"Es como liberar la tierra". Los veranos son insoportables, por eso están empezando a levantar el pavimento de las calles

"Es como liberar la tierra". Los veranos son insoportables, por eso están empezando a levantar el pavimento de las calles
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En pleno verano y bajo un sol de justicia, Katherine Rose se puso a levantar una losa de hormigón con una simple barra de hierro. Es un trabajo duro, pensaremos con razón. Pero no es  su trabajo. Rose, directora de comunicaciones de Depave, una organización sin ánimo de lucro de Portland (Oregón).

"Es como liberar la tierra", dice a la BBC, recordando la reunión de verano en la que ella y unos 50 voluntarios retiraron unos 1.670 metros cuadrados de hormigón de los terrenos de una iglesia local. "Es imaginar y hacer realidad un sueño que creo que todos tenemos", afirma Rose. El sueño de devolver la naturaleza a nuestro entorno.

Si alguna vez has caminado por una gran ciudad, sabes lo caluroso que puede llegar a ser. Asfalto, hormigón o cemento abundan en nuestras ciudades, pero no tanto las zonas verdes. Son el perfecto caldo de cultivo para generar las llamadas islas de calor urbano, y la organización Depave (despavimenta, en inglés) aboga por reemplazar la mayor cantidad de cemento, asfalto u otras formas de construcción urbana con plantas y tierra.

Los veranos pueden ser insoportables en las grandes urbes, así que cuando estás en una ciudad que está pavimentada en su mayor parte y tiene muy pocos espacios verdes, todo ese hormigón absorbe el calor y hace que las cosas parezcan más calientes, más húmedas y más incómodas. Sencillamente, hace mucho más calor en la ciudad que en el campo.

Una solución a las islas de calor urbano sencilla y obvia

El fenómeno es conocido, pero también tiene una solución relativamente sencilla. Resulta que para enfriar las ciudades se empieza por quitarles el asfalto. Si bien por sí sola esa solución no va a cambiar el curso del cambio climático, puede reducir sus efectos en las ciudades en las olas de calor sucesivas en el verano.

"Con el pavimento, los edificios y el hormigón, todo ese calor es absorbido, y eso amplifica la situación climática", asegura el experto en derecho ambiental de la Universidad de Detroit Mercy, Nick Schroeck. "En otras palabras, ese calor no tiene a dónde ir".

Ciudad sin apenas zonas verdes vista desde el aire.
Foto: Maarten Van Den Heuvel

Según un estudio de la agencia medioambiental federal estadounidense, la EPA, “los materiales convencionales de pavimentación pueden alcanzar en verano temperaturas máximas de entre 48 y 67°C”. La hierba, en cambio, es unos 40 grados más fría.

Así, ciudades como París con pocos espacios verdes (están en la periferia, principalmente), quieren ponerle remedio. La capital gala quiere así eliminar un 40 % de su asfalto en los próximos años, plantar cientos de miles de árboles y aumentar las zonas verdes.

En Bélgica, la ciudad de Lovaina ha empezado a remodelar el barrio de Spansee Kroon, con la participación de 550 vecinos. Los planes incluyen eliminar un volumen significativo de asfalto de áreas residenciales y forzar a los coches a compartir la calle con los peatones y los ciclistas.

Pero retirar pavimento no sólo permite combatir contras las olas de calor y reducir la temperatura ambiente, también mejora la evacuación de las aguas en los episodios de fuertes tormentas al final del verano y que pueden llegar a causar inundaciones.

Según Depave, los esfuerzos de sus equipos en Portland han hecho que cerca de 83 millones de litros de agua de lluvia al año sean desviados y evitar así que entren en el sistema de drenaje de la ciudad.

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