
El Mosso d’Esquadra se acercó al coche parado en medio de la AP-7. “¿Y el conductor, dónde está?”, preguntó a los ocupantes del coche, dos hombres, uno en el asiento del copiloto y otro atrás, junto a una jaula con un jilguero. “No sé, debió salir”. La situación parece sacada de un chiste, pero es con lo que realmente se encontró una patrulla de la policía autonómica catalana.
Eran las 6h45 de la mañana cuando los Mossos d’Esquadra respondieron a una llamada de emergencia automática al 112 efectuada por el coche. Este se detuvo en la AP-7 a la altura de Banyeres del Penedés porque se quedó sin gasolina.
Delatado por la llamada de emergencia automática eCall
Sobre las 6:45 el Mercedes Clase A del sospechoso, de 38 años, que circulaba por la AP-7 se detuvo. Viajaba junto a un amigo suyo y una jaula con un jilguero tapada con una manta en los asientos de atrás. Venían de marcha y el coche se quedó sin gasolina.
Al parecer, por haberse detenido en una autopista y con el motor que no respondía (normal, no había gasolina), el sistema de emergencia eCAll interpretó que había una emergencia y llamó al 112 dando la geolocalización del coche, ya que el conductor no había respondido a los avisos del coche.
Los dos hombres claramente bajo los efectos del alcohol se quedaron en el coche. Y al conductor se le ocurrió la brillante idea de sentarse en el asiento de atrás, como si todo eso no fuera con él. Y menos aún preocupado por el resto del tráfico de la autopista. Por suerte, no causaron ningún accidente.
Resultó que a los dos ocupantes se les había retirado el carnet de conducir. El hombre que estaba en el asiento de detrás reconoció finalmente que sí, era él quien conducía el coche antes de quedarse parado. Obviamente, los Mossos d’Esquadra le sometieron a una prueba de alcoholemia. Resultado: 0,65 mg/l por aire expirado.
Prácticamente triplicaba el límite legal actualmente en vigor, el cual es de 0,25 mg/l por aire espirado. Con una tasa superior a 0,60 mg/l de aire expirado se considera delito, por lo que el personaje fue detenido.
En este caso, superar la tasa de alcoholemia supone “penas de prisión de tres a seis meses o multa de seis a 12 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días. Y en cualquier caso, la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años”, según el Artículo 379.2.
En cuanto a la jaula con un jilguero, la Unidad Regional de Medio Ambiente de Tarragona de Mossos se hizo cargo del ave. Y es que la captura o posesión del jilguero está prohibida, a no ser que se disponga de un permiso especial. El jilguero común entra en la categoría “LC – Preocupación Menor” dentro de la Lista Roja de las Aves de España.
El sospechoso quedó a disposición del juzgado de guardia de El Vendrell, Tarragona.
Foto | Mossos d'Esquadra