 6 relaciones.

De ahí, tracción integral permanente con el archiconocido sistema quattro con diferencial Torsen, que distribuye la fuerza de forma dinámica entre ejes, con predominancia de propulsión (tracción trasera).

Audi S4

La cilindrada es muy respetable, 4.163 centímetros cúbicos, con 5 válvulas por cilindro (un total de 40). Su técnica se basa en la inyección indirecta, admisión atmosférica variable y doble árbol de levas con distribución variable. El sonido recién arrancado es precioso, y cuando sube de vueltas se hace aún más sublime. Próximamente traeré un vídeo en el que podreis disfrutarlo como se merece.

¿Qué podemos esperar de este motor? 344 caballos de potencia a 7.000 RPM, justo antes de cortar inyección a 7.200 RPM. El par máximo es de 410 Nm, obtenidos a 3.500 RPM, y se mantiene por encima de 400 Nm entre 3.000 y 4.500 RPM. A tan sólo 1.100 RPM tenemos el mismo par que un diesel de 130 CV, unos 300 Nm, con lo que la parte baja del tacómetro no es precisamente floja. Así puede circular a 40 Km/h en 6ª velocidad sin problemas.

Audi S4

La velocidad máxima está limitada electrónicamente a 250 Km/h, de lo contrario, pasaría holgadamente esa cifra. Los fabricantes alemanes procuran mantener ese límite, ya alto de por sí. Tarda en alcanzar los 100 Km/h desde parado 5,6 segundos, y para alcanzar los 200 Km/h necesita 20,6 segundos. Las recuperaciones son explosivas y la maniobra de adelantamiento es más “sobrevolar” que otra cosa.

Sin tirones ni sorpresas, las agujas blancas van subiendo progresivamente por los aros cromados de las esferas, mientras el sonido va haciéndose más bonito. A ritmos legales y con la relación de cambio adecuada, ya he dicho que es silencioso, pero a altas revoluciones es un placer muy intenso, y hay que tener cuidado porque la sensación de velocidad nos puede hacer bajar la guardia, seguramente vamos más deprisa de lo que pensamos.

De todos modos, la insonorización es quizás exagerada. Sirva de muestra la foto siguiente. Comparo el tamaño de una moneda de Euro con el acolchado superior del motor. Sobran las palabras, ¿verdad?

Audi S4

Desterrad la idea de que todos los V8 son ruidosos, este no, es muy fino, quizás demasiado. Habrá quien lo valore como una virtud, y habrá quien opine lo contrario. Creo humildemente que se le toleraría a la perfección una mayor sonoridad, que para algo te gastas 60.000 y pico euros en el coche por tener un V8.

¿Cuánto bebe? Poco no. En una utilización “convencional” por parte de otros periodistas, el ordenador marcaba una media de 15,1 litros y una autonomía de 410 kilómetros a depósito lleno. A ritmo tranquilillo, el consumo anda por 12-13 litros, nada de lo que pueda quejarse alguien con el bolsillo suficiente para permitirse este coche.

Sin practicar precisamente conducción económica y tras haberle exprimido bien, me duraban 63 litros unos 430 kilómetros, al cambio, un consumo real de 14,6 litros. Los kilómetros por depósito en conducción gas-pedal-happy son del orden de unos 350. El consumo oficial es de 13,3 litros a los 100 Km, y los datos se refieren a gasolina de 98 octanos, el carburante recomendado.

Audi S4

El comportamiento es fantástico, muy estable incluso a ritmos fuertes. Cuando se da más acelerador de la cuenta a la salida de curvas lentas como horquillas, puede hacer un amago de sobreviraje por el mayor par soportado por el tren trasero, que el ESP neutraliza bien si no tenemos mucha habilidad con el contravolante. Para perder los papeles con el S4, se tiene que tener muy poco sentido de la prudencia. Entrando muy pasado en una curva, el subviraje es factible ya que el tren delantero acumula más peso.

La suspensión está endurecida, como es de suponer, por que tanta caballería la exige. Apenas balancea, los cambios de apoyo son muy rápidos considerando lo que pesa y el coche se pega como una lapa sin resultar incómodo, pues hay tarados deportivos que castigan mucho nuestro culo, no es el caso. En mal asfalto, evidentemente, se nota más, pero en buena carretera, muy bien.

Audi S4

A la dirección asistida le falta un puntito de dureza, por lo demás, no puedo decir nada malo, me encantó. La precisión, sensaciones transmitidas, su agrado en todas las condiciones… merecen un sobresaliente. Después de haber conducido tantos coches, la dirección de los A4 es de las que más me han gustado. Es la combinación casi perfecta de deportividad y confort.

El tacto del cambio de 6 velocidades manual es muy satisfactorio, aunque tiene una pizca de holguras en los puntos de inserción de marcha. Se agradece que no haya durezas ni escalones, sobre todo cuando el ritmo exige cambiar de marcha con rapidez. Por las características de la curva de par, no es que sea imprescindible exprimir el motor a base de cambio, pero si queremos mantener el sonido molón es lo que toca.

Audi S4
Para detener los 1.735 Kg de berlina y tanta inercia acumulada, el S4 necesita unos buenos frenos, y de hecho los tiene. Tiene 4 discos ventilados, de 345 mm delante y 300 mm detrás, que resisten bien las tropelías de la conducción deportiva, además consiguen unas deceleraciones muy fuertes si se pisan a fondo.

Estos frenos están coordinados cómo no por el sistema ABS con asistencia de frenado SAFE. Dispone de un doble circuito hidráulico en diagonal asociado al servofreno, y el pedal permite una dosificación de la fuerza de frenada muy precisa.

El sistema EBV trabaja para que se ejerza la presión adecuada de freno por cada rueda, y evidentemente, disponemos del control de estabilidad (ESP) y de tracción, nada intrusivos.

Gracias a la tracción quattro, es más fácil de conducir de lo que parece, no es ningún deportivo desbocado, procura mantener siempre las formas y es muy civilizado, dentro de lo que cabe. La velocidad de paso por curva es espectacular, y el límite está arriba. No sólo viene bien para la conducción deportiva la tracción quattro, en invierno y cuando la calzada no tiene la mejor adherencia, es todo un seguro.

En pocas palabras, es un coche potente, para conductores que quieren mucho motor pero no quieren incomodidades ni más adrenalina de la cuenta. A fin de cuentas, pesando casi 2 toneladas, tampoco podemos esperar un comportamiento explosivo. Para eso está el RS4, que con menos peso, 420 CV y un planteamiento mucho más racing no está recomendado para almas sensibles.

En este punto, creo que no me he dejado nada en el tintero. Mañana más…

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