Noruega lleva años ganándole terreno al mar. Ahora quiere que sus conductores pasen por una rotonda a 260 metros bajo el agua, dentro del túnel submarino más largo del mundo

El Rogfast ya se excava bajo el Mar del Norte: casi 400 metros de profundidad y una rotonda submarina pensada para eliminar ferris y acortar tiempos de viaje

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Irene Mendoza

Noruega lleva décadas usando túneles para domesticar una geografía complicada, pero el Rogfast juega en otra liga. Si todo va bien, cuando esté terminado en 2033, se convertirá en el túnel submarino para tráfico rodado más largo del mundo, con 27 km bajo el mar y una profundidad máxima de 392 metros.

Pero esto no es sólo una cuestión de récords: este megatúnel forma parte del gran plan para transformar la autopista costera E39 y eliminar los ferris que hoy ralentizan los desplazamientos entre las principales ciudades del oeste del país. Y, por el camino, está obligando a los ingenieros a resolver retos y problemas que hasta ahora no se habían planteado a esta escala.

Excavar casi 400 metros bajo el mar no es simplemente excavar

Excavar un túnel casi 400 metros por debajo del nivel del mar no es sólo una cuestión de longitud, sino de presión y de control del entorno. A esa profundidad, cualquier error se multiplica… y el mar no perdona. 

Para hacerse una idea de la magnitud del reto, allí abajo la presión ronda los 39 bares: el equivalente a soportar de forma constante unos 39 kg sobre cada centímetro cuadrado de la estructura; como si decenas de metros de agua presionaran sin descanso sobre el túnel.

Según ha explicado Anne Brit Moen, directora del proyecto en Skanska, la empresa encargada de uno de los tramos del túnel, a CNN, “las filtraciones de agua salada ya han aparecido antes de llegar a los 300 metros”. Por eso una de las claves del proyecto es perfeccionar los sistemas de sellado de la roca para mantener condiciones de trabajo seguras y estables a medida que se desciende.

Dos equipos, dos extremos y un margen de solo cinco centímetros

Como en otros grandes túneles del mundo, el Rogfast se excava a la vez desde el norte y desde el sur. Es una técnica habitual en proyectos como el Eurotúnel o el túnel japonés de Seikan, porque permite ahorrar años de obra… siempre que el encuentro sea perfecto: aquí el margen de error permitido es de solo cinco centímetros.

Para lograrlo, se utilizan escáneres láser que registran millones de puntos de datos por segundo y crean un modelo digital exacto del túnel a medida que avanza la excavación. No es que ya no se mire “por un ocular”, es que cada metro excavado se compara en tiempo real con los planos para evitar desviaciones que luego serían carísimas de corregir, como explican desde la empresa tecnológica Hexagon.

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La rotonda submarina: una solución práctica, no un experimento

Uno de los elementos más llamativos del Rogfast es su doble rotonda submarina, situada a unos 260 metros bajo el mar. Desde ahí saldrá un ramal que conectará con la isla de Kvitsøy, el municipio más pequeño de Noruega, sin necesidad de construir un túnel independiente desde tierra firme.

Esta solución permite unir tres puntos clave con una sola infraestructura, reduce la longitud total de túneles necesarios y simplifica la gestión del tráfico. No es la primera rotonda bajo el mar del mundo: ese hito lo tienen las Islas Feroe, con la rotonda del túnel Eysturoyartunnilin inaugurada en 2020. La del Rogfast, eso sí, será la más profunda jamás construida y la única integrada en un túnel para coches de estas dimensiones, algo sin precedentes directos.

El Rogfast contará con dos tubos independientes y dos carriles por sentido. Además, la ventilación será longitudinal, con grandes ventiladores que empujan el aire a lo largo del túnel, apoyados por conductos verticales que salen a la superficie en Kvitsøy. También habrá cámaras, radares, sensores de calidad del aire y sistemas de detección de incidentes en tiempo real.

Todo está pensado para que el conductor no note que circula durante más de 20 minutos bajo el mar, algo clave en un túnel pensado para sustituir trayectos en ferry muy dependientes del clima. Cuando entre en funcionamiento, el Rogfast permitirá ahorrar unos 40 minutos en trayectos clave entre ciudades como Stavanger y Haugesund, y será una pieza fundamental para reducir de forma drástica los tiempos de viaje a lo largo de toda la E39.

También tendrá impacto económico y logístico: menos ferris significa menos interrupciones por mal tiempo y rutas más previsibles para personas y mercancías. En un país donde el mar condiciona todo, este túnel es una forma muy práctica y bien pensada para cambiar cómo se mueve Noruega por su costa, haga el tiempo que haga fuera.

Imágenes | Skanska, Staten vegvesen, Hexagon

En Motorpasión | Esta es la única rotonda submarina de todo el mundo, y está en un país que solo tiene cinco semáforos

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