El Porsche Cayenne fue uno de los coches que salvó a la marca alemana de la quiebra. 21 años después de su lanzamiento al mercado, este SUV deportivo sigue evolucionando y refinándose para seguir siendo un referente entre los de su tipo. Lo hará al menos hasta que dentro de 3 o 4 años se presente la siguiente generación, que será totalmente eléctrica. Hemos probado el Porsche Cayenne S Coupé de última generación y te contamos las impresiones que nos ha trasladado.
En el mes de mayo de este año tuvimos el primer contacto con el Porsche Cayenne más moderno, un modelo que supone una evolución notable sobre la generación anterior gracias a los múltiples cambios en cuanto a suspensiones, motorizaciones, sistema híbrido, diseño exterior y equipamiento interior.
Hace poco tuve oportunidad de probar las versiones más picantes y potentes, con los Porsche Cayenne S y Turbo E-Hybrid, los híbridos de altas prestaciones que llegan para combinar lo mejor de la combustión y la hibridación. Todo lo relativo a diseño, tecnología e interior que cuento en ese artículo puede aplicar a este que hoy nos ocupa.
La versión que se nos había resistido hasta ahora es, bajo mi punto de vista, una de las más interesantes. Hablamos del Porsche Cayenne S, la versión que abandona su motor V6 para adoptar un nuevo 4.0 V8 que le lleva de forma gloriosa y súper fina hasta los 474 caballos y 600 Nm de par motor, incrementos de 34 CV y 50 Nm sobre su predecesor.
Un motor de verdad
Hoy en día se me hace raro escribir sobre un coche y no tener que ahondar en detalles referentes a la electrificación. Las marcas de coches, y Porsche entre ellas, están empeñadas en premiar las electrificadas por encima de cualquier otro tipo de mecánicas. Es lógico que así sea porque las normativas europeas les han marcado un ambicioso objetivo de no comercializar más coches de combustión a partir de 2035, aunque en el resto del mundo sí se puedan seguir comercializando coches con motores convencionales. En fin.
Pese a ello, lo cierto es que hoy en día siguen llegando al mercado coches con motores de combustión, cada vez más limpios y eficientes. Incluso algunos como este que hoy nos ocupa, con un motor V8 de gran cilindrada, puede conseguir niveles de consumos de combustible y emisiones de CO2 récord.
Lo primero que destaca del motor 4.0, es su notable ronquido al ponerlo en marcha. Giras el mando de arranque, que como marca la tradición en Porsche está situado a la izquierda del volante, y el motor cobra vida emitiendo una elegante melodía V8.
Se nota que es un sonido natural, sin artificios innecesarios, y eso le dota de una sofisticación como pocos coches pueden ofrecer hoy en día. Es un motor completamente nuevo, que respecto a anteriores V8 que han equipado a los Cayenne, ha pasado de dos turbocompresores de doble entrada a entrada única.
Es un motor que funciona con mayor temperatura de gases de escape, lo cual resulta en una reducción de los consumos cuando se le exige unas prestaciones dignas de su potencia.
En este sentido también ayuda la mayor presión de inyección de 350 bares. Todo esto suena muy bien, pero también se aprecia en marcha como el funcionamiento del motor es extremadamente suave y contundente al mismo tiempo, con una curva de potencia muy llena tanto en bajas como en altas.
Es un motor muy elástico, que ofrece una respuesta vayas en la marcha que vayas. Basta con pisar el acelerador y el coche responde con una subida de vueltas superlativa, progresiva y capaz de pegarnos al asiento.
El motor del Porsche Cayenne S también dispone de un nuevo alzado de válvulas variable en dos etapas. Los árboles de levas de admisión tienen dos perfiles de leva por válvula y unos actuadores alternan entre ellos instantáneamente.
En condiciones de baja carga, el motor funciona con tiempos de apertura de válvula cortos y alzado de válvula mínimo. Si la carga es alta, en cambio, el sistema activa el perfil que aumenta tanto el alzado como el tiempo de apertura, para conseguir un mayor llenado del cilindro.
