Mazda2 2015, a prueba. Una alternativa interesante, pero mejorable
Pruebas de coches

Mazda2 2015, a prueba. Una alternativa interesante, pero mejorable

A la hora de probar el Mazda2 2015, conviene reflexionar acerca de una cuestión que tiene que ver no sólo con el subcompacto nipón, sino con cualquier modelo del segmento B. En no pocas ocasiones los modelos de este segmento se ofrecen como coches urbanos. Pero, ¿qué es exactamente un coche urbano? Moverse estrictamente por la urbe es algo que cada vez más compete a otros medios que no son el automóvil privado, y por otra parte no son pocos los millones de personas que viven fuera de las grandes ciudades, pero ligados a ellas.

Así, esta falacia del coche urbano es la premisa de la que vamos a partir para probar el Mazda2 unos meses después de haberlo conocido en su presentación internacional. Matizaremos algunas de las primeras impresiones que nos produjo en aquel entonces, otras las reafirmaremos, y perfilaremos algunas que no tuvimos ocasión de esbozar. En suma, intentaremos dar respuesta a esa pregunta sobre el uso de los coches urbanos, y nos plantearemos la movilidad del día a día con este subcompacto en concreto.

¿Sirve un subcompacto para cubrir las necesidades del urbanita que cada día entra y sale de la ciudad?

Mazda2 2015 Prueba 110

En el apartado puramente estético, tal y como avanzamos en la toma de contacto de febrero, el Mazda2 2015 cumple a la perfección con su cometido de ofrecer un modelo atractivo que se guía por la filosofía KODO ("alma del movimiento"). Un frontal atractivo, una zaga que no lo es tanto y una línea general agradecida. No es cuestión de repetirse, así que sobre todo lo explicado en aquel entonces sólo cabe añadir algunas imágenes como esta o esta para clarificar el diseño felino que dibuja el perfil del animal; perdón, del modelo.

Mazda2 2015 Prueba 60

Y es en el apartado funcional donde tenemos que pensar si hoy por hoy, cuando las conurbaciones y las periferias aglutinan tanta poblacion que día a día tiene que viajar a la ciudad o entre ciudades para trabajar, comprar, estudiar o ir al teatro o lo que sea, sirve la premisa de que un urbanita puede contar con unas prestaciones algo discretas porque, total, para moverse por la ciudad, tampoco es necesario ir a buscar el más potente de los motores ni el más espacioso de los interiores.

Mazda2 2015 Prueba 120

Como resulta que esto es falso, porque cada día es más frecuente tener que combinar kilómetros de autovía, un poco de carretera y algo de callejeo, lo adecuado es buscar en un subcompacto las cualidades que buscaríamos en un compacto, sólo que contenidas en unas dimensiones más ajustadas —y, lógicamente, a un precio notablemente inferior. O, dicho de otra manera, se trata de ver si con la reducción de dimensiones y la pérdida de masa con respecto al hermano del segmento superior, han caído características que echaremos en falta cuando tengamos que vivir día a día con este modelo más pequeño —que no menor.

Mazda2 2015 Prueba 190

Los días que duró esta prueba tuve ocasión de realizar varios trayectos repetitivos que alternaban los tres tipos de vías, en un intento de reproducir lo que sería un uso cotidiano del Mazda2. Y sí, también me lo llevé al supermercado para meterlo del todo en su papel.

Jinba Ittai al trote, pero no al galope

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El Mazda2 2015 es un modelo curioso. De un lado, se suma a la filosofía Jinba Ittai, que implica que el vehículo sea vivaracho en la dinámica, por aquello de que el corcel siga a su jinete en todo momento. Los trabajos realizados en ese sentido van desde el chasis, donde se percibe una rigidez que le da unas reacciones casi inmediatas, hasta el sistema de la dirección, que permite un control realmente preciso de las variaciones de trayectoria.

Mazda2 2015 Prueba 15

Sin embargo, esta agilidad tan Jinba Ittai nos puede pasar factura en el Mazda2, a causa de un detalle que no es nimio: el diámetro del volante, que resulta algo grande. Esto, que en principio es una ventaja que permite girar con poca dificultad, al disponer de un mayor brazo de palanca y por tanto exigir un menor esfuerzo por parte del conductor, tiene sentido en un vehículo que tenga una dirección algo menos directa. Pero en un subcompacto como este, que gira con tanta agilidad, sorprende esta ayuda adicional, que podría pillar con el paso cambiado a más de un conductor urbanita y acabar rozando alguna farola en cualquier giro hacia una calle estrecha. Por fortuna, monta unos neumáticos de dimensiones 185/65 R 15, lo que evita un comportamiento más radical todavía a altas velocidades, y que quizá sería excesivo para el 2.

