'Sobre ruedas' es ese documental sobre coches y movilidad que tienes que ver para poder hablar

'Sobre ruedas' es ese documental sobre coches y movilidad que tienes que ver para poder hablar
13 comentarios
HOY SE HABLA DE

¿Es posible sentir pasión por el Motor de un modo racional? Más nos vale que así sea, porque el futuro que pinta el documental 'Sobre ruedas' (Óscar Clemente, 2011) es cualquier cosa menos halagüeño para el mundo tal y como lo conocemos. Con una realización espectacular y unas intervenciones muy hiladas, esta pieza de 56 minutos es de las que valen la pena escuchar y mirar con total atención. Apto para todos los públicos, ideal para quienes quieran aprender cosas.

Nos recordaba ayer la existencia de este documental jorenob (gracias), cuando hablábamos del futuro que pinta Google para el coche conectado. El futuro que retrata 'Sobre ruedas' desde España es bastante más distópico que el que imaginan desde Mountain View. Ameno, divertido, irónico, mordaz, certero en muchas de las cuestiones que plantea; en otras, le vence el posicionamiento de partida: la demonización del automóvil, a lo largo de un siglo y pico de Historia muy bien trazada.

Del automóvil al consumismo y viceversa

Sobre Ruedas

'Sobre ruedas' es un compendio de informaciones concentradas, en ocasiones algo densas, que nos lleva de la relación entre el automóvil y el consumo de masas hasta la reflexión sobre la deshumanización de las ciudades por amor al arte de los atascos. También nos deja muchos datos que dan para la reflexión, como el cálculo según el cual si sumamos las horas perdidas en atascos, aparcamiento o mantenimiento a los costes económicos de tener un coche, resulta que nos dejamos 3 horas diarias en alimentar un coche que, por cierto, se pasa el 96 % de su vida aparcado.

Nos dejamos 3 horas diarias en alimentar un coche que, por cierto, se pasa el 96 % de su vida aparcado.

El documental contiene más elementos para el debate, como el hecho irónico de que desde que la movilidad conoció la máquina de vapor nunca más se utilizaron energías renovables para los desplazamientos, mientras que tras todo un siglo largo de evolución hemos alcanzado unas cotas en las que los atascos de las ciudades motivan que el coche tenga unas velocidades medias similares a las que alcanzaban las personas cuando se desplazaban a caballo.

Y por supuesto, se habla también del peak-oil.

Es este un documental de narración dura que explica cómo la proliferación del coche en la ciudad llevó al ciudadano reeducado para ser temeroso de hacer jaywalking a recluirse en su casa para ver la televisión, para crecer como consumidor, cerrando así el círculo de la relación entre el automóvil y el consumismo. Un consumismo que el documental aborda hablando de SUV y de motorizaciones alternativas. Un consumismo que, además, nos ofrece una imagen de nosotros mismos en la hiperrealista familia Pérez, que es capaz de recorrer en unos días la misma cantidad de kilómetros que recorrió el incansable Marco Polo en toda su vida.

Vale la pena dedicarle una hora escasa a este vídeo

¿Es 'Sobre ruedas' un documental contra el coche? Seguramente. ¿Es un documental contra el uso abusivo de los coches? Más todavía. ¿Le sobra o le falta algún elemento a 'Sobre ruedas'? La verdad es que se echa en falta una mayor amplitud de miras para evitar caer en esa visión que sin decirlo explícitamente carga tintas sobre el usuario del vehículo, cuando hay todo un entramado que crea las necesidades de la movilidad personal. Uno normalmente no vive en los atascos por gusto, y eso es algo que compete no sólo a los propietarios de los vehículos ni a la industria del Automóvil, sino a esos organismos que, en principio, deberían servir para organizar el modo en el que vivimos como sociedad: los gobiernos, las autoridades... como se les quiera llamar.

Deshacer el camino hecho en estos 150 años no sólo es difícil, sino que también es tremendamente caro.

Tampoco se abordan con arrojo las soluciones para este problema que queda muy bien retratado. El ejemplo de la invasión de las ciudades por el coche y la necesidad de recuperar el espacio para los peatones es cierto, pero su resolución es compleja. Deshacer el camino hecho en estos 150 años en los que que hemos acaparado las reservas fósiles, en el que hemos dilapidado reservas minerales y en el que hemos deshumanizado las ciudades no sólo es difícil, sino que es tremendamente caro.

¿Quién asume los costes de esa reconversión? ¿Y cómo se hace? Por poner el ejemplo de las ciudades, la gentrificación no suele gustar debido a las maneras que se emplean para llevarla a cabo, así que quizá haya que ir pensando en otra cosa cuya ejecución sea realmente viable y agradable. Sorprende que entre tantas intervenciones cualificadas, nadie haya puesto el acento en explicar que el problema no está tanto en el coche como en el uso que se le da y, sobre todo, en las alternativas que es necesario ofrecer ya a quienes no utilizan el coche sólo por gusto, sino por necesidad.

