Porsche 911 964 Carrera RS, retroprueba (parte 1)

Porsche 911 964 Carrera RS, retroprueba (parte 1)
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Desde el 1988 hasta el 1993, el 964 fue el Porsche 911 que hacía soñar a todos los amantes del mítico deportivo. Pero en el año 1992, Porsche lanzó el Porsche 964 Carrera RS, una versión de calle del coche con el que se competía en la Porsche Cup que hemos podido probar como colofón al especial 50 años del Porsche 911.

No se me ocurre una forma mejor de acabar este homenaje al Porsche 911 que haciendo una prueba de uno de los modelos antiguos, y más si el protagonista es este Carrera RS Lightweight, posiblemente una de las versiones más radicales y exclusivas de cuantas se han fabricado en los 50 años de historia de este modelo.

Cuando este coche se lanzó al mercado, yo solo tenía 11 años. Tengo leves recuerdos de las revistas de coches que devoraba por aquel entonces, dónde se escribió mucho sobre este modelo tan pasional dirigido a auténticos entusiastas.

Porsche 911 964 Carrera RS lateral

Así pues, me hizo especial ilusión ponerme al volante de este Carrera RS durante toda una tarde, no para hacerle una prueba a fondo, pero si para saber qué era lo que sentían los gentleman drivers de la época que podían hacerse con uno de ellos.

La cita con el propietario del coche era en una de las zonas residenciales más famosas de las afueras de Madrid. Una vez más, el cosquilleo del estómago que aflora cuando te vas a poner al volante de una máquina especial volvió a estar presente, más intensamente si cabe porque un Carrera RS no es algo que cualquiera pueda conducir.

Cuando tuve en mi mano las llaves de la máquina, respiré hondo y me dije "a disfrutar". Girando la fina llave en el hueco al lado izquierdo del volante, puse en marcha el motor bóxer de 3.600 centímetros cúbicos, cuyo sonido se convierte en música bóxer en estado puro para los oídos.

Porsche 911 964 Carrera RS motor

Un interior de carreras antiguas

Eschando el sonido del motor mientras debaja que éste cogiese algo de temperatura, me pasé un buen rato disfrutando del interior del coche. El lujo y los detalles de confort brillan por su ausencia, pero el ambiente racing envuelve todo el habitáculo y eso es algo que se agradece cuando eres un petrolhead como yo.

Para abrir las puertas, una cinta de tela de color rojo sirve de tirador y sustituye las clásicas manillas que si tenían el resto de modelos 964. El color de esa cinta, combina perfectamente con los cinturones de seguridad, también rojos para darle un aspecto muy deportivo.

Los cinturones de seguridad sólo existen en la parte delantera, ya que en el Porsche 964 Carrera RS las plazas traseras han desaparecido para dejar paso a un guarnecido con la inscripción Carrera RS también en color rojo. El objetivo es ahorrar el máximo de peso posible.

Porsche 911 964 Carrera RS

Por suerte no hay plazas traseras, porque eso obligaría a prescindir de los espectaculares asientos backet que fijan por completo el cuerpo de los ocupantes. Se trata de dos preciosos asientos firmados por el especialista Recaro, forrados en piel en la parte delantera y con una estructura de plástico rígido en la trasera que impide pasar a la zona trasera del coche.

Forrados en piel negra y gris, las concesiones al confort brillan por su ausencia. Son auténticos potros de tortura para aquel que busque un viaje tranquilo, pero son también una pieza perfecta para aquel que busque la sujección necesaria para trazar curvas a ritmo alto.

Por lo demás, una vez que estás sentado al volante te encuentras con las características típicas de un Porsche 911 clásico reducidas al mínimo. Y es que en el Carrera RS, se ha prescindido de todo lo que no es absolutamente necesario para disfrutar y conseguir la máxima eficacia a la hora de buscar tiempos en circuito.

Porsche 911 964 Carrera RS interior

Así los 964 Carrera RS prescindían por ejemplo de los elevalunas eléctricos para reducir el peso en unos 155 kilos respecto a un 964 Carrera 2 normal y corriente. No tenían climatizador, la radio era opcional y los cristales de las ventanillas eran más finos (pasan de 4,7 a 3 milímetros de ancho) para ahorrar peso. Este llevaba la radio opcional Porsche, pero evidentemente ni la encendí durante la prueba.

El cuadro de mandos está formado por cinco relojes de diferentes tamaños y debidamente alineados siguiendo las líneas rectas del salpicadero. Temperatura y presión de aceite, revoluciones, un velocímetro marcado hasta los 340 km/h y un reloj analógico son las informaciones que tenemos detrás del volante, siempre a la vista.

Están siempre a la vista por el diseño del volante, que únicamente tiene una franja central que termina en dos radios finos a cada lado y cuyo centro tiene la inscripción RS. Su tamaño es perfecto y el tacto excelente, me gusta su toque antiguo.

Porsche 911 964 Carrera RS cuadro mandos

Después de repasar visualmente el entorno racing en que me encontraba, y ahora que el motor 3.6 ya tenía la temperatura adecuada, llegaba el momento de ponerse en marcha y tratar de disfrutar tranquilamente de los primeros kilómetros al volante de esta máquina.

Puesta en marcha

Mi tranquilidad duró poco, muy poco. Cuando tuve que meter primera, pisé a fondo el embrague y me di cuenta de que más me valía dejarme de maniobras si quería evitar sudores fríos esa tarde. El pedal del embrague no tenía apenas tacto y se quedaba enganchado abajo, de forma que había que darle un toque por debajo con el pie para que subiese mientras intentaba que el motor no se calase a golpe de acelerador.

A pesar de que el estado de esta unidad es más que bueno para tratarse de un coche con tantos años y un uso tan intenso como pide un Carrera RS, el embrague necesitaba una revisión urgente. Recuerdo que los primeros Porsche que conduje (996) se caracterizaban por tener un pedal de embrague tan duro que tu pierna izquierda podía llegar a desarrollarse más que el brazo de Rafa Nadal, pero en este caso el problema era que el pedal no retornaba cuando lo pisabas a fondo.

Porsche 911 964 Carrera RS interior

Una vez que comencé a cogerle el toque a la maniobra de embrague y puesta en marcha, tocaba tratar de disfrutar después varios calados de motor. Me dirigía a casa de Javier Álvarez para ir a hacer la sesión de fotos, un tramo dónde iba a poder disfrutar del 964 Carrera RS por zonas residenciales y un poco de autovía.

Continuará...

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