Donald Trump promete dar momentos épicos durante su mandato en Estados Unidos. A pesar de no haber llegado todavía a la Casa Blanca, ya ha conseguido que Ford cancele sus planes para fabricar coches en México a favor de Estados Unidos, ha amenazado a los fabricantes estadounidenses, a Toyota y lo más reciente ha sido amenazar a BMW con aranceles del 35% si quiere vender en Estados Unidos los Serie 3 fabricados en México.
Trump está revolucionando el sector del automóvil en todo el mundo, y eso puede tener consecuencias también para la industria española, ya que según Europa Press, durante los nueve primeros meses del año pasado se vendieron en Estados Unidos 36.338 coches fabricados en España y el sector español de la automoción realizó exportaciones a Estados Unidos por valor de 969 millones de euros. Tenga señor Trump, aquí están sus coches y componentes Made in Spain.
Los datos los extrae Datacomex de los informes del Ministerio de Economía, y dicen que de los 969 millones de euros en exportaciones a Estados Unidos del sector automoción, 555 millones corresponden a la ventas de automóviles y motos y 444 corresponden a componentes de automoción.
Esos 36.338 coches fabricados en España de enero a noviembre con destino Estados Unidos que declara Anfac, representan solo un 1,6% del total de vehículos que se fabrican cada año en nuestro país.
Estados Unidos, un mercado clave para los componentes

Pero la industria de la automoción española tiene un actor muy importante en el sector de los componentes. Desde SERNAUTO, la Asociación Española de Fabricantes de Equipos y Componentes para Automoción aseguran que Estados Unidos ocupa el segundo lugar en la exportación de sus productos solo por detrás de la Unión Europea, por lo que podemos hacernos una idea de la importancia que pueden tener las medidas de Trump para este sector.
Las exportaciones de componentes desde España hasta Estados Unidos están creciendo en los últimos años. En 2015 un 4% de las exportaciones del sector de componentes para automoción se destinó a Estados Unidos, lo cual supuso un incremento de del 24% con respecto a 2014. En los cuatro primeros meses del año pasado, las exportaciones crecieron un 17% respecto al mismo periodo de 2015.
Tal es la importancia para el sector de los componentes de los mercados estadounidense y mexicano, que compañías españolas cuentan con más de 40 fábricas y centros de desarrollo en ambos países. El Grupo Antolín cuenta con nueve fábricas en Estados Unidos y seis en México, mientras que otro gigante del sector como es Gestamp tiene ocho fábricas en Estados Unidos y cinco en México.
Es por eso que todo el sector de los componentes está atento a las evoluciones de la industria de la automoción y a los posibles pasos que Donald Trump de aquí a un futuro inmediato. Cualquier paso equivocado por parte del hombre más poderoso del mundo podría tener consecuencias también en España, de ahí que el deseo es que las relaciones comerciales entre los diferentes mercados sigan, al menos, todo lo bien que han estado hasta ahora.
En Motorpasión | Ha ganado Donald Trump. ¿Qué pasará con la industria del automóvil?
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integrale
"ha sido amenazar a BMW con aranceles del 35% si quiere vender los Serie 3 fabricados en EEUU en México."
Algo no cuadra en la frase...
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¿Qué modelos fabricados en España se exportan a EEUU? El artículo no lo menciona.
pos_soy_yo
Este titular me parece flojo y me explico: si Trump tiene este estilo de reacción un tanto infantil usted no debería ponerse a su altura. Esperaba un poco más aunque no se de qué me sorprendo pues este grupo, Weblogs, esta de capacaída desde hace unos meses y de veras que lo siento mucho porqué muchas de sus blogs eran referencia para mi. :(
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Malditos españoles que no compramos Chevrolets...
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Lo que está claro es que haya aranceles, fabricación en EEUU o fabricación en Kirguizistán y transporte en barco a EEUU, los americanos van a pagar más caros los BMW, por poner un ejemplo. Las compañías no eligen los lugares en los que fabrican los coches (o la ropa) por que les caigan bien los paisanos de ese país, si no por un simple tema de costes. Si los costes aumentan, la compañía no se los va a comer, los van a repercutir en el precio que pagan los estadounidenses. Económicamente es un caso muy interesante para estudiar, ver si la creación de empleo que promete Trump va a aumentar los salarios para conseguir absorber la subida de precios de los bienes que empiecen a fabricar allí, o si se tendrá que meter la lengua por el culo y seguir importando como hasta ahora.
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Este tiparraco, no se entera de que si la industria del automóvil U.S.A. se fue a hacer puñetas, fue porque fabricaban basura desde los años 70 y porque no supieron adaptarse a los nuevos tiempos. Fue la llegada de los coches japoneses en la década de los 70 lo que hizo que el consumidor yankee dejase de comprar a Detroit. Los japoneses, no solo eran más baratos, sino que además eran de gran calidad y encima consumían muchísimo menos. Detroit no supo adaptarse y para sobrevivir inventó el concepto SUV, o sea camionetas de tecnología arcaica, con carrocerías de tt. Este tío se cree que va a revivir la industria a base de aranceles y esta muy equivocado. Lo mismo ha pasado con la industria militar U.S.A. Fabrica productos y conceptos obsoletos a unos precios disparatados. Cualquier EUROFIGHTER O HELICOPTERO europeo es mucho mejor y más barato que su equivalente U.S.A. La diferencia con el mundo del automóvil es que, en defensa, los yankees, con tal de proteger a su obsoleta e ineficiente industria, pagan lo que sea.
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Pues tengo ganas de que llegue Trump a la Casa Blanca. Va a romper con muchas ideas económicas y políticas generalizadas. Todo esto de los aranceles a los productos fabricados en otros países lo veo lógico, y si les funciona a los EEUU se empezará a aplicar en otros países. En España, que somos un país fundamentalmente importador, vemos cómo constantemente nos llegan productos de países donde las condiciones laborales no tienen nada que ver con las nuestro país, y por ende, los costes de producción son ridículos y con los que no cabe competencia. Lo que Trump pretende con éstas medidas es fomentar el consumo de productos nacionales, o al menos, que los productos importados compitan por igual con los nacionales. Los aranceles, además de dejar dinero en las arcas públicas, equilibrarán la balanza desigual de los costes de producción.
En España éstas cosas las vemos incluso en otros sectores no tecnológicos, como la agricultura, la ganadería o pesca. Constatemente vemos cómo se importan hortalizas de países incluso de fuera de la Unión Europea, donde no se respetan la mayoría de las normativas de medio ambiente, de plaguicidas, de regadío,.... además de las condiciones laborales de los trabajadores. En definitiva, te encuentras por ejemplo, tomates que han sido cultivados con normativas mucho más laxas; o con leche que ha sido producida en vacas criadas en condiciones no aptas en la UE, o con pescados que son capturados sin respetar los convenios de pesca ni las temporadas de cría, ni cupos. Al final imponer esos aranceles a esos productos hace que el Estado recaude más dinero de éstos productos, y además, se equilibra la competencia con los productos nacionales en el mercado. Ya deberán ser los consumidores los que eligen comprar un producto nacional o uno importado en función de la calidad que ofrece, pero no desde un precio basado en una competencia desleal