El primer modelo de la submarca EQ va a suponer un buen empujón para el fabricante alemán ante una caída en las ganancias. El Mercedes-Benz EQC es un SUV 100 % eléctrico que entrará en producción mediados de 2019, aunque las últimas informaciones apuntan a que quizá tengan que adelantar la fecha.
En declaraciones del CEO de Daimler, Dieter Zetsche, el EQC ya está agotado para este año y probablemente para el que viene, aunque no sabemos cuál es la capacidad de producción del fabricante para este esperado modelo.
Su llegada a Europa está prevista para junio
"Estamos seguros de que no podremos satisfacer la demanda en 2019 y probablemente tampoco en 2020". "Pero hacemos todo lo posible para alcanzar la máxima capacidad", ha declarado Zetcshe para la cabecera Welt.
Zetsche también ha indicado que Daimler espera tener 10 vehículos totalmente eléctricos en el mercado en 2022.
Lo cierto es que la marca de la estrella comenzó a aceptar pedidos en muchos mercados durante 2018, y la demanda ha sido más que buena. Este SUV eléctrico se fabricará en Bremen (Alemania) y Pekín (China). A falta de que Daimler confirme el precio, se espera que parta de los 70.000 dólares.
Llegará primero a Europa (Alemania) y a China a partir del próximo mes de junio, dejando a los clientes de Estados Unidos en espera del nuevo EQC hasta 2020.
Según las especificaciones, el Mercedes-Benz EQC cuenta con dos motores eléctricos asíncronos (eATS) -uno en cada eje y, por tanto, con tracción a las cuatro ruedas- para una potencia total de unos 300 kW (408 CV) y un par motor máximo de 765 Nm, nada menos.
Promete más de 450 kilómetros de autonomía y una velocidad máxima de 180 km/h. El problema es que estas cifras son bajo el ciclo de homologación NEDC, lo que equivale a unos 360 km según el 'nuevo' ciclo de homologación WLTP.
En relación al nuevo procedimiento de homologación, Daimler ha experimentado una considerable caída de ganancias en el último año fiscal: los beneficios cayeron un 29 % a poco menos de 7.600 millones de euros.
Uno de los talones de Aquiles fue el WLTP: muchos clientes tuvieron que esperar mucho tiempo para recibir sus vehículos adaptados a la nueva normativa. Además, la disputa comercial con aranceles punitivos entre los Estados Unidos y China aumentó considerablemente el precio de algunos vehículos en el mercado de la República Popular.