Daniel Murias
Cuando empezó la fiebre del tuning en España, la primera modificación y más barata que le hacíamos al coche era instalar un filtro de aire deportivo, el famoso kit de admisión directa (ejem). Sí, uno de esos fuera de su caja, porque se decía que el motor respiraría mejor así. Nada más lejos de la realidad, pues ese tipo de filtro aspira más aire caliente procedente del vano motor que si estuviera en su caja. Y el aire caliente no es bueno para la combustión del motor. Cuanto más caliente el aire, menos oxígeno tiene, lo que provoca que la mezcla dentro del cilindro con la gasolina no sea la idónea.
Pero esos filtros tenían algo bueno: se podían limpiar y no había que cambiarlos hasta al menos 50.000 km. Y si hay una operación mecánica sencilla y que cualquiera puede hacer para ahorrarse unos euros esa es sin duda cambiar el filtro de aire.
Filtro original vs filtro de segundo equipamiento
Los motores de combustión interna son esencialmente bombas de aire y necesitan aire limpio para quemar eficazmente la mezcla de gasolina y aire sin obstruir las válvulas y dañar los pistones y cilindros con residuos nocivos. El papel del filtro de aire es evitar que la suciedad y los contaminantes en suspensión lleguen al motor, obstaculicen el proceso de combustión y reduzcan el rendimiento, además de aumentar el consumo de combustible. Por lo tanto, influye directamente en la salud y la longevidad del motor.
La mayoría de los coches tienen filtros de papel originales de la marca. Son desechables y no duran mucho antes de obstruirse con suciedad y restringir el flujo de aire. Así, tras un tiempo, es necesario sustituirlo. A este respecto, el manual del propietario contiene todas las recomendaciones del fabricante del vehículo a la hora de cuando hay que sustituirlo o limpiarlo.
Como regla general, sustituir los filtros de aire originales desechables cada 12 meses o cada 20.000 km es fundamental para la salud del motor. La operación es muy sencilla, basta con abrir la caja del filtro de aire en el motor, en general se mantiene cerrada con unos clips, quitar y poner el nuevo filtro.
En el mismo manual de usuario del coche se indica donde está la caja del filtro de aire. En cuanto al filtro de aire en sí no es muy caro, entre 10 y 20 euros, según el coche, y es una operación que no requiere conocimientos de mecánica.
¿Se puede limpiar el filtro de aire en lugar de cambiarlo? Intentar limpiar los filtros de aire de papel originales de la marca con agua y jabón puede dañar las fibras del filtro. Incluso un ligero deterioro podría permitir que partículas de suciedad entraran en el colector de admisión, por lo que los filtros de aire de papel deben sustituirse en lugar de limpiarse.
Sin embargo, en el próximo cambio de filtro se puede instalar un filtro de aire reutilizable, como los que proponen marcas como K&N, AEM o BMC para la caja del filtro original (nada de filtro redondo suelto tipo “admisión directa”). Estos filtros sí se pueden limpiar. Aunque son mucho más caros que los filtros de papel normales (entre 60 y 120 euros, según el modelo), los filtros reutilizables ofrecen varias ventajas que compensan el coste inicial.
Este tipo de filtro presenta una estructura más resistente debido a su naturaleza reutilizable, y la mayoría utiliza fibras de algodón más resistentes o materiales sintéticos avanzados en múltiples capas para soportar el uso diario, el maltrato y los lavados periódicos, todo ello sin impedir un flujo de aire potente. Eso sí, son filtros que tienen tendencia a ensuciarse más, por lo que habrá que limpiarlos a menudo.
Conservar un filtro de aire sucio acaba dañando gravemente los conductos internos del motor y puede provocar averías. Algunos de los síntomas de un filtro de aire sucio son la disminución del rendimiento del motor (pérdida de potencia), el aumento del consumo de combustible, los ruidos inusuales (traqueteos, por ejemplo), humo negro en el escape, luz del motor encendida (anomalía en el funcionamiento del vehículo) e incluso mal olor.
Imágenes | Toyota, AEM
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