Mazda2 2015 Prueba 10

El Jinba Ittai supone también que el Mazda2 debe seguir en todo momento la voluntad de su conductor, llegando a una total complicidad entre ambos. Esto es posible en el apartado dinámico, salvo por el inconveniente del volante, pero no cuando la cadena cinemática no acompaña. Y eso, desafortunadamente, sucede con la versión probada: la SKYACTIV-G 90 con caja manual de cinco relaciones.

De hecho, esta prueba no ha hecho sino reforzar aquellas primeras impresiones que tuvimos hace unos meses con esta misma motorización. Las relaciones de cambio de la caja manual no acaban de sacarnos del apuro cuando tenemos incorporaciones complicadas. Da la impresión de que ha sido diseñada con vistas a mejorar consumos, pero ha quedado por el camino el necesario empuje que precisa un motor atmosférico de las características del SKYACTIV-G 90.

Mazda2 2015 Prueba 50

Hablamos de un motor que entrega su máxima potencia, esos 90 CV, al llegar a las 6.000 rpm, con un par máximo de 148 Nm que no se alcanza hasta las 4.000 rpm. En consecuencia, necesitamos una caja de cambios que ayude a empujar el vehículo con brío cuando se trata de alternar ritmos, por ejemplo al reanudar la marcha para acceder de forma ágil a una rotonda atestada de tráfico, o al incorporarnos a una autovía desde un carril de aceleración algo discreto.

Mazda2 2015 Prueba 20

La sensación que transmite, incluso llevando vacío el coche, es que el motor no da de sí en algunas de estas situaciones. Hablamos, no lo olvidemos, de un modelo cuya tara es de sólo 975 kg. Sin embargo, sabemos por la toma de contacto que el motor, casado con la caja de cambios automática SKYACTIV-Drive, no resulta nada perezoso, así que quizá sea cuestión de repasar cómo se ha realizado el escalado de marchas en la caja manual, con unas marchas cortas tan breves y unas relaciones largas tan alargadas que se pierde ese nervio que debería caracterizar a una montura fiel.

Mazda2 2015 Prueba 65

En cuanto a los niveles de consumo, el Mazda2 no resulta demasiado sensible a las variaciones del estilo de conducción. Sí que penaliza la circulación por tramo urbano, acaso debido a las aceleraciones necesarias para movernos en un entorno de tráfico real, logrando unas cifras que el sistema i-stop no es capaz de recortar de forma suficiente aunque funcione francamente bien deteniendo el motor en los semáforos y sobre todo arrancando con celeridad cuando es necesario. En ciudad hemos llegado a sobrepasar los 10 l/100 km sin hacer cosas raras, muy por encima de los 5,9 l/100 km de homologación NEDC. En el día a día, realizando trayectos de unos 40 km (la mitad de ellos por autovía), el consumo ha quedado en torno a los 5.0 a 5,5 l/100 km, de medio litro a un litro por encima de la cifra oficial de consumo combinado según NEDC.

Un interior precioso, con algunos puntos débiles

Mazda2 2015 Interior

No hay duda de que el interior del Mazda2 2015 es muy, muy atractivo. Es de aquellos que enamoran a primera vista; más, con una tapicería como la que nos acompaña, que remite a una deportividad joven pero no excesiva. La calidad percibida es buena a primera vista, aunque los amantes de ir tocando superficies tendrán un disgusto cuando comprueben que los plásticos del salpicadero duros plásticos son, pese a dar muy bien el pego como superficies de mayor calidad.

Como de costumbre en la actual línea de Mazda, todo está muy en su sitio, alrededor del conductor pero sin agobiarle. Y, desde luego, es un punto a favor del subcompacto de Hiroshima poder contar con un interfaz como el HMI de Mazda, que funciona y funciona muy bien. ¿Se podria colocar algo más adelante el mando principal de control del sistema? Si fuera así, quizá este HMI mejoraría un poquito más en ergonomia.

Mazda2 2015 Prueba 345

También mejoraría si la pantalla, en vez de estar orientada hacia nadie, mirara hacia el conductor, sobre todo si la estamos utilizando como soporte gráfico para un navegador que suena a Toyota y que funciona de forma más que correcta. Las concesiones estéticas han debido de motivar que la pantalla quede muy centrada en el salpicadero, siguiendo además la línea de este, por lo que quien mejor verá esta pantalla será el pasajero que ocupe la pequeña plaza trasera central. Bien por èl.

Voy ahora en el coche acompañado de dos jóvenes y exigentes ayudantes que son muy buenas aliadas a la hora de criticar, para bien y para mal, un habitáculo. En el asiento del acompañante mi ídem me llama la atención sobre la incomodidad del asiento. No se percibe en un primer momento, pero sí cuando llevamos una hora a bordo. Incluso jugando con la inclinación del respaldo hasta donde es posible, lo que tampoco se hace sencillo dada la tosquedad del reglaje correspondiente, el apoyacabezas queda a una distancia demasiado corta de la cabeza. Esto hace que debamos inclinar el cuello hacia adelante, con la consiguiente fatiga en la zona de las cervicales, que no consiguen apoyarse sobre el respaldo como es debido.

