El futuro del coche se señala como eléctrico, pero curiosamente en los albores del automóvil también hubo cero emisiones. Concretamente los coches de policía: el primer vehículo patrulla motorizado del mundo no bebía combustible sino que tenía baterías. Nació hace 126 años.
Pese a ser un hito a dos bandas, no esperes encontrarlo en un museo: lo vendieron como chatarra por muchísimo menos de lo que costó. Solo estuvo seis años en servicio: los agentes necesitaban coches capaces de perseguir a los ya motorizados delincuentes. Una tarea que se le quedaba enorme al primer coche de policía de la historia.
Solo alcanzaba 29 km/h y tenía que parar a recargar cada 49 km
La ciudad de Akron (Ohio) tardó bastante en tener un departamento de policía: llegó en 1896 cuando ya la urbe superaba los 40.000 habitantes. Como el resto de ciudades del siglo XIX, tanto en Europa como en EEUU, recurrió a los clásicos carruajes tirados por caballos para hacer las veces de vehículos patrulla.
Tres años más tarde de su creación, el gobierno de Akron tuvo una idea revolucionaria: contar con un coche motorizado. Según el comisionado de la ciudad, Albert Paige, a las arcas municipales les saldría mucho más barato que seguir comprando caballos (disponían de unos 400 entonces) y darles de comer.
Seis meses de desarrollo, y caro. El proyecto de desarrollar este primer coche policía con tracción mecánica y no animal se lo encargaron a Frank Fowler Loomis. Este ingeniero trabajó para el departamento de bomberos de Akron y patentó una alarma de incendios que fue muy aclamada entonces. Ante el éxito cosechado por su patente, fue el hombre escogido para este pionero.
Seis meses tardó en diseñarlo y desarrollarlo. De la fabricación de su carrocería se encargó Collins Buggy Works y de la mecánica eléctrica su hermano C.H. Loomis y Julius Olson. La transmisión corrió a cargo de Selle Gear Co. Una vez listo, se presentó el 24 de noviembre de 1899. El departamento de Akron ya tenía el que era el primer coche de policía a motor. La factura que asumió la administración fue de 2.400 dólares: bastante más elevada de lo estimado por Paige. Sería el equivalente hoy a unos 93.400 dólares.
Solo 8 CV en un mastodonte de más de dos toneladas. A nivel de diseño este coche patrulla era similar a un carruaje de caballos. Además, más que un coche era una suerte de furgón: tenía espacio para trasladar a una docena de detenidos. Fue su principal cometido por sus características y prestaciones.
Se movía gracias a dos motores eléctricos, ambos de 4 CV, así que su entrega era de 8 CV. Una potencia muy comedida teniendo en cuenta que pesaba casi 2,3 toneladas: solo 600 kilos menos que la Tesla Cybertruck de dos motores.
Con estos ingredientes, este embrionario eléctrico podía alcanzar como máximo 29 km/h. Sus baterías también eran bastante limitadas: solo gozaba de 48 km de autonomía. El conjunto se completaba con unos faros también eléctricos, un gong que operaba de sirena y una camilla. Gracias a esto último también podía utilizarse como ambulancia.
De llevar un borracho a acabar hundido en el canal. La primera misión de este coche policial eléctrico no fue para escribirla en los libros de historia: trasladar a un detenido ebrio al calabozo. Aunque según publicó The Akron Beacon Journal en base a los artículos de la época, el preso sí que se sintió como si estuviera escribiéndola: se sentó distinguidamente en la parte trasera y con los mismos aires de grandeza se bajó.
Un año después de prestar servicio, este vehículo patrulla fue protagonista en el Motín de Akron del 2 de agosto de 1900, considerado el episodio más violento registrado en el estado de Ohio. En este disturbio racial, la chispa fue la detención de un afroamericano, acusado injustamente de haber violado a una niña caucásica.
Las revueltas se cebaron con edificios y dependencias de la administración pública. También con este coche policial: varios agitadores lo robaron, se dieron unas vueltas a sus mandos y cuando se cansaron de la diversión (o quizá se quedó sin batería), lo arrojaron al canal Ohio & Erie. Aquel no fue el final para este coche patrulla: al día siguiente lo sacaron del agua y repararon los daños sufridos para que pudiera seguir llevando detenidos.
Achatarrado por 25 dólares. Este pionero de los coches de policía estuvo en activo hasta 1905: seis años desde que comenzara a rodar por las calles. Completó 226 servicios y recorrió un total de 322 km. Ni su primera misión fue digna ni tampoco su final: el ayuntamiento se lo vendió a un desguace por unos míseros 25 dólares.
En los primeros años del siglo XX los coches a motor comenzaron a proliferar y eso significaba que dar caza a delincuentes e infractores con esta mole eléctrica era imposible: los de combustión eran mucho más rápidos. Siendo justos, los agentes de hoy también siguen prefiriendo los de combustión a los eléctricos: a los Tesla Model 3 con los que han intentado modernizar la flota californiana los tildan de "inutilizables" como coches patrulla.
Imágenes | Wikimedia
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