La Comisión Europea anunció este miércoles 12 de junio que impondría temporalmente aranceles de entre el 17,4% y el 38,1% a las importaciones de coches eléctricos chinos (los híbridos y PHEV no se ven afectados por esa medida) a partir del 4 de julio. Son aranceles adicionales a los ya existentes del 10%. La decisión de Europa probablemente despierte la ira de China. Ésta ya ha amenazado con «tomar todas las medidas necesarias» para defender a sus empresas.
Todavía es pronto para saber cómo reaccionarán las marcas afectadas a estos aranceles en términos de precios al consumidor. Si repercuten ese impuesto sobre el precio final, significaría el fin de los coches eléctricos chinos baratos. ¿Qué precios tendrían entonces un BYD Atto 3, un MG 4 o un Volvo EX30 con los nuevos derechos de aduana?
Adiós al coche eléctrico barato
El Ejecutivo europeo, responsable de la política comercial de la UE, ha indicado que los derechos de aduana propuestos son en función del grado de cooperación del fabricante y de las ayudas que, calculan, haya podido recibir del estado chino. Así, en el caso de BYD, sus coches se verán gravados con un 17,4% adicional, mientras que los modelos de Geely (Smart, Volvo, Polestar y Lynk & Co) se verán gravados con un 20% más. Los coches de SAIC (MG), una empresa estatal, se llevan la peor parte: un 38,1% de derechos de aduana adicionales.
Algunas marcas que han colaborado con la investigación de la UE pero que aún no han sido objeto de un muestreo se verán sometidas a unos aranceles del 21%. Al resto de fabricantes se les aplicará un 38,1%. Queda el caso Tesla, cuyos aranceles definitivos aún no han sido decididos y se determinarán más adelante, pero de momento deberían ser de un 20% adicionales.
MG 4
El MG 4 con la batería de 64 kWh, motor de 204 CV y acabado Confort cuesta actualmente 29.980 euros, gracias a un descuento de la marca de 5.210 euros (tiene un PVP de 35.190 euros). Sin embargo, con un 48,1% de aranceles, el MG 4 terminaría costando 39.158 euros más IVA, es decir, 47.381 euros con IVA y sin descuentos.
El MG 4 sería, en teoría, más de 12.000 euros más caro, con respecto al precio de tarifa. Tendría un precio final superior al de un CUPRA Born con batería de 77 kWh, motor de 231 CV y acabado más alto de la gama (39.070 euros), el cual es uno de sus principales rivales.
Volvo EX30
El Volvo EX30 de acceso a la gama, el Core Single Motor de 272 CV y batería de 49 kWh útiles, cuesta desde 37.500 euros. Tiene un valor antes de aranceles e IVA de 28.174 euros. Con un 30% de aranceles, el coche pasaría a costar 36.626 euros más IVA, es decir, 44.317 euros PVP. Supondría un encarecimiento de 6.800 euros.
BYD Atto 3
El BYD Atto 3 es el modelo más vendido de la marca. Este SUV compacto equipa un motor de 204 CV y una batería de 60,4 kWh. Tiene en España un precio de partida de 35.280 euros gracias a un descuento de 2.710 euros (precio tarifa de 37.990 euros).
Con un 27,4 % de aranceles, el Atto 3 tendría entonces un precio de 36.364 euros más IVA y un PVP de 44.000 euros, es decir 6.010 euros más caro que actualmente. Sería, además, notablemente más caro que un Peugeot E-2008 de 156 CV, uno de sus principales rivales en el mercado.
China amenaza con represalias en la fabricación de baterías
En algunos casos, los incrementos de precio podrían ser más que notables, como hemos visto con el ejemplo del MG 4, de hasta 12.000 euros. Sin embargo, no está claro que todas las marcas vayan a repercutir ese nuevo impuesto sobre el precio final de sus coches.
Las marcas chinas venden en Europa sus coches entre dos y tres veces más caros que en China. Obtienen aquí el margen que les cuesta obtener en China debido a la guerra de precios entre fabricantes. Dicho de otro modo, podrían absorber el impuesto y aún así conseguir un importante margen de beneficio por coche. Y, sobre todo, manteniendo los precios actuales.
Por otra parte, recordemos que estos nuevos aranceles se aplican únicamente a los coches eléctricos. Y en una marca como MG, que vende esencialmente coches gasolina, híbridos y PHEV, el impacto no sería tan catastrófico sobre sus ventas en general.
En todo caso, tampoco podemos menospreciar el impacto sobre las ventas y los márgenes de las marcas chinas. No en vano, desean fabricar en Europea para evitar esos aranceles. Así, BYD está construyendo una fábrica en Hungría y planea una segunda, mientras Volvo ha decidido traer la producción de los Volvo EX30 y EX90 a Bélgica.
Por otra parte, queda por ver la reacción de China. Actualmente, los aranceles son del 10% para los coches procedentes de China, mientras que en China son del 15% para los coches eléctricos procedentes de la Unión Europea.
De hecho, el Ministro de Asuntos Exteriores chino Lin Jian ya dejó caer que esto "pone en peligro la cooperación económica y comercial entre China y la UE, así como la estabilidad de la producción mundial de automóviles y las cadenas de suministro». Y añadió que «en última instancia, sería perjudicial para los propios intereses de la Unión Europea».
Recordemos que China controla la mayor parte del suministro de materias primas para la fabricación de baterías, así como la fabricación de las propias baterías. Y las marcas europeas, sin las materias primas y las baterías chinas, no pueden fabricar coches eléctricos.
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