Ser el hermanísimo siempre ha sido una etiqueta que, digan lo que digan, ha ayudado y perjudicado a la vez al pequeño de los Schumacher. En esta ocasión, sin embargo, creo que llamarse Ralf Schumacher ha sido de gran ayuda para conseguir algo que a buen seguro no se ha ganado más que otro en pista: correr el DTM 2009 en uno de los 4 oficialísimos Mercedes C-Class especificación 2009.
La entrada de Ralf en el DTM fue con un coche con especificación de un año anterior, y el piloto alemán sólo pudo sacar 3 puntitos en una temporada de aprendizaje que supo a bien poco. Para este 2009, todo apuntaba a que Ralf seguiría purgando con un coche del año anterior o viendo las carreras por la tele, dejando los honores de subirse a un último modelo a Gary Paffet, pero las exigencias del hermanísimo (o un coche 2009, o no sigo), parecen haber funcionado a la perfección.
Sin embargo, creo que Ralf no sabe todavía lo que ha hecho. Una segunda temporada con un coche “viejo” le hubiera permitido seguir cogiendo experiencia a la sombra, pero en uno de los cuatro “pata negra”, y cobrando tanto él solito como sus tres compañeros juntos, la presión sobre el alemán va a ser bestial, y la excusa del coche ya no valdrá para nada. Con un C-Class 2009, Ralf tendrá que ganar. O por lo menos hacerlo tan bien como el anterior dueño de su volante, el retirado Bernd Schneider (casi nada).
Veremos de qué es capaz Ralf Schumacher con un coche de los buenos.
Vía | Racingpasión