¿Y si las grandes marcas rivales de coches europeos se unieran en una sola para hacer frente a la invasión China? Con Airbus y los aviones funcionó

¿Y si las grandes marcas rivales de coches europeos se unieran en una sola para hacer frente a la invasión China? Con Airbus y los aviones funcionó
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En 1970 nació, bajo la protección del Gobierno francés, alemán y británico, un grupo de interés económico de aviación europeo cuyo fin era plantar cara a gigantes estadounidenses como Boeing, Lockheed o la constructora McDonell Douglas: Airbus.

Y funcionó: Airbus y Boeing poseen aproximadamente el 50% del mercado mundial de aviones comerciales. Ahora, Renault necesita hacer lo mismo ante la hegemonía china -y de Tesla- con el vehículo eléctrico para evitar "un baño de sangre", como reflejó de forma tan gráfica Carlos Tavares recientemente.

Según publica Autonews Europe, el director general de Renault, Luca de Meo, está explorando alianzas entre competidores; un "Airbus de automóviles" para hacer posible la escalabilidad del vehículo eléctrico y sobre todo, ahorrar costes. De Meo confirmó que se están llevando a cabo conversaciones sobre una plataforma conjunta de vehículos eléctricos "de izquierda a derecha", en medio de una guerra brutal de recortes de precios. Recordemos además que ha tenido que dar marcha atrás la salida a Bolsa de su división Ampere ante la previsible falta de interés de los inversores.

"Estamos muy abiertos a compartir ese tipo de inversión porque es muy difícil ganar dinero con vehículos pequeños", ha dicho el responsable de Renault en declaraciones recogidas por Autonews.

El plan de la firma del rombo para llevar al mercado el coche eléctrico para las masas pasa por el Renault 5, un esperadísimo modelo que tira de nostalgia y que medirá tan sólo 3,92 m de largo y se espera que cueste desde 25.000 euros.

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Pero lo hará en un escenario complejo: menos incentivos gubernamentales (todo lo contrario que está ocurriendo en China), normas de emisiones más estrictas en 2025, desinterés por parte de los clientes y la imposibilidad de vender en masa vehículos eléctricos asequibles que puedan competir con los chinos (en España el Citroën ë-C3, el Dacia Spring o el MG ZS).

También Tavares, mandamás de Stellantis, ha discutido abiertamente su interés en fusiones y adquisiciones en paralelo a lo que está ocurriendo en EEUU, pues también General Motors (que está sudando la gota gorda para conseguir objetivos con el coche eléctrico) y Ford han indicado que están abiertos a asociarse. En EEUU la situación es tan compleja que el presidente, Joe Biden, ya estudia retrasar la implementación de los vehículos equipados con baterías.

La realidad es que los fabricantes solo ganan dinero con el vehículo de combustión. Para ejemplo Renault, que ha obtenido un margen de beneficio global del 7% gracias sobre todo a Dacia, al Renault Austral y al Renault Espace, mientras que perdió 500 millones de euros con el Renault Mégane E-Tech eléctrico. Volkswagen también lucha por tener su coche eléctrico asequible con el ID.2, y quién sabe si es uno de los rivales a los que de Meo está 'mirando'.

Aquí el dicho de "la unión hace la fuerza" es más un grito de socorro o un imperativo para los fabricantes europeos.

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