Elisabeth Junek, otra reina de Bugatti que dominó la Targa Florio y sometió al trazado de Nürburgring

Elisabeth Junek, otra reina de Bugatti que dominó la Targa Florio y sometió al trazado de Nürburgring
1 comentario

Hace un año me preguntaba si el día 8 de marzo podía considerarse un día, además de reivindicativo, de celebración. Al menos en la esfera del motor, podría decir que sí, que tenemos cosas que celebrar. Hace dos meses las mujeres saudíes acudieron por primera vez en su historia a un salón del automóvil después de que se les haya permitido conducir sin ser castigadas.

Porque hay tantas mujeres apasionadas por los coches, que dedican su vida a este mundo y que se han atrevido a ponerse tras un volante cuando la sociedad dictaba que su sitio estaba en casa, hoy he querido recordar a Eliška Junková, también conocida como Elisabeth Junek. Una imbatible piloto de Bugatti que alcanzó la victoria en Nürburgring y también encontró allí el doloroso final de una etapa.

La mujer que llevaba el circuito en la cabeza

Ella Junkova

"Hemos visto muchos circuitos, pero nunca hemos visto la Targa Florio en Sicilia. ¿Qué dices? ¿Intentamos participar?". Esto fue lo que Vincenc "Cenek" June, el marido de Junek, le dijo en 1927 a esta conductora de Praga que estaba a punto de convertirse en un icono del automovilismo. "Por qué no", respondió ella.

Junek fue sola, representando a su país (y a ella misma) en un circuito que se convirtió en una de las pruebas más queridas del automovilismo europeo y toda una hazaña para sus participantes, que volaban por tortuosas curvas de asfalto con prototipos de 600 CV.

Para que te hagas una idea, así eran las carreras un año antes de que Junkek irrumpiera en el circuito de Targa Florio. Junek compitió allí contra otros hombres y quedó en quinto lugar con su Bugatti, tras perder muchas posiciones por un freno defectuoso. Acabó estrellándose contra una zanja y por poco acaba en el fondo de un acantilado.

Pero antes de eso, Junek tuvo que dar clases y obtener el carnet de conducir de forma clandestina. Era el año 1922 y, junto a su marido, comenzó a interesarse por el mundo del motor y a acudir a competiciones. Unos años después se hicieron con un Bugatti Type 30 y un Mercedes-Benz. Él también competía, pero una herida en la mano durante la guerra abrió las puertas de la competición a Junek, pues él tenía problemas para cambiar de marcha.

Su primera carrera fue en 1923 junto a Cenek. En los siguientes años consiguió ganar en Lachotin-Tremosna en la categoría de Turismos, suceso que fue celebrado en su país. Terminó también primera en Zbraslav-Jiloviste en 1925 y compraron un segundo Bugatti para celebrarlo. Junek cobró fama por toda Europa, siendo apodada como 'la reina del neumático'.

Elisabeth Junek A La Targa Florio 1928 Au Cote Du Chevalier Florio
Elisabeth Junek junto a Vicenzo Florio en el circuito Targa Florio, en Sicilia, en 1928.

En 1927, Junek era lo suficientemente buena como para competir en carreras en toda Europa contra los mejores pilotos masculinos de la época, y así lo demostró. Ese mismo año corrió en el Klaussenpass de Suiza quedando en segundo lugar, además de su hazaña en el Targa Florio. Merodeaba por el circuito anotando puntos de referencia y el trazado de las curvas. Tenía aquel pequeño infierno en la cabeza, memorizado.

Eliska Junkova Cinqueme De La Targa Florio 1928

En lo sucesivo, consiguió ganar en Nürburgring, lo que la convirtió en la única mujer de la historia en ganar un Gran Premio.

El final de una etapa tras la tragedia en Nürburgring

Elisabeth Junek En 1927

De vuelta a Nürburgring en julio de 1928, compartió volante con su marido. Tras cambiar al puesto de copiloto, Cenek se salió de la pista y falleció al instante. Para Junek fue un golpe definitivo. Dejó la competición, vendió sus coches y retomó su primera pasión, viajar. Sin embargo, desde 1948 hasta 1964 las autoridades comunistas, que desaprobaban el 'elevado estilo de vida burgués' que había vivido, se negaron a permitirle viajar al extranjero.

Junkova Po Targa Florio

A principios de la Segunda Guerra Mundial volvió a encontrar el amor y su figura como pionera del mundo del motor resurgió tras la caída del Telón de Acero. En 1989, a la edad de 84 años y en contra de los consejos de su médico, asistió a una reunión de Bugatti en los Estados Unidos como invitada de honor. Fue su última aparición.

En 1994, falleció en Praga a la edad de 93 años. Como recuerdo material, nos queda el Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse Elizabeth Junek, un homenaje que la marca quiso hacer en 2014, o la obra de arte 'Bugatti-T35 Elizabeth Junek', que rememora su hazaña en la Targa Florio. En Praga también la recuerdan.

Hrob Junkova Eliska Hrbitov Vinohrady 20 1

Una de las mejores piloto de todos los tiempos que comparte la gloria con Hellé Nice y su Bugatti Type 35. Una de tantas historias poderosas e invisibles.

Foto: Wikimedia Commons/Bugatti Trust.

Temas
Comentarios cerrados