Es decir, que en esto, como en casi todo, disparar a todo lo que se mueve —nunca mejor dicho— es un error de bulto, similar a olvidar que lo importante no es tanto la idea como su realización. Si queremos hallar una solución para este problema existente, lo primero es saber entender las motivaciones que tiene cada cual para hacer lo que hace en el día a día con su coche, y dejarnos de demonizaciones. Con todo, 'Sobre ruedas' es un excelente punto de partida para poder hablar con propiedad sobre coches y movilidad.

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Comentarios cerrados
    • Muy educativo e interesante. Yo, la solución que le veo a todo el problema de movilidad en las ciudades, es el esparcimiento. Debemos volver a los pueblos y pequeñas ciudades. Eso mejoraría mucho la calidad de vida en las ciudades. Luego cada cual que decida que metodo de transporte le viene mejor, que para eso somos ciudadanos libres.

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    • Avatar de mikercm Respondiendo a mikercm

      El problema es que a la mayoría de la gente le echa para atrás el vivir fuera de la gran ciudad, aunque tengan posibilidades económicas más que suficientes. Queremos tener a mano todo sin tener que movernos gran cosa, pero incluso así, la gente sigue cogiendo el coche para ir a por el pan. Yo hace unos meses me vine a un pueblo a medio camino entre el campo y la ciudad, pero con la comodidad de que incluso llega una línea de autobús urbano. Una de las cosas que al principio más "chocan", por decir algo, es el hecho de que te tienes que olvidar de la comida a domicilio, y que al no haber ni una sola tienda, la compra la tienes que hacer en coche por narices. Por lo demás, una gozada.

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    • Avatar de colani Respondiendo a colani

      Pues bienvenido a la familia Pérez, porque de eso va la cosa.

      Precisamente ese es uno de los puntos esenciales del documental. Al necesitar el coche para ir a comprar (un rasgo típico), lo que hacemos es expandir el problema de las ciudades hacia núcleos poblacionales más alejados, pero el problema persiste igualmente. ¿Qué pasaría si todo el mundo hiciera lo que hacemos cada uno de nosotros? No sería sostenible.

      No es cierto que si todos nos alejamos de la ciudad el problema de la ciudad se soluciona, simplemente porque hay servicios centrales que sólo la ciudad puede ofrecer (un aeropuerto, por dar un ejemplo que me toca de cerca, pero pueden ser determinadas empresas o cualquier otra cosa que no pueda o no interese que esté lejos de la ciudad), de manera que si hacemos crecer el resto de poblaciones nos obligamos a tener más y más infraestructuras para conectar con la gran ciudad, con el coste que eso conlleva.

      Y eso lo digo yo, que hace ya más de 20 años que me fui de la ciudad y que hace como dos años que estoy sin coche fijo. Lo echo en falta muchas, demasiadas veces, pero no es tanto por esa atadura social sino por la necesidad de irme por ahí a hacer curvas (o sea, ocio).

      De ahí, que mi postura sea: ojo con el uso que le damos al coche, seamos racionales con nuestras pasiones, porque si lo utilizamos para cosas que se pueden resolver de otra manera el día menos pensado alguien decidirá que es mejor que dejemos de utilizarlo. O sea, lo que ocurre en los centros de las ciudades y que quizá un día se expanda al extrarradio. Precisamente porque el problema se expande, tal y como vemos cada día en los atascos de las autovías que salen y entran de las grandes ciudades.

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    • Avatar de josepcamos Respondiendo a Josep Camós
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      Necesitamos coche para ir a comprar, en buena parte, porque las tiendas de los pueblos y los barrios son carísimas, a diferencia de lo que sucedía antes, pero ahora hay cosas que, sin exagerar, cuestan más del doble en la tienda pequeña que en un supermercado corriente, y lo digo por experiencia, así que por mucho que encontremos casi de todo en esas pequeñas tiendas de pueblo o de barrio, sale infinitamente más barato hacer tres kilómetros (en mi caso) y comprar casi todo en un supermercado, dejando sólo para esas tiendas algún detalle que se te olvide o algo que agotas antes de lo previsto.

      En cuanto a los kilómetros de esa familia del documental, ya sé que existen algunas así, pero me parece demencial ese tipo de vida, si te vas fuera, debe ser porque tu trabajo no te queda muy lejos ni tampoco los lugares de compra ni los centros educativos quedan tan y tan lejos, de lo contrario es una locura. Que hagas cien kilómetros para cosas puntuales tiene un pase, pero convertirlo en costumbre es ridículo, y si eso llega a suceder, usa el tren.

