Un jubilado se ha hecho el coche de choque más grande del mundo para ir a por el pan: es totalmente legal

Un jubilado se ha hecho el coche de choque más grande del mundo para ir a por el pan: es totalmente legal
4 comentarios
HOY SE HABLA DE

Mientras muchos aprendíamos a hacer pan durante las restricciones por la pandemia de COVID-19, nos comunicábamos por videollamada o explorábamos otros pasatiempos, Dan Hryhorcoff, de Pensilvania (EEUU), optó por entretenerse con un proyecto mucho más audaz: construir un coche de choque gigante homologado para carretera.

Este sueño de cualquier niño hecho realidad, lleva “bajo el capó” la mecánica de un viejo Chevrolet Aveo y algunas piezas de moto, pero no es la única genialidad que ha salido del garaje de este creativo ingeniero de 72 años. Conocido por su habilidad para fabricar todo tipo de vehículos, Hryhorcoff ha llegado a construir hasta un submarino.

El ‘Gepetto’ moderno que da vida a sus juguetes de fibra de vidrio

Coche Choque2

Hace una década que Dan Hryhorcoff se retiró, pero no ha perdido el tiempo. Antes de fabricar su flamante coche de choque gigante desde cero, el exingeniero ya se había embarcado en otros proyectos como coches personalizados o un gran coche rojo a pedales inspirado en el famoso juguete para niños ‘Murray cara tristede la década de 1950.

Tras crear aquél enorme vehículo rojo, que fue todo un éxito en los distintos eventos en los que participó, llegó la pandemia. Entonces Hryhorcoff decidió aprovechar la experiencia que había adquirido trabajando la fibra de vidrio con otro gran proyecto: un coche de choque gigante inspirado en los del parque de atracciones ‘Knoebels’ en Elysburg, Pensilvania (EEUU).

En dicha atracción los coches de choque se asemejan a algunos de los modelos más célebres del parque móvil americano en la época posterior a la Segunda Guerra Mundial y, según el propio Hryhorcoff, le enamoró la idea de reproducir para su proyecto ese “aspecto tan característico de las camionetas Chevrolet de los años 50”.

Así, Hryhorcoff cuenta que consiguió pasar unas ocho horas en el parque Knoebels para obtener la información que necesitaba para su proyecto: “medí, tomé fotos, hice plantillas y todo lo necesario para copiar uno de los coches lo mejor que pude”. Finalmente, optó por hacer su propia versión, cuyo tamaño doblaba el del original.

El encargado de mover al coche de choque gigante acabado en fibra de vidrio es el pequeño motor de un Chevrolet Aveo, que va situado en la parte trasera, mientras que en la delantera se colocó una rueda de motocicleta para lograr un ángulo de giro reducido. En total, este ‘juguete a escala’ para mayores mide 3,96 m de largo, 2,1 m de ancho y 1,67 m de alto.

Por supuesto no podía faltar un poste en la parte trasera que imita al que llevan los coches de choque de verdad para obtener electricidad, aunque en este caso es decorativo. Tras acabarlo, su creador pudo homologar el coche de choque para circular con él, una tendencia con mucho éxito en EEUU, impensable a este lado del charco.

Coche Choque 3

Un proyecto como este probablemente sería un viaje accidentado para cualquiera, pero no para Dan Hryhorcoff, un autodidacta con especial habilidad para abordar proyectos aparentemente imposibles y una disposición envidiable para a aprender nuevas habilidades por el camino.

El exingeniero maneja todo tipo de herramientas para trabajar el metal y la madera, ha construido desde coches hasta karts (pasando por cortadoras de césped) y ha ido aprendiendo los secretos de la mecánica del automóvil en su garaje, tras trabajar reparando aviones en la década de 1970 o tener su propio negocio de maquinaria industrial.

Ingeniero, mecánico autodidacta y petrolhead a otro nivel

Pero, sin duda, uno de los proyectos más sorprendentes de Hryhorcoff fue el submarino que construyó a partir de los planos de un K350 con la ayuda del experimentado George Kittredge, al que bautizó como ‘Persistence’:

“Sabía que estaba construyendo algo que no me iba a matar si lo construía correctamente”, dice. Y aunque el submarino ha llegado a una profundidad de 165 m sin nadie a bordo sin sufrir daño alguno, él mismo lo ha pilotado hasta los 45 m de profundidad.

Más que como un artista, Hryhorcoff se describe a sí mismo como “un ingeniero autodidacta” que “prefiere emprender un proyecto grande a una docena de proyectos pequeños”. Eso sí, siempre y cuando sepa “que los desafíos que pueda enfrentar son superables, pero que le permitan aprender algo en el proceso”.

Coche Choque 4

Como una especie de ‘Gepetto’ moderno que da vida a sus creaciones, Dan Hryhorcoff continúa demostrando que la edad sólo es número, que la creatividad no tiene límites y que, incluso en tiempos difíciles, es posible encontrar inspiración para hacer cosas verdaderamente extraordinarias. Ya estamos deseando descubrir qué es lo próximo que se le ocurre.

Temas