Honda CR-Z, presentación y prueba en Holanda (parte 1)

Honda CR-Z, presentación y prueba en Holanda (parte 1)
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Esta semana se ha presentado a los medios de comunicación el tercer híbrido de la gama actual de Honda, el Honda CR-Z, que se suma a los Civic Hybrid e Insight. Nos encontramos ante un coche muy emocional, pero a su vez también racional, al menos en el aspecto motorizado, no tanto en el práctico.

El CR-Z pretende quitar a los híbridos el sambenito de coches aburridos o feos, y para lograrlo ha entrado un poco en el terreno de los coches convencionales, como un diseño que busca más vistosidad que practicidad y adoptando un cambio manual. Todos los demás híbridos a la venta hoy día son automáticos.

A finales de los años 90, a la vez que salía a la venta en Japón el Toyota Prius, Honda contestó con el Civic IMA y el primer Insight, que también tenían cambio manual. La primicia en el caso del CR-Z es que es de seis velocidades, y que comercialmente es el primer deportivo híbrido moderno (exceptuando SUV hipervitaminados).

Honda CR-Z

Sistema híbrido del Honda CR-Z

El motor térmico es un 1.5 i-VTEC heredado del Honda Jazz americano, que rinde 114 CV de potencia. Es atmosférico, monoárbol (SOHC), 16 válvulas y con inyección indirecta. Honda justifica no utilizar un propulsor más sofisticado por razones de coste. En su vano motor difícilmente cabe algo más grande, y no, el K20A no cabe.

Comparte con el Insight el motor eléctrico, de 14 CV y 78 Nm de par máximo, que está unido solidariamente al motor. Es un semihíbrido, el motor eléctrico cumple únicamente una función de asistencia y no puede mover el coche por sí solo en ninguna circunstancia, ni en condiciones de carga mínimas.

En otros híbridos de Honda el motor eléctrico puede, con el motor de gasolina en mínima retención y sin gastar, mantener la velocidad en zona urbana, pero el Honda CR-Z no. Por eso su carácter híbrido se nota menos, la sensación que ofrece es la de un coche convencional, turbo más bien, pero con Stop&Start.

Honda CR-Z

Me explico. A nada que el motor esté caliente y se cumplan otras condiciones, el motor de gasolina se apaga al poner punto muerto y a baja velocidad, a punto de detenerse. Cuando se pisa el embrague y se mete primera, arranca solito. Siempre vamos a oír sonido de escape con el coche en movimiento.

Y este es uno de sus puntos fuertes, el sonido de escape está toqueteado para que ofrezca una sensación deportiva, y os aseguro que es lo más parecido posible al Honda Civic Type-R, solo que con un poco menos de cafeína. Hace ruidito, sin ser molesto y desde luego huye de la idea de aburrimiento que inspiran algunos híbridos.

A diferencia del Insight, no se ha buscado la máxima economía de combustible, sino utilizar el motor eléctrico como si fuese una sobrealimentación. Ningún gasolina de su potencia nos va a ofrecer esa sensación de empuje si es atmosférico, si es turbo (como el 1.4 TSI de 122 CV) el efecto es parecido. No tiene turbo-lag, es instantáneo.

Honda CR-Z

Conducción del Honda CR-Z

Lo malo de los motores atmosféricos de gasolina es que a bajo régimen van asfixiados, sobre todo en su cilindrada. Los 78 Nm disponibles desde 0 RPM del eléctrico permiten una “salida” bastante ágil y como copiloto me he dado bastantes cabezazos, ya que mi compañero de pruebas salía siempre a saco de las paradas.

Además, en cualquier marcha que se circule, el coche siempre responde, como si fuese un diesel. Un gasolina atmosférico pasaría de nosotros en esas circunstancias. Dicho de otra forma, las carencias de respuesta del gasolina quedan totalmente camufladas y se beneficia de una patada digna de un diesel.

Por otra parte, el ahorro de gasolina es contundente, sobre todo en una conducción más agresiva, donde un motor turbo aumentaría mucho su sed, pero el CR-Z se mantiene austero incluso en esas condiciones. En pocas palabras, lo mejor de un gasolina y de un diesel a la vez, gracias a la hibridación.

Honda CR-Z

Conducir el Honda CR-Z no implica saber nada más que en cualquier otro coche. Dependiendo de la conducción que queramos hacer, elegiremos entre los modos Normal, Econ y Sport, que ofrecen comportamientos diferentes del sistema híbrido, priorizando las prestaciones, la eficiencia o un balance de ambas.