En cuando a prestaciones puras, este coche hace el 0 a 100 km/h en 4,7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 273 km/h. No está mal, ¿verdad?
Finura y precisión como pocos
El Porsche Cayenne es un coche que ha ido ganando refinamiento con el paso del tiempo, y en esta nueva generación lleva ese atributo a máximos impensables cuando este modelo se lanzó al mercado hace 21 años.
El nuevo Cayenne estrena un sistema de suspensiones completamente nuevo. Como parte del equipamiento de serie, el Porsche Cayenne viene con una suspensión de muelles de acero que incluye el Porsche Active Suspension Management (PASM).
Los nuevos amortiguadores cuentan con tecnología de dos válvulas o lo que es lo mismo, etapas separadas de compresión y extensión, que permiten optimizar su respuesta en todas las situaciones de conducción.
¿Qué quiere decir esto? Lo explicamos. Cuando estamos circulando, los movimientos de compresión y extensión de la suspensión plantean exigencias diferentes a los amortiguadores. Si buscamos confort, cualquier movimiento de la carrocería con relación a la rueda debe ser lo más suave y cómodo posible para los pasajeros.
Por el contrario, las ruedas, que son considerablemente más ligeras que la carrocería del coche, deben tener sus movimientos debidamente amortiguados para garantizar la adherencia, incluso en las peores condiciones de la carretera.
Gracias a la nueva tecnología de dos válvulas se resuelve en gran medida el conflicto entre los objetivos de comodidad para los pasajeros y de amortiguación óptima de las ruedas.
Dependiendo de la situación, la válvula para la etapa de compresión puede establecer su propia fuerza, independientemente de la válvula para la etapa de extensión, y viceversa.
Esto todo se traduce en un confort de marcha superior, ya que cuando vas al volante o simplemente dentro del coche, sientes que estás rodando sobre una alfombra mágica capaz de hacer que las ondulaciones del terreno, sean del tipo que sean, queden minimizadas y sean casi imperceptibles.
En muchas ocasiones, y especialmente en coches de este peso y tamaño, eso también se traduce en una pérdida de precisión en la dirección, un tacto menos directo y la sensación de llevar un coche que no transmite información al conductor y por tanto, menos proclive a poder sacarle el máximo rendimiento deportivo.
Pero eso no ocurre en el Cayenne, que una vez más consigue combinar dos atributos teóricamente opuestos, como es el confort y la precisión. Este coche sigue siendo capaz de entrar en las curvas con un nivel de equilibrio inaudito, lo cual permite pasarlas a una velocidad muy alta.
El coche apenas balancea, no se hunde el morro en las frenadas y cuando aceleras con fuerza a la salida de las curvas no sientes que la parte de atrás se acerque al suelo como suele ocurrir en otros SUV de su entorno.
De este modo, el nuevo Cayenne ofrece de serie un aumento claramente perceptible del confort, con movimientos más suaves de carrocería, mejor estabilidad y un control superior del balanceo y del cabeceo.
Es sin duda, después de haberlo probado dentro y fuera del asfalto, uno de los mejores coches de su segmento. Un SUV total, que aúna en un único coche las bondades en cuanto a confort de marcha de una gran berlina, las capacidades off road de un gran todoterreno (basta con ver las fotos) y todo ello decorado con las prestaciones deportivas y el tacto preciso que solo encontrarás en un Porsche.
Precios del Porsche Cayenne S
- Cayenne S: 124.593 euros
- Cayenne S Coupé: 129.917 euros
La variante Porsche Cayenne S, que es junto con el Cayenne "básico" con motor V6 la única de la actual gama Cayenne que no es híbrida enchufable, está disponible con la carrocería SUV y con la Coupé, y todas las impresiones de conducción de este Coupé se podrian aplicar al SUV convencional ya que técnicamente son iguales y los cambios de peso son mínimos entre unos y otros.