Si hay que hacer drifting, se hace... aunque sea con un pick-up

Si hay que hacer drifting, se hace... aunque sea con un pick-up
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El drifting parece una moda imparable y tiene mucho sentido. A nivel profesional es otro cantar, pero para pasar el rato es una descarga brutal de adrenalina con mínimo riesgo y un desdembolso muy bajo. ¿Qué necesitas? Un coche, preferiblemente con cierta potencia y propulsión, claro. No importa si es viejo o hasta de desguace porque el plan es vaciarlo para aligerarlo al máximo.

Le das un repaso para ponerlo al día, pones un diferencial con autoblocante o, en plan barato, sueldas su propio diferencial. A partir de ahí el gasto es en gasolina, alquiler de la pista y neumáticos que se compran usados para achicharrarlos. ¿Quieres menos jaleo? Directamente puedes alquilar el coche. ¿Y qué coche vale para hacer drifting? Cualquiera y si no mira este pick-up cómo va de lado.

Ahí lo llevas, un Toyota Hilux debidamente preparado, eso sí. Éste no es en plan casero, lleva hasta una dirección especial para permitir mayor ángulo de giro. De las caídas y la suspensión rebajada mejor ni hablamos...

Foto | Autoevolution

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