    • Usuario desactivado

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      Demoniza en exceso al coche, al cual pone como inicio de todos los males de la sociedad, cuando es simplemente un reflejo de esa sociedad en la que se encuadra.

      Recordemos que las grandes fábricas, con obreros que no siempre vivían justo al lado del trabajo, fue anterior al automóvil, fue consecuencia de la Revolución Industrial del Siglo XIX, propiciada en buena parte por el uso industrial que se le dio a la máquina de vapor, la cual movía los mecanismos de grandes máquinas que empleaban a grandes cantidades de obreros.

      A partir de ahí se fueron haciendo las ciudades mucho más inhumanas, la máquina de vapor (que tampoco es mala de por sí, sino a consecuencia del uso capitalista que se le dio) acaparó los campos, centralizó las tareas que antes eran artesanales, unió pueblos y ciudades cuando se utilizaba en el ferrocarril y, como secuela lógica de dicha máquina, surgió el automóvil, pese a que rápidamente olvidó el vapor y se pasó a otros formatos más adecuados a sus dimensiones.

      Volviendo a épocas más modernas, cabe resaltar que la planificación de los transportes públicos, así como sus precios y la mentalidad altamente individualista de ciertas sociedades (Estados Unidos en especial), ha hecho que se le dé mayor valor a la movilidad individual que a la colectiva, es más, los lobbys automovilísticos estadounidenses tuvieron mucha responsabilidad en el fracaso del transporte público de aquel país.

      Si nos fijamos en el día a día de nuestros barrios, si bien es cierto que a veces la situación es extremadamente caótica, no es menos cierto que en muchos de ellos tenemos plazas, parques y zonas peatonales, no todo el que se queda en casa viendo la televisión lo hace de forma directa por el automóvil, el cual, dicho sea de paso, nos permite alejarnos de las aglomeraciones cuando nos apetece y tenemos tiempo libre.

      En definitiva, hay mucho que hacer, la sociedad actual dista mucho de ser perfecta en su organización del transporte, pero todo lo malo que tiene el automóvil es consecuencia directa del ambiente en el que vivimos, seamos todos más humanos y más humanistas y el automóvil también lo será.

    • la bici y la moto junto con los autobuses son el presente y futuro de las ciudades. Tranvias y metros necesitan demasiada infraestructura.

    • Gracias a vosotros! Ha sido una sorpresa entrar y leerlo.

      A mi uno de los conceptos que más me gustó del documental, es cuando hablan de las plazas y pasillos, que cuando te paras un poco a pensar, tiene toda la razón.

      Yo gracias a este documental, empiezo a entender la manía que algunas empresas de invertir en coches autónomos. Es cuestión de espacio y del uso diario.

    • Muy interesante. Vale la pena aunque haya más de algún tópico, pero en definitiva te ayuda a ver la hipocresía de los coches, al menos según el uso que le des.

      Sin ir más lejos, yo que vivo en el área metropolitana de una gran ciudad sería el primero en plantearme ir en bici hasta el centro de la ciudad, pero el coche (el mismo que otras veces me da la solución) me impide llegar con seguridad.

    • Si vive en una ciudad no tenga coche. Por eso no vivo en una ciudad, porque me gustan demasiado los coches.

    • El coche se compra para que los demas vean lo bien que te va, si eso lo ven las tias tienes mas del doble de posibilidades de metersela. Verdad verdadera

    • El coche para dentro de una ciudad es ineficiente y caro. El transporte público (cuando hay buen transporte público) es infinitamente mejor. En Bilbao, donde yo vivo, el coche en el centro es absurdísimo: tienes el metro, Bilbobus, Bizkaibus, Renfe y tranvía. Innecesario.

      Ahora ya, para pueblos, ciudades pequeñitas o para viajes interurbanos, es otra cosa.

    • Muy bueno

    • Ya lo habéis dicho todo, el documental tiene muchas cosas q son verdad y otras q se olvidan q los coches no van solos sino q los conducen personas. En mi caso tengo tres coches y una moto....... Casi na soy el demonio segun el documental pero la realidad es q solo usamos uno y lo hace mi mujer para ir a trabajar de Sevilla a Sanlucar de Barrameda unos 100km y no tiene posibilidad de otro transporte q el coche. Los otros son un clasico de 24 años!!!! un pajero q lo tengo en el campo y exclusivamente para mi disfrute, el otro y la moto los tengo en el garage sin usarlos a penas, llevo a mis hijos al cole andando y al trabajo tb andando y al super....
      En definitiva no estoy de acuerdo en gran parte con el documental pero si q es verdad q le damos demasiado espacio a los coches.

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