España quiere mantener el tope del precio de la luz y pide a Europa una prórroga de la Excepción Ibérica

España quiere mantener el tope del precio de la luz y pide a Europa una prórroga de la Excepción Ibérica
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Con el visto bueno del último Consejo de Ministros, el Gobierno ha puesto sobre la mesa de la Comisión Europea su propuesta para la futura reforma en profundidad del mercado eléctrico, que entre otras cosas, busca prorrogar la excepción ibérica al menos hasta final de 2024.

Además, la propuesta sugiere poder limitar de forma permanente el impacto del gas en la factura de la luz mediante mecanismos como establecer un precio fijo y regulado a largo plazo para las centrales nucleares e hidroeléctricas (al margen de lo que suceda en el mercado mayorista) de forma que se eviten los denominados beneficios caídos del cielo.

Objetivo principal: mantener el tope ibérico al gas en 40 euros/MWh

Fuegos Gas

Según los datos que maneja el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto demográfico, mientras los precios de la electricidad en los principales países europeos se descontrolaban en los últimos meses, el tope al gas de la denominada “Excepción Ibérica”, ha propiciado un ahorro de 4.500 millones de euros para los consumidores españoles (unos 150 euros por cada familia acogida a la tarifa regulada).

Sin embargo, desde este mismo mes, el límite en el que empieza a operar el tope al gas en España es de 45 euros/MWh, frente a los 40 euros/MWh vigentes hasta el pasado mes diciembre, ya que según lo pactado con Bruselas el pasado mes de junio de 2022, a los seis meses de la entrada en vigor del tope al gas este ha de ir subiendo 5 euros mensuales.

Así, de aquí hasta el próximo mes de mayo el tope al gas debería ir subiendo progresivamente de forma que acabará en 70 euros/MWh al final del año (la media para el periodo de aplicación es de 48,8 euros/MWh).

Con una reforma estructural del actual funcionamiento del mercado eléctrico ya en el horizonte europeo, y ante la previsión de la volatilidad de precios del gas para los próximos meses en el Viejo Continente, España busca extender la solución ibérica hasta que esté completada esa reforma en profundidad.

Un empujón para el despliegue de las renovables: contratos de futuros

Además del tope al gas, la propuesta española busca incentivar los contratos de futuros (CFDs) para la energía nuclear e hidráulica y las renovables. Los precios para cada una dependerán de la evolución de la propuesta, pero “tendrá que estar vinculado a los costes de cada tecnología”.

Esta opción de una retribución regulada (con precios fijos a largo plazo) es el objetivo del lobby nuclear en España hace tiempo, aunque ahora, con un mercado “que no da señales suficientes ni estabilidad de ingresos a las renovables”, podría cobrar más sentido. Aunque estaría por ver qué ingresos se garantizarían a las energéticas.

En la actualidad, con el despliegue de las renovables aún en fases tempranas, se está procediendo a sustituir un parque de generación con altos costes variables por otro que requiere una inversión inicial muy alta y nulo coste variable.

De seguir así, a medida que aumente la presencia de las renovables en el mix energético, se irá incentivando la denominada “canibalización de precios”, que pondría en jaque la rentabilidad de los proyectos. Las “referencias de precios a plazo” como los contratos por diferencias, pretenden evitarlo para garantizar el despliegue de las renovables asegurando rentabilidad para los promotores.

Factura

Según la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, el principal fin de la la propuesta es “que los consumidores se puedan beneficiar del menor coste de la energía del presente y el futuro que representan las renovables, desde el punto de vista de la equidad”, reduciendo así la volatilidad del mercado y proporcionando estabilidad a los inversores.

En cuanto al ahorro que podría aportar al consumidor esta nueva propuesta de llegarse a aprobar, desde el Ministerio apuntan a que “dependerá del mix de cada país”. En el caso de España, hemos pasado de contar un 10 % de renovables el sistema eléctrico en 1998 al 50 % actual.

De cara a 2030 se prevé que este porcentaje pueda subir hasta el 78%. No obstante, Rivera recuerda que “estamos elevando una propuesta que tiene que funcionar en Europa, no solo en un único país”. La reforma europea no se espera a corto plazo, más siendo una reforma de tipo estructural, que requerirá de una negociación política ardua.

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