El segundo derrumbe del viaducto de la A-6 pone aún más difícil entrar en Galicia, y nadie sabe explicar por qué

El segundo derrumbe del viaducto de la A-6 pone aún más difícil entrar en Galicia, y nadie sabe explicar por qué
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Nueve días después del primer derrumbe en la misma carretera, ha colapsado otro tramo del viaducto de la A-6 entre León y Piedrafita.

El teniente de alcalde de Lugo, Rubén Arroxo, fue de los primeros que informó en twitter del desplome, pues se encontraba en la zona junto a otros concejales del Bloque Nacionalista Galego (BNG) de la comarca para reclamar una solución y presenció la escena en directo.

Una construcción con apenas 25 años de vida

El viaducto de El Castro tiene 585 m de largo, se encuentra en una de las vías de comunicación más importantes para Galicia y León -la autopista A-6- y se construyó hace apenas 25 años.

A principio de este mes sufrió un primer derrumbe inesperado y sin precedentes en España: un tablero de hormigón de 50 metros cayó al vacío, en el municipio leonés de Vega de Valcarce (en el límite con la comunidad gallega) quedando cortada de inmediato la circulación.

También en sentido Madrid en el viaducto contiguo, por precaución. Afortunadamente no hubo que lamentar daños personales.

Según las primeras declaraciones del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana tras el suceso, los trabajos de reparación que llevaban meses realizándose en la vía no fueron la causa, sino que todo apunta a que el colapso se produjera “por un problema oculto en este kilómetro 431 de la A-6 que no se detectó cuando se decidió acometer las obras”, según recoge El Confidencial.

Tras el segundo derrumbe, se sigue sin dar con el problema que ha llevado a un viaducto de construcción tan reciente a colapsar aunque todo apunta a que se da una acumulación de factores en cadena que se tardarán en determinar.

Ahora mismo, en el punto de mira de las investigaciones están tanto el proyecto, como la construcción (ambos a cargo de FCC), el suministro de materiales y/o las operaciones posteriores.

No se descarta tampoco que la revisión que dio lugar a las obras no detectase los posibles defectos de la estructura, pues estas se hacen con métodos de evaluación no destructiva como ultrasonidos o equipos magneto-inductivos para comprobar el estado del acero que va por dentro de las dovelas de hormigón que componen la construcción.

En el acero sí se detectaron daños por corrosión (tempranos para este tipo de estructura, que debería estar prevista para durar 100 años por normativa) y por este motivo, se llevaban meses acometiendo obras por importe de 11 millones de euros, para revisar el estado de las vigas y de los cables de la estructura.

En su momento este viaducto fue la obra de ingeniería civil de mayor envergadura económica de Europa, y facilitaba el acceso a Galicia, pues además de acortar tiempos (en ciertos trayectos, incluso a la mitad), mejoró la seguridad vial.

Cada kilómetro de la autovía por el entorno de Piedrafita costó 9 millones de euros de media, o lo que es lo mismo, cada metro de carretera costó 1,5 millones de pesetas, como recogía en su día La Voz de Galicia. Ahora, los conductores retrocederán décadas atrás en el tiempo hasta que se les dé una solución.

La Junta de Castilla y León ha exigido al Gobierno de España que resuelva "cuanto antes" el problema y han pedido al ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que den  explicaciones de lo ocurrido y aclaren cuáles van a ser los plazos determinados para recuperar la estructura.

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