Hemos visto en muchas ocasiones que uno de los grandes problemas al que se enfrentan las máquinas es a los humanos y a lo imprevisible (también a sus propias limitaciones). En concreto, los pocos coches autónomos que existen tienen que hacer frente a los vehículos conducidos por humanos que se saltan señales de Stop, semáforos o conducen agresivamente de un carril a otro.
Al estilo de los semáforos inteligentes controlados por Inteligencia Artificial, un grupo de investigadores ha desarrollado un sistema simple pero efectivo para mejorar el flujo de tráfico: una luz de semáforo blanca que solo los coches autónomos pueden utilizar.
"Siga al coche autónomo"
El objetivo de este experimento, llevado a cabo por el ingeniero de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, Ali Hajbabaie, es demostrar que la optimización de la ruta de un coche autónomo ayuda no solo a controlar el flujo de tráfico del resto de coches, si no que evita un número excesivo de paradas.
Esto ayudaría a reducir el consumo de energía y de combustible hasta en un 47 %.
Esto se consigue gracias a la automatización de semáforos y al uso de la llamada figura de "líder de pelotón", que no es ni más ni menos que el coche autónomo que decide tomar la iniciativa una vez se abre el semáforo en blanco.
Así, cuando la luz blanca se activa, el resto de usuarios de la vía saben que los vehículos autónomos controlan el tráfico en la intersección. El coche autónomo guía al resto de vehículos que tiene detrás para optimizar el tráfico en un intersección, ya que conoce de antemano el estado del tráfico.
La investigación se ha llevado a cabo partiendo de la base de que el 10 % de los vehículos son autónomos, con simulaciones a partir de modelos digitales y coches en miniatura equipados con sensores LIDAR y cámaras.
El programa propuesto ha conseguido, aseguran los autores, reducir el retraso total en intersecciones entre un 19,6 % y un 96,2 % en comparación con un control de semáforos optimizado por software.
Claro que en un mundo en el que el todos los vehículos tuvieran un nivel 5 SAE de automatización, no harían falta ni siquiera semáforos, pues el 'Vehicle-to-Everything' (V2X) haría posible que intercambiaran información con cualquier dispositivo conectado.
Pero aún estamos lejos de lograrlo. Más lejos aún de fiarnos de que el coche de delante es capaz de guiarnos a través de una intersección sin provocar un accidente.