Mazda2 2015 Prueba 420

Sin duda, este es el principal inconveniente que encontramos en el interior. Por lo demás, se agradece el juego de diseño que ha permitido hacer de algo tan soso como son normalmente los aireadores unos poderosos refuerzos estéticos. Queda pendiente de mejora la orientación del aire, que se encuentra demasiado baja, incluso llevando el difusor hacia la posición más alta posible. Se agradece también la facilidad de acceso a las plazas traseras, así como la altura de estas y los anclajes Isofix. Y se agradece asimismo la doble conexión USB, además de la repisa para colocar el móvil junto a estas.

Se agradecen finalmente los sistemas de seguridad activa avanzada que incorpora la versión probada, entre los cuales se incluyen elementos como la alerta por abandono de carril involuntario, los sensores de luces y lluvia o los sensores de aparcamiento traseros. De estos, los últimos son los que más valen la pena. Salvo por el inexplicable e insufrible pitido que chilla cada vez que engranamos la marcha atrás, la maniobra de estacionamiento resulta obviamente más sencilla con el avisador trasero.

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Se agradecen todos estos dispositivos, porque van en la línea comentada de no penalizar al comprador del segmento B por el mero hecho de optar por unas dimensiones menores a las que pueda tener un compacto. Sin embargo, hay detalles que deberían mejorar, como que el sensor de luces pueda llegar a hacernos recorrer 80 metros a oscuras por su falta de precisión, o que en algunos momentos el sensor de aparcamiento sea poco preciso en las mediciones, incrementando el nivel de alerta en las señales acústicas por detectar un obstáculo al que nos acercamos... aunque el vehículo se encuentre detenido.

No son grandes sombras para un vehículo que apunta maneras, y que sin ser un subcompacto completamente redondo sí que puede conquistar fácilmente muchos corazones, por méritos propios. La parte racional del comprador, sin embargo, puede poner todo tipo de peros a los 16.350 euros que cuesta la versión probada. Después de todo, y por bien acabado que esté, el Mazda2 compite en un segmento donde podemos encontrar precios bastante más ajustados.

Mazda2 2015 Prueba 180

Mazda2: nuestra puntuación

.9

Diseño exterior 7
Diseño interior 9
Calidad 9
Habitabilidad 7
Maletero 8
Motor 6
Seguridad 6
Comportamiento 6
Comodidad 6
Precio 5

A favor

  • Aspecto exterior bien logrado
  • Calidad interior impecable
  • Puesto de conducción intuitivo
  • Elevado nivel de equipamiento
  • Dinámica muy ágil

En contra

  • El motor y la caja de cambios manual no se acaban de conjugar
  • Diámetro del volante de la dirección
  • Algunos detalles de usabilidad
  • Precio elevado
  • En el fondo no se trata de un 'Mazda3 en pequeño'

El Mazda2 cumple muy bien su cometido de subcompacto joven con un buen nivel estético, tanto exterior como sobre todo interior. Sin duda este último es su punto fuerte, junto a su notable nivel de equipamiento. La adaptación del lenguaje de diseño en la parte exterior es francamente buena en la zona delantera, si bien la trasera resulta más insípida.

La contrapartida a todo este cuidado por encontrar un buen producto general la hallamos en el comportamiento del motor de 90 CV asociado a la tranmsisión manual de cinco relaciones, que no acaba de adecuarse a los usos que nos plantea hoy en día un subcompacto, como coche para el día a día en ciudades que cuentan con grandes zonas periurbanas y que exigen de los modelos inferiores un planteamiento casi equiparable al que vemos en los compactos. Por otra parte, el precio resulta algo elevado para un modelo que compite en un segmento muy disputado.

Mazda2 2015 Prueba 115

Ficha técnica

Versión probada   SKYACTIV-G 90
Cilindrada1.496 cm³ Tipo de tracciónDelantera
Bloque motor4 cilindros en línea CombustibleGasolina
Potencia máxima (CV @ rpm)90 @ 6.000 Capacidad del depósito44 litros
Par máximo (Nm @ rpm)148 @ 4.000 Consumo urbano5,9 l/100 km
Masa en vacío975 kg Consumo extraurbano3,7 l/100 km
Velocidad máxima183 km/h Consumo mixto4,5 l/100 km
Aceleración 0-100 km/h9,4 segundos Capacidad maletero280 litros
TransmisiónManual 5 relaciones Precio16.350 euros

El coche para esta prueba ha sido prestado por MAZDA. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas

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