Una vuelta a Magny Cours con Fernando Alonso

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Magny Cours es un circuito que no gusta especialmente a ningún piloto, y con eso se dice todo. Además, siempre está al filo de saltar del calendario, por lo que ésta podría ser la última carrera de Fórmula 1 que se dispute en el trazado francés. O no, depende de Bernie. Como todo, vaya. Una de las características que siempre ha resaltado de este circuito es su extraordinario asfalto, aunque cada vez más maltratado por el paso del tiempo. Aunque en general nadie hable demasiado bien de este trazado, a mí me gustaría hacer mención especial de las rapidísimas chicanes que tiene: la primera, que se toma a unos 200 km/h, va seguida de una curva cerradísima; y la segunda, más lenta pero muy espectacular, es en bajada. Después está la última chicane antes de entrar a la recta de meta, mucho más lenta (120 km/h) pero en la que los coches vuelan literalmente al atacar sus altos pianos con agresividad. El único posible punto de adelantamiento de todo el circuito es la frenada de Adelaida, al final de una larga recta. En este punto se reduce a poco más de 60 km/h, y es el lugar para que los valientes se lanzen al interior. También habrá que ir con mucho cuidado, sobre todo en la salida, en la parabólica de derechas de final de la recta de meta, en la que los coches tienden a subvirar y abrirse hacia la tierra. Veamos una vuelta en el Renault de Alonso en 2004, año en que se hizo con la pole.

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