El indicador de cambio de marchas nos pedirá con frecuencia meter marchas largas, es capaz de rodar a revoluciones impensables para otros gasolina, como a 1.200 RPM en población. En autovía y la marcha más larga, sexta, gira a unas 2.500 RPM, como si fuese un motor de alta cilindrada o con turbo.

Tiene un arranque enérgico y buenas recuperaciones, también impensables para un atmosférico de su potencia, ¡e incluso un turbo! El corte de inyección se sitúa en las 6.500 RPM, en ese aspecto no es como el Civic Type-R pero os aseguro que la sensación es parecida, es mucho más que un “quiero y no puedo”.

Honda CR-Z

Como el motor eléctrico no funciona por sí solo, no permite mucho juego para hacer consumos muy bajos. La cifra de homologación de 5 l/100 km solo se consigue con una conducción muy suave y a velocidad moderada. En conducción eficiente y a velocidades normales (100-120 km/h) me ha gastado menos de 5,5 l/100 km.

En zona urbana no reduce el consumo tanto como otros híbridos, ya que el motor de gasolina hace más trabajo. Eso sí, se para en prácticamente cualquier semáforo o STOP, a diferencia de los coches con Stop&Start, que no consiguen tal cosa porque no siempre las condiciones lo permiten.

Pero ojo, el motor de gasolina no se apaga siempre. Por ejemplo, si hace falta el A/C y no estamos en modo Econ, el motor seguirá funcionando para evitar el apagado del compresor. Tampoco se apagará si el motor está frío o se está haciendo un uso intensivo de electricidad como la luneta térmica.

Honda CR-Z

Los tres modos de conducción afectan a la respuesta del acelerador, dirección asistida, climatizador y el motor eléctrico. En el modo Sport, el motor eléctrico asiste más a menudo pero también tira más de la batería. En condiciones de circulación normal no veo posible agotar la batería, ni en un adelantamiento largo.

He conducido por Holanda, que es un país tremendamente liso, unas condiciones muy difíciles de reproducir en España, tenedlo en cuenta, apenas crucé desnivel alguno. No puedo ofreceros comentarios acerca de la capacidad de aceleración en un puerto de montaña ni cosas parecidas hasta que me dejen uno durante más tiempo y “en casa”.

La frenada regenerativa no se nota prácticamente nada, siempre vamos a tener tacto de frenos hidráulicos, como los de siempre. En un híbrido puro como el Toyota Prius la frenada regenerativa es más perceptible. A propósito de los frenos, los discos delanteros y traseros casi tienen el mismo diámetro (262 y 220 mm).

Honda CR-Z

No puedo omitir qué pasa con el Honda Eco Assist, que también lo tiene el Honda Insight y lo detallé en su momento. Es muy intuitivo, el color del velocímetro nos indica si estamos consumiendo lo justo, poco o en exceso. No distrae y cumple con su función informativa perfectamente.

También dispone del jueguecito de las flores para ir ganando puntuación y mejorando nuestro estilo de conducción. Admito no haberle prestado mucha atención durante la toma de contacto, también os digo que no fui buscando una puntuación alta sino probar el coche en diferentes aspectos (aceleración, crucero, económico)...

El ordenador de a bordo es tan completo como en el Insight, y aunque pueda parecer que hay un exceso de información en la instrumentación, luego no es tanto. En todo momento vemos el económetro instantáneo, velocidad bien clara y el modo de conducción elegido. Lo demás se elige a voluntad, fijaos en las imágenes.

Honda CR-Z

Precios, fecha de comercialización y futuras versiones

Según me han confirmado los ingenieros de Honda en una breve entrevista, no se va a ofrecer el Honda CR-Z con otra motorización, ni más potente, ni no-híbrida. En el mercado japonés se ofrece con cambio automático opcionalmente, pero esa opción no se contempla para Europa pues no es lo que demanda este mercado.

Me explicaron que el CR-Z es un buen balance entre el coche que ofrecen y el coste, y que podría haber sido más sofisticado pero también más caro, y creo que tienen razón. De todos modos, en su potencia, ningún gasolina puede superarle en rendimiento (excluyendo híbridos), y en diesel se cuentan con los dedos sus posibles rivales en términos de eficiencia.

Saldrá a la venta el 6 de junio en España, en tres versiones (Sport 21.900 euros, GT 23.400 euros y GT+ 25.200 euros). Ya se habrá acabado el Plan 2000E, optaría a él, pero también opta a ayudas por coche híbrido hasta 2.000 euros en la mayoría de Comunidades Autónomas.

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